09

917 120 42
                                    


P.D.V. Jungkook

Cuando era un niño hubo un recital al que papá no pudo ir, recibí una bicicleta en compensación. Recuerdo vagamente haber obtenido mi primer celular de la misma forma.

No es que me esté quejando por esto, no soy hipócrita y jamás he sentido resentimiento alguno.

Muchas personas están bien con esta dinámica, con recibir cosas me refiero.

Pero Taehyung aparece bloqueando mi mente, sus ojos me siguen a todos lados, luciendo decepcionados y fríos. Entonces puedo percibir la sensación de culpa creciendo dentro de mi pecho y de repente, mi forma de relacionarme ya no hace sentido.

—Es por Taehyung —Yoongi comenta con lentitud, haciendo que recuerde su presencia silenciosa a mi costado. Encuentro sus ojos unos segundos antes de regresar a mi bebida, una mezcla de whisky y algo más—. ¿No vas a negarlo?

Me encojo de hombros.

—Estoy seguro de que no sonaría convincente.

Tatarea en respuesta, el silencio se prolonga por varios minutos hasta que vuelvo a escuchar su voz:

—Se sintió ofendido. —Deja escapar un suspiro suave como si no creyera estar hablando de esto conmigo—. ¿En serio ibas a darle un Rolex?

No me siento tan divertido como él parece al recordarlo, al contrario, me causa una sensación de amargura que no sé hasta que punto podría provocar otra estupidez.

Todavía me aturde repasar mis acciones, lo que pasó por mi cabeza al estar frente a Taehyung con un maldito reloj. ¿En serio, qué pasa conmigo?

—Me voy —respondo al fin.

Me pongo de pie bajo su mirada plana, la copa medio vacía queda a un lado mientras arreglo mi chaqueta. La salida se detiene cuando una mano se posa sobre mi hombro.

—¿Jungkook? ¡Si viniste! —Namjoon arrastra las palabras debido al estado de ebriedad en el que se encuentra. Es su cumpleaños, es mi amigo desde hace años y esa es la única razón por la que acepté venir; sin embargo, ya no parece buena idea de ningún modo. Ríe tontamente unos segundos antes de mirar detrás de mí con una expresión emocionada—. ¡Jimin! ¡Taehyung! ¡Están aquí!

Continúa gritando, pasa por mi lado hacia ellos, me quedo quieto lo que parece ser minutos eternos. Puedo oír a Nam pidiendo disculpas mientras sigue su camino, quizás porque ha chocado con varios invitados debido a su borrachera. Pero no puedo girar y comprobarlo, lo que es ridículo. Maldita sea, solo es Taehyung, ya conozco su mirada fría y su evidente rechazo a mi persona. No tendría que ser difícil. Solo que sí lo es.

Me asusta la mirada que me lanzará una vez gire.

—Solo como recomendación —Yoongi alza la voz debido a que la música se ha vuelto más ruidosa. Con un suspiro pesado se para delante de mí, mas sus ojos miran hacia la misma dirección donde Namjoon fue, donde Taehyung debería estar—, ve y explícale la razón tras tu regalo.

Respiro de manera entrecortada antes de aclarar mi garganta para asegurarme de que mi voz no suene tan inestable como empiezo a sentirme yo.

—¿Cuál sería esa? —replico, casi a la defensiva—, ¿quieres ser más claro?

Sus finos labios se levantan en lo que no parece ser una sonrisa.

—¿En serio quieres que te lo diga?

No.

Miro desesperadamente al rededor, pasando de Seojoon, vigilando la estancia en la que estamos, hacia afuera donde la fiesta se está llevando a cabo. Siento que podría huir antes que hacerle frente a lo que estoy sintiendo.

The Truth Untold. [Kookv] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora