magic and green eyes ❁ muke

❁Otra revelación.

El cielo infinito fue lo primero que vio al abrir los ojos, notaba un dolor en la frente, la boca seca y las manos adoloridas, punzadas de dolor recorrían sus dedos hasta sus muñecas, intentó moverlos pero el dolor lo hizo apretar los dientes con fuerza para evitar soltar un grito, no sabía dónde estaba así que no quería llamar la atención.

Reuniendo fuerzas logró levantarse para quedar apoyado en sus codos, dolía como si sus brazos hubiesen estado bajo hielo durante horas.

De pronto se dio cuenta de que estaba en una cueva extraña, paredes de roca se levantaban sobre él con un enorme agujero sobre su cabeza, también notó el frío del lugar, quiso pensar que por eso sus manos dolían, pero cuando miró sus manos ahogó un grito... la punta de sus dedos estaban de un tono morado preocupante, por lo que se asustó al pensar que pasaría si alcanzaba a cubrir hasta la muñeca.

Dos pensamientos cruzaron su mente mientras miraba sus manos: estaba muriendo y tenía que pedir ayuda pronto.

❁ ❁ ❁

Su cabeza descansaba en la suave hierba creciendo descontrolada por todo el lugar, hace pocos minutos había terminado una reunión extremadamente larga con el rey, lores importantes y gente a la que no prestó atención.

Las reuniones en el jardín de Luke eran frecuentes las últimas semanas que habían pasado, el rubio lo esperaba con una bandeja de té, frutas y emparedados de mermelada, junto a él era más frecuente ver a Ashton leyendo en el rincón más alejado para no distraer a Luke con sus experimentos de plantas, Ashley tuvo que volver a casa porque era temporada de pesca y le gustaba salir al mar.

—¿Vendrás tus padres a la boda de Maya y Ben? —preguntó el ojiazul cortando el silencio.

—Supongo que si, les he hablado tanto de la isla que en sus respuestas me dan entender que quieren venir —respondió.

—¿Y tu vendrás?

—Quizás voy a estar por aquí aún.

—¿No tienes fecha de retorno?

Michael negó cerrando los ojos, acomodándose mejor en su colchón de tierra y pasto.

—Les dije que quería quedarme un tiempo más, no quiero volver y comprometerme aún.

—Pero es tu deber como heredero.

—Mis padres lo están haciendo bien, quiero disfrutar mi último días sin obligaciones de rey —admitió con tranquilidad— sé que se vienen cosas complicadas como anunciar el compromiso, visitas que no quiero, casamiento, coronación, herederos...

—¿Ya decidiste que será ella? —quiso saber el príncipe de Kristain dejando de lado las hojas de menta—. Aún puedes conocer a alguien.

—Ya se acabó el tiempo, no encontré eso que llaman amor.

El menos se quedó en silencio sin saber qué responderle al príncipe heredero de Senle-int que hablaba de su fracaso amoroso. Y lo entendía, ambos estaban destinados a lo mismo.

—No me dijiste como se llama.

—Celina Relish —susurró—. Su padre es la mano derecha de mi padre, su familia es una de las más antiguas junto a la mía. Los Relish son la fuerza de la isla, crean armas y entrenan guerreros.

—Ya veo por qué la eligieron para ti.

El ojiverde asintió, pensar en ella le ponía un mal sabor en la boca.