No es sólo un sueño (Aome x Hypnos)

Capitulo 7

El grupo se había dado cuenta de que habia estado pasando algo raro con ellos, pues de repente se perdían por completo en sus conversaciones que no se daban cuenta de que el tiempo había pasado, o por las noches su sueño eran tan pesado que les costaba mantener los ojos abiertos un minuto más.

También habían comenzado a notar que Aome tenía algunos objetos con ella que antes no tenía.
Al principio las flores les pareció algo normal, pero después se preguntaron de dónde salían rosas y todo tipo de flores así de bellas.

Después vinieron ciertos objetos, el primero había sido un peine de plata con finos grabados de estrellas, después bellos y finos listones que parecían ser de la más fina seda.
Eran regalos que para Hypnos eran simples a lado de Aome, pero para Inuyasha y los demás eran un claro ejemplo de cortejo.

Sango: Probablemente sean del jóven Koga!
Inuyasha: No creo que ese sarnoso tenga buen gusto como para regalar algo así!
Miroku: Tal vez no, pero es evidente que ha cambiado por la señorita Aome!
Shippo: Y si se los dió Sesshomaru? - pregunto con un poco de inocencia - nos hemos encontrado muy seguido con él.
Inuyasha: Lo voy a matar!

Kykyo, quien hasta ese momento sólo era una espectadora en la conversación soltó un suspiro y dirigió su vista hacia Aome, quien estaba demaciado entretenida dibujando o escribiendo algo en un "libro" empastado en lo que parecía ser cuero y decorado con detalles dorados.

Otro objeto que se sumaba a las pertenencias que la chica obtenía día con día, aunque si lo veía bien... ¿De dónde había sacado Aome una pluma de lo que parecía ser un fénix? Pues además de la perla, en su cuello llevaba una cadena con una pluma.

Volvió a dirigir su vista al resto del grupo sólo para ver y escuchar cómo Inuyasha juraba que mataría a Sesshomaru si se atrevía a lastimar a Aome.

Días después

Había dicho que iría a practicar su puntería y que necesitaba concentrarse, la excusa perfecta para que no la siguieran y pudiera encontrarse con Hypnos.

Estaban en un claro del bosque, ella estaba sentada y recargada contra un árbol mientras que el díos del sueño se encontraba acostado en sus piernas.

Aome: Hypnos! - llamo su atención mientras acariciaba su cabello - por qué me das tantos regalos?
Hypnos: Porque te mereces todos esos regalos! - hablo aún con sus ojos cerrados mientras sentía las caricias de la chica - además... Es una forma de que entres a los Elíseos.
Aome: Hay una forma de que pueda ir a ese lugar? (Emocionada)
Hypnos: Hay varias formas, una de ellas es que tengas algo que este directamente relacionado conmigo.
Aome: Algo directamente relacionado contigo? - pregunto con un poco de curiosidad - te refieres a algo que los dos usemos y este relacionado con una especie de promesa?

Hypnos no dijo nada, sólo la miro y asintió con la cabeza, sin embargo su mente se iluminó con lo que Aome le había dicho, pues ahí estaba lo que necesitaba regalarle a la azabache.
Thanatos ya se lo había dicho, le había dicho que le regalará algo que los dos llevarán consigo todo el tiempo, el dios Hades también se lo había dicho, pero aún no sabía que darle a su pequeña flor, no hasta que ella misma mencionó la palabra promesa acompañada del regalo.

Una semana después

El grupo miraba con cautela al hombre que había llegado al campo de batalla, pues era el mismo que tiempo atrás los había salvado gracias a Aome.
Pero.... Qué hacía el dios del sueño en ese lugar? Simplemente había ido a rescatar a la mujer que ama.
Él mismo le había dicho que no intervendria en la pelea de Aome, a menos que ella se lo pidiera o que él viera que la vida de Aome estaba en riesgo, en este caso, había sido lo segundo, pues la azabache estaba en peligro.

Pues el lugar al que habían llegado era un tanto extraño, aún más cuando casi no había mujeres jóvenes y mucho menos sacerdotisas en esa aldea.
El blanco había sido Aome, pues al ser la única que no iba acompañada de alguna pareja y más al ser ella una sacerdotisa, era perfecta para lo que hacían en ese lugar.

Un demonio capaz de crear ilusiones se hacia llamar a si mismo el dios del sueño y pedía mujeres jóvenes y sacerdotisas para sacrifico de su ira, pero en realidad las devoraba para absorber sus poderes.

Las mujeres que eran ofrecidas en sacrificio eran obligadas a beber un extraño té que las hacia caer profundamente dormidas y quedar inconscientes por un buen rato, para que el sacrificio no fuera tan doloroso.

Cuando Hypnos se dió cuenta de que Aome estaba en el mundo de los sueños, no se le hizo extraño, pues en el mundo mortal ya había oscurecido y cómo ese día no la había ido a ver, la visitaría en sueños, sin embargo se dió cuenta de que algo no andaba bien, más cuando la misma Aome le dijo que no sabía que estaba haciendo ahí si unos minutos antes había estado forcejeando con unos tipos que la había secuestrado.

Demonio: No podrán conmigo! (Riéndo)
Inuyasha: Eres un infeliz. Viento cortante!
Sango: Kykyo! - hablo mirándola con preocupación - ya lo intente y no despierta!
Kykyo: La drogaron!
Demonio: No podrán contra el dios del sueño! (Burlón)
Hypnos: El díos del sueño? - pregunto una vez apareció en el lugar - como osas hacerte pasar por mi? Cómo osas intentar dañar a mi pequeña flor? (Molesto)

No había sido muy difícil para él encontrar a Aome, si se trataba de ella nada era difícil para él.
Llegó y vio como sus amigos la defendían y trataban de hacerla despertar.
Tenía un golpe en la cara y ya se estaban empezando a notar el moretón, eso lo hizo enfurecer aún más.

Demonio: Tú eres quién se hace pasar por mi!

Trato de hacerlo caer en una ilusión, sin embargo fue inútil, pues el dios del sueño estaba como si nada.

Hypnos: Te mostraré de lo que es capaz el dios del sueño! Pesadilla de las sombras!

Para el grupo de Aome no ocurría nada, hasta que vieron que Hypnos parecía convertirse en una sombra y aparecían muchas más, y después de que el demonio recibió un fuerte golpe, este simplemente cayó al suelo sin vida.

Después de esto, se dirigió hacia dónde estaba Aome y literalmente la arrebato de los brazos de Miroku y Sango.
La abrazo y pegando su frente a la de ella, hizo arder su cosmos mientras entraba al mundo de los sueños, justo en dónde estaba Aome.

Inuyasha: Que le estás haciendo? (Acercandose)
Kykyo: No Inuyasha! - llamo su atención deteniendolo - ese hombre es realmente un dios, es mejor que no intervengas!