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P.D.V. Jungkook

Las horas no pasan aquí dentro, o sí. Pero no se sienten. A mi lado duerme Mingyu, o como sea que haya dicho que se llama. Terminó de revisarme hace algunos minutos, no encuentra nada malo y aunque siga diciendo que esas son buenas noticias, mi concepto de algo bueno ha cambiado totalmente.

Me siento perdido, me siento asustado, me siento desecho y ni siquiera creo tener derecho a sentir algo. No soy la víctima aquí, no podría serlo de ningún modo.

Escucho ruidos afuera, pocos, apenas unos voces ahogadas que no suponen algo extraño que no haya oído antes. Cierro mis ojos unos segundos cuando ese hombre grita.

—Tu novio está aquí, ofreciéndose a mí para verte unos minutos. ¡Qué grande es el amor, maldita sea!

Entonces mi pulso se acelera y antes de que pueda ponerme a pensar si está mintiendo o no, pregunto por él:

—¿Taehyung?

Mingyu se pone de pie a mi lado, mirándome con los ojos bien abiertos en confusión.

—Es mentira —susurra sin convicción, sin embargo, mantiene esa expresión de calma que lo caracteriza—. Quiere jugar con tu cabeza.

Puede que sea cierto, lo pienso unos segundos. Unos pocos hasta que su voz llega a mis oídos y absolutamente todo pierde  sentido. Me vuelve un loco, me desquicia de terror pensar que ese hombre tiene a Taehyung.

Le grito, pero si soy sincero no tengo idea de qué es, exactamente, lo que digo. Mingyu trata de sostenerme, intenta tomarme de las manos para que no las lastime al golpear la puerta para abrirla. Lo miro sin aliento, y lo que sea que capte en mis ojos hace que me suelte. Entonces continuo así, dando de golpes y patadas mientras mi voz se pierde en insultos y amenazas.

Debo salir, necesito salir.

Un ruido sordo me detiene, Mingyu se apega a la pared asustado cuando el vidrio de la ventana de rompe en pedazos y entra alguien. Por segundos no reconozco a la persona que de un salto termina de ingresar. Nuestras miradas se encuentran, sus ojos siempre pequeños se tornan enormes al oír los forcejeos afuera.

Es Jimin.

—¿Qué....?

—No tenemos mucho tiempo —me detiene. Camina los pasos que nos separan con rapidez y apenas llega hasta mí, empieza a revisarme—. Tenemos que salir de aquí antes de que se den cuenta.

—¿De qué estás hablando? —pregunto alejándome de su toque—. Ayúdame a abrir esta puerta, Tae...

—Él está sirviendo de distracción —susurra parpadeando rápidamente—. Dijo que te sacara de aquí, yo...

—¿Crees que voy a irme, idiota? —Debo estar viéndolo con tal nivel de enojo que Jimin baja la cabeza y niega varias veces—. Ayúdame a abrir la maldita puerta.

Me mira de nuevo, veo su garganta moviéndose de arriba abajo y entonces murmura:

—Sí, traje algunas cosas en la maleta.

Antes de que se aleje, sostengo su brazo haciendo que frunza el ceño.

—No le digas a Taehyung que te dije idiota, por favor.

Su expresión de vuelve incluso más confundida, como si eso fuese posible.

—¿Qué...?

En lugar de explicarle algo que ni yo mismo podría comprender, voy en busca de su maleta, ya sin poder esperar más. Doy con un martillo, lo sujeto con fuerza y voy hacia la puerta pidiéndole con un rápido vistazo a Jimin a Mingyu que se alejen. Entonces golpeo, una, dos, tres veces hasta que el pomo cae destruido. Empujo con todo mi cuerpo y la puerta por fin cede. Apenas se abre lo busco con la mirada.

The Truth Untold. [Kookv] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora