Capitulo 4 Hogar

147 14 1
                                    



.

.

.

_ஜ ۩۞۩ ஜ_

.

.

.

El cuerpo le dolía.

Eso era todo lo que podía saber.

Dejo una mancha enorme de sangre cuando se recargo contra la pared, la autofagia era capaz de mantener su cuerpo en el limite, su corazón también, bombeaba casi tanta sangre como la que perdía, y por ello estaba apunto de explotar.

Un grito le despertó, con una voz que conocía y al mismo tiempo no podía recordar.

Cada musculo de su cuerpo grito de dolor al sentir como era levantado, sus oídos temblaban al escuchar los gritos, alguien estaba llamando a otros mientras le jalaba a algún lugar.

Más manos se pusieron sobre su cuerpo, fue acostado en algo, su espalda trono levemente cuando eso paso, los gritos continuaron.

No tenía fuerzas ni para abrir los ojos—Uto...Ruto... ¡Naruto!

Esa voz... ahh, cierto, es Abi—¿Qué... ¡bugh!... me cuentas?— pregunto el rubio con la garganta llena de sangre, sintiendo como algo cálido lentamente cubría su pecho, sanando sus heridas minimas.

—Por Dios... e-es demasiada sangre, ¿Qué es lo que te paso?— vaya, ella sonaba bastante desesperada y asustada, su estado no debía ser muy bueno.

Sus ojos se entreabrieron, la luz lastimando su retina, y trato de alzar la mano, alzando su pulgar—Ga...ne.

Pudo escuchar el jadeo de sorpresa de varios, y escuchar la exclamación de Akimitsu—¡Carajo, Naruto, tu mano!

Cuando sus ojos se acostumbraron a la luz lo primero que miro fue el techo de la casa donde se habían alojado, y lo próximo que miro fue su mano alzada, con el pulgar tratando de apuntar hacía arriba.

Más allá de que sus dedos estaban algo rotos, no noto nada interesante hasta que llego a ver completamente bien.

Su mano derecha, la única que le quedaba, parecía abierta a la mitad, entre el dedo índice y el anular empezaba a partir la carne y el hueso a la mitad, llegando a pasar por casi todo su antebrazo, pasando justamente entre las venas.

Allí supo que su condición era peor de lo que creía.

Las manos de Abi estaban sobre su pecho abierto, lentamente, la piel volvía a cubrir los huesos y las costillas se empezaban a introducir en la carne.

El resto de su cuerpo no estaba en un mejor estado, miraba todo de color rojo, apenas podía distinguir el sonido, la boca le sabía a cobre, le dolía respirar, estaba completamente hecho mierda.

Los Equipos 7, 9 y 5 le estaban viendo, todos con las mismas miradas incrédulas y de casi horror al ver su estado.

—¡KFF!— apretó los labios cuando la sangre salió de golpe de su garganta, había olvidado bien que se estaba ahogando en su sangre con el pulmón perforado.

Trato de levantarse, su cuerpo no respondió.

No, no era eso exactamente, su cerebro había prácticamente desconectado todo su movimiento, ya no había energía para moverse ni para hacer nada, la única razón de que seguía vivo eran las capacidades regenerativas de la autofagia.

Ni eso era eterno—Kh... ¡Kh!— fueron los sonidos que pudo hacer, apretando los dientes mientras la sangre bañaba y comenzaba a salir con más fuerza.

OlvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora