❁Guarida.

113 26 21
                                    

Fueron dos días grises en los que Luke no abandonó la biblioteca, dejaba su habitación a primera hora en la mañana y volvía tarde, cuando no había gente en los pasillos. Todos se encontraban emocionados por la visita de uno de los príncipes de Kristain, menos Luke, no le emocionaba el día de su llegada, ni siquiera por sus sobrinos.

Michael lo acompañó. Dormía en uno de los sofás frente a los ventanales cuando era muy temprano o cuando ya era muy tarde.

Hasta que el tercer día un hermoso sol alumbraba la isla, secando lo que dejó la lluvia y devolviendo el brillo, las lágrimas de Luke se detuvieron y se alegró de ver sus ojos azules cuando entró en su habitación sin avisar, con las manos y su nariz manchadas con tinta, además de unos rollos de pergaminos en sus brazos.

—¡Acabo de descubrir uno de los somníferos más fuertes hasta ahora!

Michael lo miró desde la cama, Luke cruzó el dosel y con un movimiento de manos abrió las cortinas dejando entrar la luz del sol en todo su esplendor. Emitió un quejido de dolor por sus ojos, tratando de enfocar al rubio desparramando pergaminos en su colchón.

—Hasta ahora, el que tenemos nos da exactamente veinte minutos para realizar procedimientos como costuras en heridas profundas, curaciones con alcohol cuando es más grave o tranquilizar al herido —habló una vez que acomodó los pergaminos—, consiguiendo estos materiales, puedo hacer uno que nos de dos horas, así el herido no despierta en medio del procedimiento.

—¿Y qué materiales son? —preguntó después de un bostezo, Luke ni siquiera se molestó, solo siguió haciendo anotaciones.

—¿Vas conmigo?

Asintió sin preguntar a dónde, ni siquiera le dio tiempo porque Dolores ya se encontraba esperándolo en el borde de la cama con su bata, Luke diciéndole que se pusiera un poco de la crema contra las quemaduras del sol.

Cuando el aturdimiento por el sueño disminuyó, salió del baño con el cabello aún húmedo y el estómago rugiendo.

El príncipe de Kristain se encontraba en la mesa a los pies de su cama, con una enorme cantidad de comida.

—¿Buenos días?

—Muy buenos, al parecer —le dijo sentándose a su lado— ahora, ¿me explicarías mejor? Juro que ya desperté.

—Necesito ir al mercado por algunos materiales para la poción somnífera, al bosque y luego a la biblioteca, no es necesario que me acompañes a la biblioteca —aclaró cuando Michael abrió la boca— pero si quieres puedes ir conmigo al mercado y al bosque.

—Suena bien, ¿cuándo nos vamos?

—Después del desayuno, como todo ya está bien —habló haciendo referencia al clima cálido otra vez— mis padres me dejaron salir al mercado, al bosque iremos por la puerta escondida en mi jardín.

—Genial, ¿llevo algo?

—Tu ropa de baño.

Michael frunció el ceño pero asintió cuando Luke señaló una bolsa al costado de la puerta, pero le dijo a Dolores que pusiera la ropa de baño ahí.

Desayunaron juntos en la habitación del mayor, hablando sobre el reciente descubrimiento de Luke, aunque Michael quería saber cómo estaba después de los días grises, se resistió y no quiso arruinar la mañana del rubio.

Así ahí se encontraba, en el carruaje con Luke apoyado en su hombro.

—No dormí mucho.

—¿Por el somnífero?

magic and green eyes ❁ mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora