﹫Lechugobich it's back. ¡! ─‣ 𝗚 𝗛 𝗔 𝗦 𝗧 𝗟 𝗬
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┃ ¿Te gusta creer en las fantasías de
┋ criaturas mágicas que viven entre
┋ nosotros o eres un hu...
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Como habían acordado, las cosas empezaron a normalizarse, pero había que reorganizar todo el plan. Así que, ahí estaban; repartidos por la sala, en un ambiente que -todos estuvieron de acuerdo- era de confianza. Los vampiros hablaban con los jóvenes humanos sobre el cambio de planes.
En los ojos de los pequeños humanos se notaba el brillo de la esperanza, de la felicidad. Realmente estuvieron muy estresados por lo que traería la corte, por su terrible destino. Finalmente podrían volver a casa con sus familias y amigos. Sin embargo, los amigos se habían habituado agradablemente a los vampiros, hasta se podría decir que realmente tenían una pequeña sensación de tristeza en el pecho. Pues no harían tantas travesuras con Jeongin, ni podrían escuchar las historias de antaño de Changbin o cantar con Seungmin.
Aún quedaba la posibilidad de que ellos se quedaran en la casona. Pero si pensaban volver a sus vidas normales en algún momento, no podían seguir ocultándose ahí aunque quisieran. Eso es algo que Christopher entendió, no obstante, a ninguno de los mayores le parecía bueno que ellos estuvieran sin protección. Así que, tras pensar cuál podría ser la mejor forma, decidieron hacer rondas para cuidarlos hasta que puedan terminar su año escolar. Cabe decir que los jóvenes dejaron de asistir a clases, Bang se había encargado de justificar sus inasistencias de hasta dos semanas -no pudo más porque sino los joven tendrían que recursar el año-, así que inevitablemente ellos tendrían que volver a clases. Así que, casi dos semanas tendrían que turnarse para vigilar a los jovencitos.
Ahora, los jovencitos estaban terminando de preparar las pocas cosas que habían llevado con ellos. Se sentían nostálgicos pero al mismo tiempo emocionados; no se habían visto con sus mejores amigos desde hace casi dos semanas.
Felix tarareaba una melodía que él mismo estaba improvisando y Jisung, en su mente, le daba una letra, una personalidad. Estaban barriendo y ordenando las camas -cada uno hacía un trabajo diferente-, no les agradaba la idea de dejar todo sucio y desordenado.
— Muy bien, está hecho. — dijo Felix, reposando uno de sus brazos sobre la punta de la escoba.
— Bueno, espero no nos olvidemos nada o nos comeremos 4 horas de viajecito.
Jisung comenzó a revisar que todo estuviera en su lugar y que no se dejarán nada. Hasta que sus ojos se posaron sobre su amigo, había algo diferente en él, algo no cuadraba.
— Felix... — el susodicho hizo un sonido de afirmación, lo estaba escuchando. — ¿Y tu arete?
— ¿Eh? — El rubio tocó su oreja y no sintió su arete favorito colgando de su lóbulo.
Por un momento, el rubiecito había entrado en pánico, ese arete tenía un valor emocional muy fuerte, solo se lo quitaba para bañarse y para bailar; y lo dejaba en una cajita específica todas esas veces para que no perdiera. Sin embargo, Han noto como el pánico se convertía en un sonrojo y alivio.
