Capitulo 9 Enfrentándose a la Verdad

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Fueron recibidos de forma sorpresivamente amable.

Eso fue algo que Naruto no pudo evitar notar con algo de curiosidad, habían llegado a una especie de ciudad en el enorme paramo verdoso, un lugar rodeado de cuatro paredes y que incluso a la distancia se podía observar una enorme torre en el centro.

Después de un par de minutos en aquella tierra verdosa, llegaron allí, dudaron en entrar debido a que podría ser un lugar peligroso al estar en una tierra desconocida, pero era mejor que estar afuera.

Para sorpresa de todos, el lenguaje que tenían era bastante similar al que usaban en las naciones elementales, eso lo descubrieron entraron a la ciudad por una gran puerta roja en la entrada sin que nadie apareciese o se sorprendiese al ve a forasteros entrando a la ciudad, nada más que un par de miradas de lo que suponían eran unos soldados vestidos en armaduras rojas con dorada bastante raras.

—Parece que ya han tenido antes a personas de otros lugares aquí, no actúan con desconfianza a los desconocidos— declaro Naruto sentado sobre las cajas de un callejón junto a sus demás compañeros mientras contaba unas tarjetas moradas con borde dorado en sus manos.

Hitomi fue la primera en preguntar—¿Y eso que tienes en las manos?

—Resulta que la unidad monetaria de este continente es algo llamado Monedas Espirituales, y vendí un par de cosas que encontré en la cueva. Estas cartas de aquí valen por 10 mil monedas espirituales.

Las monedas espirituales eran las monedas utilizadas en todo el continente de las flores del cielo. Usualmente, dos mil a tres mil monedas espirituales serían suficientes para los gastos anuales de una familia plebeya. El valor de los artículos era medido por monedas espirituales. Por ejemplo: armaduras de batalla, cristales azules muy extraños, pieles de bestias y animales, elixires, y otros varios artículos.

Naruto había notado que incluso las ropas normales estaban hechas de alguna piel de animales increíblemente resistente, ni hablar de las ropas que vio que eran para combatir.

Bueno, había vendido los restos de los criaturas que mato en la cueva junto a las cajas de tesoros que allí habían, pero obviamente quedándose con el contenido de estas.

—Con esto supongo que será suficiente para conseguir algún lugar en un buen hotel, yo iré a buscar un par de cosas, ¿Qué hay de ustedes?

—Como no sabemos muy bien del lugar será mejor que nos quedemos en un lugar seguro— indico Hitomi con calma, viendo a Naruto encogiéndose de hombros y dando la vuelta para irse de allí.

Abi le agarro la mano a Naruto antes de que se fuera—Ruto... si las cosas se comienzan a poner complicadas.

—Si les sucede algo a ustedes, lo sabré, si me sucede algo a mi solo hare algo de ruido— declaro acariciándole la cabeza suavemente a su novia.

—Solo cuídate, por favor— le pidió antes de darle un beso en la mejilla, haciendo al rubio sonrojarse ante la vista ajena.

—Humm...— el Ojiazul se rasco la mejilla recién besada antes de darle uno también a Abi, poniéndose las vendas en la boca para ocultar su pena.

No era que le avergonzase besarla a ella, sino que era la mirada que tanto sus compañeros y sensei le daban, sino que incluso los aldeanos que allí pasaban le veían de esa forma.

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