Corría lo más rápido que mis pies me lo permitían, dirigiéndome hacia el pequeño puesto de comida."¿Se encuentra bien, señorita?" Aquella dulce anciana miraba con preocupación hacia mí.
"No se preocupe, todo fue un mal entendido" Negué ante ella, tomando la comida preparada "Aquí tiene" Entregué algunas monedas de oro "Quédese con el cambio" Me despedí de ella, emprendiendo camino hacia aquella pradera, mientras rogaba para que aquel demonio siguiera ahí.
Las lagrimas comenzaban acumularse en mis ojos, estropeando mi visión por completo, mientras que mi corazón latía con fuerza, logrando hacer doler mi pecho.
Mi padre había decidido matarme y aunque yo lo sabía mejor que nadie ¿Por qué lloraba entonces?
Por amor... Susurró mi conciencia.
¿Lloraba por sentirme amada? ¿Lloraba porque aquel albino me quería en su vida?
Negué mi cabeza en repetidas ocasiones, gritando alto mientras corría colina arriba.
Mi pecho ardía en un profundo dolor, sintiendo mi cuerpo rodearse por una gran aura de poder. Quería matarlo, mataría a mi propio padre con tal de vivir una vida libre de él, una vida en paz.
Con él....
"¿Mocosa?" Alcé con rapidez mi mirada, sintiendo los tibios rayos del sol acariciar mi rostro.
Sukuna esperaba de pie, con sus brazos cruzados al frente y una de sus finas cejas alzadas. La luz del sol creaba una aura de autoridad y al mismo tiempo de tranquilidad tras su espalda, haciéndolo resaltar sobre todas las cosas que nos rodeaban.
Mis labios temblaron y mis pies corrieron hacia el, chocando mi cuerpo contra el suyo, aferrándome a sus blancas prendas.
Sukuna estaba completamente confundido ante el comportamiento de la mujer "¿Que ha pasado?" Pero la única respuesta que obtuvo fueron los sollozos llenos de temor de la joven.
"V-va a m-matarme...Él lo hará" sollozaba contra el suave kimono del demonio.
"¿Él?" Frunció sus cejas.
"Yo, yo ya lo sabía... pero, tengo miedo" Retrocedió unos cuantos pasos "¿Y si no logro vencerlo?"
"Basta" Su ronca voz resonó por toda la pradera "Lo que buscas es venganza" asentí levemente "Entonces importa una mierda si no logras vencerlo"
Sus grandes manos tomaron mi rostro entre ellas, haciendo que elevase mi mirada hacia su calmado rostro.
"Solo piensa en aplastar su maldita cabeza en la mierda" Solté una pequeña risa nasal mientras limpiaba mis llorosos ojos.
"Lo haré" Decreté con seguridad.
"Bien, ahora alimenta a tu amo" Dio una vuelta para después volver a tomar asiento en aquel brillante césped verde.
Fruncí mis cejas en desaprobación.
Abrí la boca para negarme, pero aquel dolor punzante volvió aparecer en el momento en que lo hice. Respiré unas cuantas veces tratando de mantener el dolor a raya. Yo misma había comenzado a notar ligeros cambios en mi tras aquella muerte suspendida, no sólo físicos, si no también en el ámbito sentimental.
Tomé asiento a su lado, mostrándole la deliciosa comida, abriéndonos el apetito a ambos.
"Sukuna.." Le llamé "¿Por qué odias a los humanos?" Me miró en silencio "B-bueno, antes eras humano ¿N-no?"
ESTÁS LEYENDO
𝑰𝑵𝑭𝑰𝑬𝑹𝑵𝑶- Sukuna
Random⋰⋱ 𝑰𝑵𝑭𝑰𝑬𝑹𝑵𝑶- 𝑹𝒀𝑶𝑴𝑬𝑵 𝑺𝑼𝑲𝑼𝑵𝑨 ⋰⋱ 𝘓𝘢 𝘩𝘦𝘤𝘩𝘪𝘤𝘦𝘳𝘢 𝘱𝘳𝘪𝘮𝘰𝘨𝘦́𝘯𝘪𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘭 𝘊𝘭𝘢𝘯 𝘡𝘦𝘯 𝘩𝘢𝘣𝘪́𝘢 𝘥𝘢𝘥𝘰 𝘩𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘴𝘶 𝘶́𝘭𝘵𝘪𝘮𝘰 𝘴𝘶𝘴𝘱𝘪𝘳𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘱𝘳𝘰𝘵𝘦𝘨𝘦𝘳 𝘭𝘢 𝘢𝘭𝘥𝘦𝘢 𝘥𝘰𝘯𝘥𝘦 𝘩𝘢𝘣�...