Final

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El mundo no se detuvo, tampoco lo hizo su corazón. El tiempo seguía corriendo y por supuesto que las personas al rededor no desaparecieron.

Sin embargo, Jungkook no podía describir ese momento de otra manera.

Como si todo se hubiese paralizado.

Giró lentamente para asegurarse de que la voz que escuchó fuese la de Taehyung, que no fuese una mala jugada de su mente cansada por la falta de sueño. Y, gracias al cielo, era su chico. Era él diciendo que lo amaba después de todo, después tanto. Sintió que se le apretaba el pecho y tuvo que bajar la cabeza porque se otra manera empezaría a llorar delante de todos esos niños que jugaban en el patio.

Cierto, estaban rodeado de niños.

—¿Puedes sonreír en este momento? —Taehyung habló de nuevo, entre dientes esta vez. Se mordió el labio con ansiedad creciente porque no estaba obteniendo ninguna respuesta—. ¿Qué es tan gracioso, idiota?

Hubo un grito colectivo, quizás proveniente de los niños tras su insulto. Mierda. Taehyung recordó con rapidez que ellos no estaban solos y con lentitud se volvió hacia los rostros entre curiosos y divertidos de los pequeños.

—¿Sucede algo?

Eunbi llegó desde alguna parte. Sus ojos cayeron sobre Jungkook y después en Taehyung y realmente no tuvo que pensar demasiado. Había algo en ellos.

-Hyung, está peleando -un niño respondió, sus ojos bien abiertos-. ¿Hyung va ganando?

—No —una pequeña voz contestó con tono agudo—. Nos habían dicho que las peleas que se ganan son las que no se dan.

—¿Huh? —intervino alguien más—. ¿Cómo puede ser eso?

—Pues solo lo es.

Taehyung volvió a morderse el labio con vergüenza, desvío su mirada incapaz de encontrarse con la expresión de Eunbi a unos metros. Levantó un poco la cabeza buscando a Jungkook antes de caminar hasta él para sostenerlo de la mano y llevarlo a su habitación en el orfanato.

El toque era mínimo, apenas un roce de manos y todavía así se sentía tan irreal que le quitó el aire. Así que, apenas entraron y la puerta se cerró, Taehyung lo soltó. Enfrentó al pelinegro acercándose hasta estar a solo unos pasos de su rostro y lo observó fijamente. Jungkook sonrió bajando la cabeza lentamente, algo parecido a una sonrisa en sus labios.

Tan tonto.

—¿Estás burlándote de mí, Jeon? —preguntó. Esperó un poco por una respuesta y lo que consiguió segundos después fue una risita que de a poco se hizo más fuerte. Frunció el ceño cuando el pelinegro se llevó una mano al rostro mientras sus hombros se movían—. ¡Oye, deja de reírte de mí!

—No... Yo...

Taehyung resopló, alejó el cabello de sus ojos antes de intentar quitar las manos del rostro contrario para verle la cara. Sin embargo, Jungkook se hizo a un lado, evitando el toque.

—¿Qué pasa contigo? —el castaño preguntó pareciendo desesperado debido a que Jeon estaba ocultándose. Trató, otra vez; se acercó, le sujetó la manos y las bajó. Jungkook estaba llorando—. Hey, ¿qué pasa?

¿No era claro que estaba llorando?

El pelinegro se limpió con los dedos y dejó que Taehyung lo observara en silencio. Ojalá hubiera palabras para explicarlo, pero en ese instante sus ojos eran mucho más claros. Y es que no creía que hubiese manera eficaz de explicar el incesante latido de su corazón y la falta de aire. Las inmensas ganas de llorar. Entonces se mantuvo en silencio, simplemente observando el rostro contrario.

The Truth Untold. [Kookv] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora