c. 14
AMBOS ESTABAN ACOSTADOS EN LA CAMA. Hermione dormía como le era usual en esos días, casi sentada y apoyada en todos los almohadones que habían reunido de todas las habitaciones de la cabaña. Eran casi las cinco de la mañana, pero Draco ya no tenía sueño y la observaba embelesado: miraba la placidez de su rostro dormido, su respiración pausada, su vientre cada vez más abultado que de vez en cuando dejaba ver los movimientos de Irene en su interior.
Mientras ella solo había despertado una vez para ir al baño (¡qué remedio!, le había dicho entre risas), Draco había pasado la noche con el sueño bastante liviano, despertando constantemente como queriendo comprobar a cada momento que estaban juntos y que al menos por unos cuantos días, iban a poder convivir como el matrimonio que ahora eran.
Estaban en una cabaña dentro de la propiedad de los Lovegood. A Draco cada vez le simpatizaba más la despistada de Luna, sobre todo porque se había percatado que era distraída a su conveniencia y que estaba más pendiente de los detalles de todos a su alrededor de lo que realmente le gustaba admitir. Además, por muy loca que pareciera esa chica y aunque creyera en las más extrañas criaturas, había estado junto a Hermione siempre que lo había necesitado, les abrió su casa para su boda y hoy les proporcionaba la pequeña pero hospitalaria cabaña de huéspedes para su luna de miel.
Hermione se acomodó sobre los almohadones y siguió durmiendo. Draco recordó con dulzura la risa de Hermione, después que terminó la ceremonia y todos se acercaron a felicitarlos. Con mucha emoción, recibió los abrazos de sus padres, de Harry y de todos los Weasley. Aunque con una actitud más distanciada, él recibió sus apretones de manos en felicitación. Quienes sí lo abrazaron con genuino cariño fueron los padres de Hermione y ni Ron ni Harry pudieron disimular su asombro cuando lo vieron abrazar al par de muggles que ahora eran sus suegros.
No habían preparado tener una celebración, pero Dumbledore estaba tan contento con la boda, que convocó unas botellas de la mejor Hidromiel de Madame Rosmerta y brindaron por la felicidad de los contrayentes. Snape se retiró después del brindis, alegando que tenía que volver a sus labores e ignorando la petición del director de Hogwarts, que le dijo que no fuera tan cascarrabias y se quedara un poco más. La verdad es que todos suspiraron aliviados cuando el murciélago del profesor de pociones se paró sobre la chimenea y se fue.
Luego Luna sorprendió a todos al invitarlos a pasar al comedor y se lo encontraron preparado para una elegante cena. "Aunque solo estemos los amigos más cercanos, ustedes se merecen una celebración. Uno no se casa todos los días", les dijo.
"Gracias Luna" y Hermione la abrazó con cariño. Draco era muchísimo más parco para ese tipo de cosas y permaneció en silencio sin saber qué decir. Abrió la boca, pero...
"No te sientas obligado a decir nada. Sé que en el fondo lo agradeces", habló Luna con su acostumbrada honestidad. Draco solo hizo un esto afirmativo con la cabeza.
ESTÁS LEYENDO
TRAZANDO EL DESTINO, dramione
Fanfiction𝐓𝐄𝐃 | En donde Hermione está embarazada en medio de la guerra. "Cuando esta locura pase, tendremos más hijos y envejeceremos juntos rodeados de nietos..." "Solo prométemelo", le pidió anhelante. "Te lo prometo, Hermione". ^^^ historia concluida h...