•Capitulo 11•

359 59 10
                                    

| Hallie |

Nos encontrábamos en la casa de Stephen esperándolo a él y a Ivy quienes fueron a empacar las cosas del hijo de Apolo mientras hablaban lo que querían hablar.

Yo por otro lado no sabía cómo estaba tan tranquila, tal vez es por que me dieron siete infartos antes de llegar a Los Ángeles. No iba a tener tanta suerte como Ivy, Archimedes si se iba a enfadar.

Comencé a mentalizarme con todo lo que iba a decirme así no ponerme a llorar cuando lo haga, a veces sirve.

Cuando los tortolitos volvieron seguimos con nuestro viaje.

Usamos mi viaje a vapor. San Francisco por alguna razón no me daba buena espina, no me gustaba el ambiente. Caminamos por las calles buscando la casa de Archie y mi cuerpo cada vez que avanzábamos se quedaba sin fuerzas, y agradecía que nadie se diera cuenta.

-Es esta, la que está al fondo de la calle -Dijo Stephen apuntando la estructura.- La que su arquitectura es preciosa.

Trage en seco.

No, definitivamente no estaba lista. Era demasiado pronto. Saque una hoja de la mochila que traía para escribir en el.

"Perdón chicos pero no puedo hacerlo. Iré a por Zarek y Selene nos veremos en New York para ver a los dioses, de verdad lo siento."

Deje la nota en el bolsillo de Polly. Era la más despistada así que no lo notaría hasta que metiera las manos en sus bolsillo. Salte exaltada a oír que tocaban la puerta así que rápidamente me desvanecí en vapor. Se lo que estoy haciendo es de una completa cobarde, nada propio en mi pero ¿Como voy a mirarlo a la cara? Incluso si ya sepa la verdad... Nerea debe haberlo encontrado cosa que es peor aún... ¿Como los miraría a ambos a la cara?

Suspire y saque la copia del mapa de Quirón. El centauro la dejó en mi poder sabiendo que esto pasaría y se lo agradecía.

Decidí teletranspórtame directamente a Vancouver, iba a marearme bastante pero no me importaba. Al llegar sentí como mi cabeza daba un montón de vueltas. Me recosté en una pared para intentar recuperarme.

-De todas las formas que espere volver a verte...-Dijo una voz a mi lado haciéndome sobre saltar.-Esta no era una de esas.

Zarek estaba parado en la calle sosteniendo unas bolsas del mercado mientras daba pequeños sorbitos de su jugo.

-¡Zarek! -Solloce para luego abrazarlo.- ¡Perdón por todo! ¡De verdad!

El se sorprendió pero con dificultad contestó mi abrazo para luego reír.

-¡Hey! No te preocupes -Murmuro el sonriendo.- Yo nunca te culpe por nada, siempre hay una razón por las cosas qué haces y no creo que esa fuera diferente. Aunque algo me dice que no estás así solo por eso.

Me calmé para poder explicarle.

El me escucho atentamente mientras que caminábamos a su casa. Siempre fue así con Zarek, era el más amable y atento de todos mis amigos, siempre podías contar con que él te escuchara sin juzgarte. No era nada parecido a Zeus.

-Si no te sientes cómoda con la situación, no deberías forzarte a verlo -Dijo el después de que yo terminara.- Hallie, no es bueno para tu salud mental ¿Ya sabias la verdad sobre...?

-Si -Conteste con la cabeza baja.- Las Moiras me lo dijeron cuando me fui... aún me cuesta creer que mi padre y Atenea...

-Y aún así no quisiste volver... -Murmuro.- ¿Entonces hay otra razón? ¿Por la que no volviste...?

Asentí y él no volvió a preguntar.

Sabía que lo diría cuando esté lista. En realidad había dos razones por las que me fui... una fue por Archimedes y la otra por Nerea, aún que una de ella fue completamente una trampa y me arrepiento por haber caído tan bajo.

«The hero of the past« | Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora