Olvidado

Capítulo 29 La Frontera de la Vida

Si Naruto tuviera que responder alguna vez cual era alguna cosa que fuera su favorita, era estar con las mujeres que amaba.

No se malentienda, apreciaba también a sus amigos varones, Akimitsu y Shino siempre serían lo más cercano que él había tenido a hermanos, hermanos genuinos. Pero había algo especial en despertar en los brazos de alguien que amaba genuinamente.

Amar a alguien, y que ese alguien regresara ese sentimiento era algo que no había sentido antes en su vida, y que le agradaba sentir.

Pero… no había lo mismo aquella noche.

Kushina como una Uzumaki tenía una resistencia más que envidiable, una mujer normal no sería comparable con lo que ella era capaz de aguantar.

Junto a eso, con la cantidad de nutrientes y energía pura que sus propios fluidos tenían, Naruto la "recargaba" de cualquier desgaste mientras continuarán.

El contra, ella era una mujer que no había sentido nada antes así.

12 horas fue lo que duró, un humano normal tragaría ante la idea, mientras que el rubio se encontraba en un costado de la cama.

No quería pensar en nada.

Más en particular, le agradaba la idea de que fuera algo tan… corto en consideración con lo que normalmente pensaba, estaba con la mente en blanco.

Se levantó y fue al baño cercano, sintiendo un temblor en las piernas mientras lentamente se dirigía al cuarto.

La llave sonó mientras el rubio se hecho agua a la cara, a altas horas de la noche, el agua normal estaba bastante enfriada por lo que al contacto con su piel, empezó a soltar vapor como en una olla al fuego.

Sentía náuseas.

Era una sensación contraria a lo que normalmente sentía después de haber hecho lo mismo con Abi, Eva o Tsunami. La sensación de confort no era para nada algo similar a esa sensación de sentirse mareado y atosigado.

No había hecho nada de eso por alguna clase de "confort" a la pelirroja, era igual que con Naruko, lo que hacía, era debido a mera manipulación.

Y se sentía horrible.

Manipular a otras personas, usar sus vidas para beneficiarse, incluso llegar al punto de usar su propio cuerpo como la propiedad de alguien más para conseguir sus beneficios.

—Hhhhhkffff— se escucho un sonido similar a alguien soltando un respiró intentando controlar un sollozo, en el caso de Naruto, fue aguantar las ganas de vomitar.

No por lo que había hecho, seria hipócrita de su parte sentir asco de las cosas que hacía.

Era por los motivos detrás de eso, por que hacer todo eso.

Sus uñas se encontraban enterradas contra sus hombros, mientras sus dientes crujían, viendo el espejo lleno de vapor enfrente suyo.

—No seas un cobarde ahora— escucho en la nada mientras sentía como su cuerpo temblaba, las heridas en la carne que se había hecho cerrándose en el sueco de carne que había dejado—. Estamos lejos de terminar con esto, vale la pena un poco de sacrificio por mejorar las cosas, después de todo, ¿te importa más algo tan desechable como tu existencia que la de ell…?

—Cierra la boca— gruño Naruto tapando su cara con sus manos, inhalando pesadamente, habían dos brillos rojos del otro lado del espejo—. Lo que voy a hacer vale la pena, no me puedo limitar a pensar en pequeño, vale la pena hacer esto— declaró antes de que viera una sonrisa del otro lado del espejo.

—Valen para ti, eso es todo lo que te importa— declaró aquella voz mientras los ojos del rubio tintineaban en rojo y morado—. Solo continúa, sacrifica cuantos trozos de ti sean necesarios para ello, al final, simplemente te deshaces de los más inservibles, debe correr en la sangre de la familia hacer eso.