Capítulo 14

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"Señor, los jefes han llegado" la suave voz de una mujer resonó por detrás de aquella fina pared que los dividía.

"Hazlos pasar"

El ligero sonido de los pasos alejarse comenzó a desaparecer entre el canto mañanero de las aves.
El día estaba nublado, pero aún así se podía recibir los cálidos rayos de sol en la piel.

La puerta se abrió, dejando a la vista 4 personas, dos adultos con sus respectivos jóvenes. Jefes y herederos de los más importantes clanes de Japón.

"Gojo, Kamo. Bienvenidos, tomen siento" La voz de un hombre mayor los guio.

"Venimos lo más pronto que pudimos" El albino tomó lugar frente a él.

"Sentimos el desastre causado a tu clan, Zen" Un pelinegro tomó lugar a un lado del albino "¿Cuál es la urgencia de llamarnos?"

Un silencio abarcó la pequeña sala de juntas.

"Necesito que maten a mi primogénita"

Los jóvenes pertenecientes a los clanes se miraron desconcertados ante la petición del Líder del Clan Zen.

"¿Qué?" El albino mayor fue el primero en hablar.

"Señores, sé que puede parecer impactante mi petición, pero debo suplicarles que me escuchen" Ambos jefes dudaban de aquel hombre Zen " (N), Mi hija mayor, fue la causante de la destrucción de nuestro pueblo, arrebató las inocentes vidas de nuestros integrantes, pero no estuvo sola, el Gran Rey de las Maldiciones estuvo con ella"

"Imposible" pensaron todos al unísono.

"Sé que puede parecer desconcertante, y lo es, jamás pensé que mi pequeña niña se vengaría por su falta de energía" agachó su mirada, mostrando tristeza "Siempre trate de enseñarla, de hacer surgir su técnica, pero fue imposible. Todos sabemos que el tener voz y bastante energía es lo necesario para el uso de las técnicas malditas, pero ella prefirió el camino fácil" Mintió "Pactó con aquella maldición, obteniendo bastante energía, que no dudará en usarla en contra de nosotros"

Los jefes de los clanes se miraban entre si, mientras que sus cabezas eran un tormento de pensamientos.

"¿Zen, estas hablándonos con la total verdad?"

"Kamo, nunca mentiría a mis hombres de confianza. Somos los Lideres de los 3 Grandes Clanes. Pero se los pido" Colocó ambas manos en el suelo, para después poner su sudorosa frente en el reluciente suelo de madera "Con todo el dolor que mi corazón siente, les pido, asesinen a mi primogénita, antes de que ella lo haga con nosotros"

Tras largos minutos de silencio, ambos jefes hablaron.

"Lo haremos"

Koun había recuperado por completo aquella falta de confianza. Tener de aliados a los dos Grandes Clanes contra aquel error que era su hija le devolvía la fe.

No le importaba asesinarla.

Aunque él sabia que el causante principal de esto era él, quería lavarse las manos, manipulando la historia que su hija jamás podría contar al mundo.

"Danos todos los detalles posibles, donde crees que pueda encontrarse y como es ella actualmente"

Koun Zen irguió su cuerpo, chasqueando sus dedos.

Nuevamente el sonido de unos pasos hicieron a los invitados girar sus cabezas hacia la gran puerta, dejando a la vista una joven mujer, quien portaba entre sus manos dos trozos de papel enrollados y sujetados por un fino hilo rojizo. Disculpándose, entregó a los jefes su respectivo pergamino, dando por ultimo una ligera reverencia para después salir de aquella habitación.

𝑰𝑵𝑭𝑰𝑬𝑹𝑵𝑶- SukunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora