❁Casi en el destino.

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Disfrutaba de las caricias en su cuerpo, los besos suaves y húmedos en sus labios, cuello, hombros, clavícula. Manos cálidas en sus caderas, abdomen y muslos, estimulando su cuerpo con roces leves que subían de tono conforme avanzaba la noche, la intensidad de los besos y el aumento de los sentimientos formándose en su pecho con cada risa y sonido que salía de sus labios. Todo provocado por el dueño de aquellos hermosos ojos verdes que lo hacían sentir perdido en un bosque de Kristain. En el jardín lleno de magia que debió dejar atrás.

Enredó sus dedos en los suaves mechones de cabello que tenía atrapado entre ellos cuando fue depositado suavemente en la cama a pesar del momento que compartían antes, donde sus caderas encontraron el vaivén perfecto para hacer ver a ambos las estrellas. Con ayuda de manos gentiles se limpió, ropa suave fue deslizada por sus piernas, pero era lo único que quería sentir. Su espalda desnuda se pegó al pecho desnudo del príncipe, quien lo abrazó sin dudar, apretando sus cuerpos juntos como si en algún momento se fueran a desvanecer.

—Te amo —susurró Michael en su oreja posteriormente depositó un beso en su cabello. Luke suspiró a gusto.

—Te amo —respondió con una sonrisa.

La puerta sonó, su cuerpo dolía como si hubiese sido aplastado por una roca enorme. Sus ojos revolotearon pero no logró abrirlos a pesar del ajetreo que había en la habitación.

La segunda vez que sus oídos tomaron conciencia escuchó murmullos cerca, un peso familiar faltaba a su lado y había uno extra a los pies de la cama. Se obligó a abrir los ojos, ignorando los dolores de su cuerpo, podía sanarse a sí mismo, tenía energía, pero no quería borrar lo que había pasado aquella noche, la noche que pareció durar segundos.

—Por fin despiertas.

Ashton estaba a los pies de la cama jugando con un cuchillo y un trozo de madera. Luke recorrió la habitación en busca de Michael y al no encontrarlo se obligó a levantarse. Cuando estuvo a punto de remover las sábanas ignorando los llamados de Ashton, la puerta se abrió.

—¿Qué ocurrió?

Su voz salió ronca, se sentía ahogado.

—Las sirenas —comenzó quitándose la capa de lluvia—. Pidieron hablar conmigo.

Luke le hizo espacio en la cama moviéndose hacia el lado opuesto. Ashton le pidió una almohada para acomodarse.

—¿Qué dijeron?

Aprovechó para acurrucarse a su lado, Michael le rodeó los hombros con un brazo. Ashton rodó los ojos y Luke lo pateó sin fuerzas bajo las sábanas.

—Smarald llamó a Michael porque una de las sirenas de agua violenta necesitaba hablar con el príncipe de su isla —comenzó Ashton bajo la mirada agradecida del príncipe—. Le ofrecí llevar su mensaje pero dijo que la sirena estaba pidiéndolo a él. Si no era Michael no iba a hablar. Es la sirena que nadaba cerca de tu escondite, Luke. Habló por primera vez.

—¿Qué quería?

—Me dijo que puede llevarme a Senle-int, que debo regresar porque si muero peleando en Inmon el futuro de la isla corre peligro.

Luke se tensó. Michael acarició acarició brazos desnudos pero no funcionó para hacerlo sentirse más tranquilo.

—Pero no vas a morir —le dijo Luke—. Porque prometiste irte si las cosas se salen de control.

—Luke. Ya hablamos de esto.

—¿Sabes cuál es la habilidad de ella? Si tiene la habilidad de mirar hacia él futuro deberías irte con ella.

magic and green eyes ❁ mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora