﹫Lechugobich it's back. ¡! ─‣ 𝗚 𝗛 𝗔 𝗦 𝗧 𝗟 𝗬
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┃ ¿Te gusta creer en las fantasías de
┋ criaturas mágicas que viven entre
┋ nosotros o eres un hu...
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Jeongin mantuvo el equilibrio sobre la rama del árbol, mientras miraba con cuidado a los humanos que cazaban en ese bosque por diversión. Seungmin lo miraba desde abajo, con los brazos cruzados y el ceño fruncido en desaprobación. No era que quisiera defender a los humanos, era que no quería que Jeongin se pusiera en peligro pues esos hombres cargaban armas consigo. Quizá eran seres con una regeneración rápida, pero la sensibilidad al dolor y la posibilidad de morir siempre estaban.
Cuando los hombres le dieron a Jeongin una posición ventajosa, el pelirrojo cambió su forma a la de las bestias de ojos rojos. Solo le daría un susto a los humanos, lo suficiente para que no volvieran y los tomaran por locos. In podía convertirse sin perder la cordura por ser pareja de un vampiro Maivâsta... o algo así.
Si bien Seungmin podía considerarse un vampiro Maivâsta, su poder no era la diferencia entre un întuneric. Jeongin y él se emparejaron luego de que el menor fuera vampiro, por lo tanto las características humanas se perdieron. De cualquier manera a Seungmin no le interesaba. Cuando estuvo como aprendiz de los Vampiros de la Corte encontró, entre todos los libros de la corte, una escritura donde hablaba de los Maivâsta y del asesinato de la pareja del último Maivâsta visto. Definitivamente era lo último que quería.
─ Sigo pensando que es innecesario que hagas eso. ─ Abrazó a su novio por la espalda cuando regresaban.
─ Estamos más seguros de que no volverán así. Además, es divertido. ─ Una sonrisa traviesa se formó en los labios de Seungmin, una sonrisa que Jeongin no alcanzó a ver.
Tomó de la mano de Yang para poder tirar de ella y que lo siguiera. Sin rechistar, In lo siguió. Desviaron su camino hacia lo más internos del bosque, Jeongin no tardó en darse cuenta hacia adónde se dirigían.
Ese acantilado corto por el que descendía una agua cristalina de manera serena lo habían encontrado en una de las huidas de Jeongin. Posteriormente terminaron yendo ahí frecuentemente cuando querían privacidad. Era vergonzoso recordar que las veces que quisieron hacer el amor en la mansión estaban los otros tres vampiros gritándole que no querían oírlos en sus momentos y la mañana siguiente les hacían bromas.
No había mucho en ese lugar, pero sí lo suficiente para darse cuenta de que era frecuentado. Con una caja metálica en la que guardaban cosas y una colchoneta cubierta por sabanas, estaba protegido por una base pequeña echa con troncos y ramas junto a un nylon negro para evitar la humedad.
Apenas llegaron Kim se quitó la camiseta mientra que llevaba una sonrisa seductora. A pasos lentos hacia atrás iba desabrochando su pantalón y dejando que cayera por sus piernas largas y torneadas hasta la orilla del afluente. Los ojos ardiendo de su pareja seguían y observaban cada detalle.
