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—Así que… ¿has estado en una relación con Naruko desde hace… cuanto era?— la pregunta salió de manera difícil de la boca de Kushina.
Sentados en la sala de la casa, con los pantalones puestos y en el caso de Kushina, con su bata puesta, ambos entablaban una charla algo… difícil.
El rubio se rasco la mejilla, mirando a otro lado—Desde hace dos meses.
La pelirroja se sentía mareada al escuchar eso, tomándose la frente mientras recordaba que se había despertado unos cuantos segundos después de caer inconsciente en los brazos de su hijo, y como se separo de el, y como este la trataba de calmar, pero cuando pasaron por el cuarto de Naruko pudo ver a su otra hija prácticamente… bañada en semen.
Tratando de apartar de su mente la sensación de… esa cosa entre sus muslos, junto dos y dos, y necesitaba una explicación de Naruto.
Este miraba al techo, incomodada por la situación, y no notando como Kushina alzaba un poco la mirada. Se puso un dedo sobre la boca, viendo a detalle los músculos cincelados, los hombros anchos y los brazos músculos.
Era muy diferente a su marido, o a sus hijos, o a cualquier otro hombre que conociera, los ninjas tendían a tener cuerpos delgados con leve musculatura para equilibrar velocidad y fuerza.
Lo que estaba enfrente suyo poco le faltaba para ser una montaña de músculos, cada uno puesto en el lugar correcto, sus ojos pasaron por los abdominales del rubio y luego sus pantalones.
Era más grande que Minato.
Era mucho más grande que Minato.
Lo había visto, lo había sentido…
Su cuerpo duro como una roca era suficiente para hacer que su corazón martilleara un latido fuerte y frenético.
No tener relaciones sexuales durante años le hacía eso a cualquier mujer que acaba de ver un hombre adulto tan atractivo y en forma.
Sin embargo, la memoria de la mitad inferior de su hijo hizo que se le mojaran las bragas para su decoro.
Esa magnífica arma que mantenía aprisionada dentro de sus pantalones la tenía embobada. Su esposo era mucho más pequeño que su hijo que compararlos era como comparar una piedra con una montaña.
—Mis ojos están aquí arriba, madre— comentó Naruto aún viendo al techo, haciendo que ella espabilara de repente y alzara la mirada.
Esos ojos azul hielo y esa cara, tan diferente de su padre, sin duda enamorarían a muchas mujeres.
Trago y recobró la compostura—Nuestro clan tiene costumbres que… en esta parte del mundo no son bien vistos, Naruto. Tu deberías saberlo, ¿Qué diría tu novia si te viera que estas haciendo esto?
—Se puso competitiva con Naruko para ver cual podía manejar más clones al mismo tiempo y le gano— explicó el rubio sin más mientras se cruzaba de brazos—. En todo caso, malentiendes un poco las cosas, estoy seguro que no me has visto saliendo con Naruko en una cena romántica, ¿o si?
—Eso no es el problema— trato de explicar la pelirroja mayor.
—En parte lo es, el sello que tu y Mito tenían les impedía acceder al Chakra del zorro, pero con la mitad Yin, reacciona más a las emociones fuertes de Naruko— se encogió de hombros—. Ella lo toma como si fuera desahogar esto entre nosotros, pero aun cuando sale el manto de Chakra ella aún se puede cansar y… bueno, soy el único de su edad que lo podría hacer con ella sin terminar hervido por el zorro.
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Olvidado
Fanfictionhistoria creada por ( Racon Omega 98) de fanfiction Un simple niño que nunca tuvo nada de especial, eso era él, sin el poder de un zorro de nueve colas, ni el talento nato para ser un ninja de leyenda como sus hermanos. Eso era algo que siempre supo...