Capítulo 16

18.8K 1.8K 1K
                                    




Ligeros suspiros chocaban contra mis oídos, erizándome la piel del cuerpo. Apreté y tallé mis ojos con mis húmedos dedos, me había quedado completamente dormida.

"Al fin despiertas"    Su voz se esparció por todo el lugar.

Cerré los ojos una vez más, sintiendo la comodidad en la que me encontraba. Mi cabeza aún descansaba en su desnudo pecho, quien arrullaba mi cuerpo con sus inhalaciones y exhalaciones.

"¿Dormí mucho?"    Me sorprendí al oír mi voz, era casi como hablar en un susurro, pero podía escucharla perfectamente.

"¿Oh? Supongo que lo suficiente para que tu cuerpo comience adaptarse a la energía maldita" Besó mis hombros  "Poco a poco tu voz volverá"     Comencé a moverme, estirando mis brazos y moviendo mi cuello    "Vamos, hay cosas que hacer"    Sus manos se posicionaron en mi cintura, levantándome de sus piernas.

"P-pero..." No había pronunciado palabra alguna cuando me di cuenta donde me encontraba.

La habitación se encontraba limpia y ordenada, aquella cama volvía a tener unas sabanas limpias, donde descansaba un hermoso y floreado Yukata. Mis ojos se abrieron de par en par, mostrando el asombro y la felicidad que sentía. Di la media vuelta, pero me di cuenta que me encontraba sola en aquella habitación.

Aquel demonio me había teletransportado.

Pequeñas gotas de agua bajaban por mi desnudo cuerpo, dejando a su paso pequeños ríos, donde nuevas gotas bajaban siguiendo aquellos caminos. Tomé una sabana para poder secar mi cuerpo y comenzar a vestirme, sintiéndome lista después de 10 largos minutos.

"¿Terminaste?" Mi cuerpo saltó ante su repentina aparición.

Terminé de colocarme las sandalias, poniéndome de pie y mirándolo a los ojos.

"¿Te gusta?" Giré mi cuerpo, mostrándole aquel lindo vestuario.

Sukuna tragó en seco, recorriéndola de pies a cabeza con su mirada, saboreándola. Su húmedo cabello estaba amarrado en un moño bajo, cubriendo aquella marca desconocida para ella, mientras que aquel obi marcaba a la perfección su cintura. Ella era preciosa a cualquier ojo, tanto humano como de demonio ¿Así de linda era ella?

El gran demonio asintió ligeramente, levantando una de sus manos, la cual no dudé en tomar.

"Quien diría que una meinu como tu sería tan hermosa"   Susurró contra mi cuello, dejando algunos besos húmedos.

Un fugaz sonrojo apareció en mi rostro, mientras daba un golpe a su pecho. El demonio solo rio.

"Vamos" apretó mi cuerpo contra el suyo "Quiero probar tu energía"

También yo quería probarla, aún más que él, quería probar mis nuevas habilidades. Deseaba con todas mus fuerzas llegar a dominar técnicas malditas por completo, deseaba traer a la vida a los shikigamis de mi infancia y sobre todo anhelaba destrozar totalmente mi clan y aplastar el rostro de aquel hombre que me quitó todo.

El tibio aire movió nuestras prendas, haciendo que me separara de él para observar el paisaje.

Mis ojos recorrieron aquella solitaria pradera, donde a lo lejos era visible un pequeño pueblo, haciéndome sentir que ya había estado más de una vez aquí.

"Sukuna, yo.."   El rugir de mi estomago me interrumpió   "Tengo hambre..."   Finalicé apenada.

Una ligera sonrisa apareció en su rostro   "Sí, ya lo noté"    Acercó su mano hacia mí, mostrando un pequeño pero pesado saco negro   "Anda y trae comida"   Su gran cuerpo tomó asiento en aquel verdoso césped    "Esperaré aquí"

𝑰𝑵𝑭𝑰𝑬𝑹𝑵𝑶- SukunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora