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P.D.V. Taehyung

Él se fue.

Y yo no pude abrir los ojos y sostener su brazo para decirle que se quedara y que olvidara todo esto. Preguntarle si podíamos continuar desde donde lo dejamos y olvidar los últimos días.

No pude.

Deje que saliera de aquí sin decirle que no es su culpa. Ni el asesinato de mis padres, ni mucho menos todo el sufrimiento que he vivido durante todos estos años. ¿Por qué no puedo? ¿Por qué no encuentro el valor de mirarlo a los ojos?

De un manotazo alejo las lágrimas que caen por mis mejillas, sintiendo tanta rabia creciendo dentro de mí debido a que mi cuerpo no parece comprender que el que ha herido a alguien soy yo. Que quien sufre es la persona que amo, por lo que, ¿por qué soy yo quien está llorando?

Maldita sea.

—¿Taehyung? —es la voz de Jimin. Enfoco mi atención en su expresión preocupada a unos cuantos pasos—.¿Cómo te sientes?

Niego con la cabeza justo antes de empezar a sollozar de manera patética. Él se acerca enseguida y toma mis manos con fuerza para tratar de contenerme. Muerdo mis labios y levanto la cabeza buscando sus ojos para preguntar:

—¿Jungkook? —Incluso su nombre se siente errado en mi boca. Es como si todo lo que vivimos haya sido solo parte de un sueño loco que tuve—. ¿Está afuera? ¿Crees que pueda verlo un momento?

Se queda callado, Jimin que habla por todas partes se queda en silencio. Baja la cabeza unos segundos, segundos en los que comienzo a imaginar miles de escenarios donde Jungkook me odia, donde grita que no quiere volver a verme nunca más. Me llena de angustia. Y pronto ya no puedo quedarme a esperar una respuesta; así que, apoyo mis manos en la cama para ponerme de pie desesperado por ir a buscarlo. No me muevo lejos, Jimin me sostiene del brazo para evitarlo.

Lo enfrento temblando de ansiedad.

—Se fue —susurra en respuesta. Su cara tiene una profunda arruga en la frente que únicamente se acentúa mientras sigue—: Y nosotros tenemos que hacer lo mismo, Tae. No podemos seguir aquí.

Miro al rededor por primera vez desde que llegamos hace algunas horas. Es una habitación lujosa, pero no es un hotel, supongo. No creo que esté en condiciones de adivinar, entonces no lo hago.

—¿Dónde...?

—La casa de Min Yoongi —Jimin se apresura a responderme. Esconde la mirada evitando que pueda ver que tras su tono indiferente esconde algo más. Me sonríe, pero se ve un poco roto y desearía entenderlo o al menos tratar. Sin embargo, ahora mismo no creo lograr algo—. Pensé que podíamos contar con él, ¿sabes? Creo que me equivoqué. Él no está de nuestro lado.

Es el mejor amigo de Jungkook, entiendo perfectamente que su perspectiva de mí haya cambiado. Por supuesto que lo entiendo.

—¿Por que habría de ser diferente, Jimin? —hablo finalmente, un intento de sonrisa deja mis labios—. Ayudé al secuestro de su mejor amigo.

—¡Fue mi culpa!

Exhalo de manera temblorosa.

—Dejé que todo esto llegara muy lejos. Debí ser sincero con Jungkook desde el primer día, o al menos desde que empecé a notar mis sentimientos. —Me detengo antes de empezar a llorar, trago el nudo en mi garganta varias veces para poder seguir—. Tuve tantas oportunidades, Jimin. Tantas.

Él sujeta mi rostro para verme a los ojos, me esta sonriendo de esa forma dulce que tiene. Esa misma forma que solía hacer cuando éramos niños y creíamos que podíamos contra todo.

The Truth Untold. [Kookv] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora