Capítulo 9

25.5K 2.4K 1.8K
                                    


Un fuerte grito salió de mi garganta al escuchar su voz hablarme entre las sombras.

Algún día de estos terminaría dándome un paro cardíaco del susto.

El Gran Rey se posaba en una pose tan varonil, recargando su cadera en aquella mesa de la habitación, con sus piernas y brazos cruzados, mostrando un aura de superioridad.

Sentí mi cuerpo desfallecer ante la sorpresa de verlo en la habitación.

De pronto, todo en la habitación comenzó a dar vueltas al rededor de mi cabeza.

Cerré los ojos, sintiendo como la sangre poco a poco se desplazaba hasta la punta de mis pies, dando escalofríos a mi cuerpo, comenzando a sentirlo helado. Podía jurar escuchar los latidos de mi corazón palpitarme con fuerza en los oídos.

El ligero cambio de aire de la habitación me alertó que el demonio había cambiado de posición, y ahora se acercaba a mi con paso lento.

Su cuerpo se detuvo a escasos centímetros del mío, mi respiración comenzó a ser irregular, dificultándome el poder concentrarme y tratar de despejar el horrible sentimiento de nauseas que comenzaba a tener en el estómago.

"Te vez horrible, mocosa"

Mi corazón quedó en shock al recordar aquellas palabras de mi sueño. Moví rápidamente mi mirada hacia arriba, observando con terror sus acciones.

"¿Que mierda estabas pensando mientras dormías?" Habló con un toque de burla en sus palabras.

Mi cuerpo comenzó a temblar al recordar de golpe todo lo sucedido con aquel sueño erótico. Mis mejillas comenzaron a tonarse de un color rosa, ardiendo por completo, haciendo a mi cuerpo sudar aún más, apreté con mis puños las suaves sabanas rojas que aun cubrían parte de mis piernas.

"Estas hirviendo" abrí los ojos a tope cuando sentí su toque frio sobre mi frente "Mierda, ve a tomar una ducha o algo" Pasó su mano sobre mi cabeza, peinando mi desordenado cabello matutino.

Mi mente aún no podía procesar lo que estaba ocurriendo ¿Era nuevamente otro estúpido sueño?

La cama rechinó y se hundió Justo a un lado mío, donde el demonio había decidido tomar asiento. De reojo pude notar como su gran figura volvía a posar, pero esta vez colocando una de sus piernas en la cama, pasándola por encima de la otra, haciendo que su sandalia estuviera a pocos centímetros de rozar con mi pierna, el yukata blanco que portaba se abrió lentamente, dejando ver un poco de su piel, mostrando algunas líneas negras que pintaban su cuerpo.

"¿No vas a decir nada?" Acercó su rostro al mío alzando unas de sus cejas "Ya veo, te has quedado muda otra vez" pasó uno de sus largos dedos sobre mis pálidos labios "Tendré que devolverte la voz entonces"

Mi corazón explotó y mi nerviosismo comenzó a consumirme la mente.

Su ronca y grotesca risa estalló en un instante. Erizándome los cabellos de la nuca.

"No he movido ni un dedo y estás temblando como loca" Sus labios tocaron mi mentón levemente "Pero puedo moverlos si me lo pides" terminó con una ligera mordida en esa zona.

Lo aparté con fuerza y me puse de pie, pero solo bastó un ligero movimiento de su mano tomando mi muñeca para atraerme hacia el, haciéndome que me tambaleara ante la rapidez de su acto.
Mi cuerpo iba a caer sobre el suyo, pero mis manos se colocaron por instinto sobre sus hombros, dándome un poco de soporte para no caer, aunque sus grandes manos en mi cintura era la verdadera razón de mi estabilidad.

Su rostro mostró una sonrisa que me hizo temblar las piernas y palpitar entre ellas.

El calor subió a mi cuerpo, apoderándose de mi avergonzado y sonrojado rostro adormilado.

𝑰𝑵𝑭𝑰𝑬𝑹𝑵𝑶- SukunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora