Olvidado

Capítulo 31 El choque de dos dragones

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En una habitación relativamente pequeña, un rubio adulto se encontraba firmando papeles con ambas manos y sus ojos azules yendo de un lado a otro mientras firmaba y escribía contratos para ser enviados.

Suspiro largamente mientras tres rubios iguales se encontraban en el suelo firmando igualmente de rápido y revisando aún más papeles al mismo tiempo.

Minato Namikaze era probablemente el Hokage que había pasado por más cosas en su mandato, por como se veía más viejo de lo que realmente era, no significaba que eso era algo bueno.

Singularidades tecnológicas, formaciones de equipos Shinobi de distintos ámbitos, resurrecciones de aldeas que se creían muertas que eran aliadas o enemigas de Konoha, su anterior Daimyo siendo tan estúpido como para tratar de extorsionar a la familia de alguien del top como para que necesitarán una nueva capital –y nuevo Daimyo– sin mencionar que Konoha era una de las aldeas que más tenían a pertenecientes al top de más alto.

El problema radicaba que aquellos que pertenecían al top no eran particularmente aliados de aldeas en particular, o aliados de nadie en si mismo, bien podían ser líderes o simples personas que iban por donde querían.

Por lo tanto, sus existencias eran valiosas para cada país, cada continente, era una demostración de su poder, pero por ello no podía considerarles un gran porcentaje de las fuerzas militares en si misma.

43% de las fuerzas Shinobi de la aldea había sido borrada de la existencia producto del ataque de Otogakure, Sunagakure y los misteriosos atacantes que no parecían venir de ninguna aldea.

El numero de soldados perdidos para un Hokage era lo importante, encima de ello estaba el daño masivo generado después de que la Brigada Espacio-Tiempo logrará evacuar al mayor número posible de civiles y ninjas que no pelearán.

Era del tipo de daño que hacía que Madara y Hashirama se quedarán como niños pequeños jugando con piedras, el País del Fuego ahora tenía un gran barranco que lo dividía, sin mencionar que los gastos de traer de la tierra una aldea entera era masivo.

Y la actual Daimyo del Fuego simplemente había bloqueado cualquier apoyo económico en ello, por lo que de no ser por la nueva y extrañamente samaritana organización llamada Laboratorios ASER, Konoha no podría volver a pararse después de una caída así.

El problema radicaba que incluso con un gran número de usuarios de Sub-Elementos que podían ayudar en la reconstrucción, los gastos que se daban, y los problemas que se tenían por una aldea con tantas alianzas dentro y fuera simplemente desapareciendo de la faz de la tierra eran demasiados.

—Llevas tardando un poco en volver, ¿Qué sucedió ahora?— pregunto sin levantar la vista de sus documentos, hablando a lo que parecía la nada, antes que de las sombras de la habitación se formará la apariencia de cierto pelinegro.

—Naruto acaba de salir de su "terapia" en los bunkers subterráneos— hablo, haciendo que los clones y el rubio se quedarán quietos, antes de que el Oshimura continuará—. No estaba particularmente feliz, destruyó donde estaba hasta salir.

El Namikaze suspiro mientras se llevaba los dedos al puente de la nariz y apretaba, antes de asentir—Gracias por informarme de eso, tu presencia a ayudado bastante a mantener las cosas a raya después de todo este jolgorio.

—Hey, ¿para que están los amigos?— pregunto el pelinegro sonriendo de medio lado, algo divertido viendo a Minato rascándose la nuca.

—No estás afiliado a la aldea precisamente, por lo que no es como que pueda recriminarte por alguna cosa de todas maneras— dijo mientras uno de los clones le pasaba una carpeta negra, y la abría, para luego poner enfrente del escritorio que tenía una tarjeta negra—. Pero, dado lo que haz hecho, como Hokage puedo darte algunos favores para resolver tus problemas.