Capítulo 18

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⚠ 𝑬𝒔𝒕𝒆 𝒄𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒆𝒔𝒄𝒆𝒏𝒂𝒔 𝒔𝒆𝒙𝒖𝒂𝒍𝒆𝒔 ⚠

Me senté ahorcajadas sobre él, mientras su cuerpo seguía siendo sujetado por las cadenas. Su cabeza descansaba sobre la fría pared, estar sentado parecía un castigo perfecto para él.

"Sabes lo que va a pasarte después ¿Cierto?" Uno de sus rojizos ojos me inspecciono de arriba abajo, rasgándome el cuerpo entero con su mirada.

Lo sabía, pero decidí ignorar su pregunta. Mi cuerpo volvió acomodarse encima de su regazo, acercando mi rostro hacia el suyo, decidida a darle un corto beso para molestarlo, pero el demonio movió su cabeza hacia atrás, casi golpeándola con la pared de la rapidez con que lo hizo.

Mis ojos se abrieron y mi corazón se estrujó en un instante, enviándome a todo el cuerpo una sensación de rechazo. Si antes hubo algunos hombres que me rechazaron, jamás me había dolido e impactado tanto como el rechazo de aquel demonio.

Erguí mi cuerpo, mirándolo atónita. Un silencio crudo comenzó a formarse entre nosotros, apagando mis ánimos por completo.

Abrí mi boca para replicar, pero la verdad es que no había voz suficiente para hacerlo "Tus besos son molestos, duelen"  Me interrumpió, mostrando su ceño fruncido.

¿Duelen? ¿Acaso era una simple broma?

"¿Q-que?" Balbucee "Mis besos no duelen"  Declaré molesta.

"Me rompiste el labio la primer vez" Rodee los ojos.

"Si claro, como es tan normal que un maldito demonio del infierno te bese nada más llegando a un horroroso lugar después de haber sido entregada a él por su estúpido padre...." Detuve mi hablar para mirarlo, Sukuna reía por lo bajo "¿Que es lo gracioso?" Le golpee ligeramente el pecho con mi puño, pero aquel demonio seguía riendo "Ya basta" Bajo mi ceño fruncido, mis ojos lo miraban de arriba abajo.

Posé ambas manos en sus mejillas, sorprendiéndolo, su ronca risa se esfumó, dejando en su lugar una mirada de desconcentro.
Me acerqué a él, rosando levemente nuestras narices "Mis besos no duelen" Acerqué mis labios a los de él "los tuyos, si"

Besé sus labios lentamente, disfrutando de las leves caricias que le proporcionaba.

La piel de aquel demonio hirvió en calor, erizando cada vello de su cuerpo.
Sentía desfallecer ante la suavidad y delicadeza de aquellos labios humanos que le parecían únicos en su tipo.

Separé mi rostro unos cuantos centímetros, permitiéndome coger un poco más de aire, mirando aquella ceja alzada del demonio.

"Nada mal" Ensanchó su arrogante sonrisa "Pero..." Callé su hablar con mis labios en un beso más profundo y fogoso.

Lleve mis manos a su cabello, tirando de él hacia atrás, separándonos. Su ceño se frunció en desaprobación, pero aproveche la oportunidad para pasar mi lengua sobre sus labios, recorriéndola lentamente para terminar estampando nuevamente nuestros labios.

Sentí su boca moverse aún más rápido, pero me negué, mordiendo ligeramente su labio inferior.

La que llevaba el control aquí era yo.

Terminé la sesión de húmedos besos, mirando como el demonio acercaba su cabeza, pidiendo más "No más besos" Lamí mis labios al ver su caliente rostro, bajando mi vista hacia su cuerpo, llegando a su pelvis, donde pase mi mano sobre su creciente erección, pero mi cuerpo saltó en un susto al oír las cadenas chillar, el demonio quería liberarse.

𝑰𝑵𝑭𝑰𝑬𝑹𝑵𝑶- SukunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora