CAPITULO 11

796 59 4
                                    

Llegando a la casa ya era algo tarde, llegamos justo cuando estaba oscureciendo. Espere pacientemente a que Brian abriera la puerta, mientras lo hacía lance un bostezo. Observé como el sonreía con los labios sellados. Entramos. Estiro su brazo para encender el interruptor, el ambiente  era solitario.
Me dirigí a las escaleras con el detrás pisandome los talones.
—¿No quieres cenar algo?-preguntó
—No, estoy llena. Pero gracias de todas formas. -lance otro bostezo cerrando mis ojos y al llegar al último escalón tropecé accidentalmente.
Brian me tomo del brazo con fuerza.
Asustada me agarre del barandal y me lleve una mano al pecho respirando agitadamente.
—¿Estás bien?-preguntó al llegar a mi lado.
—Si, si. -replique.
Sus dedos seguian apretando mi brazo suavemente.
—¿Segura?-preguntó
Asentí con la cabeza repetidamente y entonces Brian me soltó. Caminamos en silencio uno al lado del otro hasta las habitaciones.
—Buenas noches profe May.
—Buenas noches nena, descansa.–su voz suave me produjo tranquilidad.
Le dedique una pequeña sonrisa que el correspondió y entre a mi habitación.

[••🌙••]

Estaba sentada en la sala de estar con los nervios a flor de piel y sosteniendo el papelito que Liz me había dado ayer, espere que el profe May regresará con el teléfono, una vez que el llegó me lo dió.
—Veo que estás muy interesada en ese muchacho.
Alce mi cabeza mientras mi dedo se quedaba a centímetros del primer dígito.
Su mirada permanecía sería, aunque sus ojos reflejaban curiosidad.
—Un poco si. Aunque a Roger no le parece buena idea. –replique recordando la cara de molestia del rubio de ojos azules.
—Roger lo dirá por algo. Ha de tener una muy buena razón.-agrego sonriendo un poco.
—No creo. Me espanta a los pretendientes desde que tenía catorce.
Brian rio divertido enseñando sus relucientes colmillos y echo su cabeza hacia atrás, sus rizos rebotaron de atrás hacia adelante, luego posó su vista en mi.
—Lo dice por algo. –agrego y salió de la sala.
Mordí el interior de mi mejilla mientras sostenía el auricular contra mi oreja, fruncí mis cejas y le reste importancia a su comentario. Marque los dígitos y espere a que contestará alguien.

"—¿Diga?
—Buenas tardes. Busco a Josh Devine.
—Soy yo.
Sentí como mi respiración se atasco en mi garganta.
—¡Oh!. Habla Mia. La hermana de Lizbeth.
—Ah ya. Hola Mimi. ¿Cómo estás?.
Lancé una pequeña sonrisa ante ese sobre nombre. Así me decía cuando éramos niños y jugábamos a los piratas en su habitación.
—Muy bien. ¿Y tú?. Tanto tiempo sin saber de ti.
—Eso es cierto. -hizo una pausa—Estoy bien, disfrutando mis vacaciones.
—Eso es bueno.
—Si. Oye ya que estamos hablando, me gustaría invitarte al cine el Viernes. ¿Crees poder?.
—Si. Por supuesto.
—Genial. Entonces te marco ese mismo día temprano para organizar en dónde nos vemos,¿vale?.
Fruncí el ceño confundida.
—Esta bien.
—Okey, entonces nos vemos. Adiós."
Y colgó el teléfono así sin mas.
Observé con confusión el teléfono. Lo deje a un lado de la mesita y observé a Brian parado mientras sostenía un plato con palomitas.
—¿Que tal te fue?-preguntó mientras se llevaba un puñado a la boca.
—Bien, supongo.-agregue rascando mi cabeza—.Al parecer tengo una salida el viernes.
—Que bueno, que te diviertas.
—Gracias. –agregue con una pequeña sonrisa.
—Hay palomitas en la cocina.
—Gracias profe.–agregue mientras me acomodaba para leer un libro.
Brian sonrió y salió de nuevo de la sala.

[••🌙••]

—Y bien ¿que novedades tienes del profesor guapo?
Escuche a Lilly suspirar del otro lado de la línea telefónica y relami mis labios. Brian pasaba por el pasillo y me lanzo una corta mirada. Entendí. Andaba merodeando el lugar, así que no podía hablar mucho.
—Todo normal Lilly, es normal y aburrido. –sonreí.
—Yo no entiendo cómo es que no te gusta ni tantito.–se quejó.
Lance una risita.
«Si supieras»
Tal vez no me gustaba, pero yo a él si.
—Es tan guapo.
Me imaginé su sonrisa de enamorada e hice una mueca de aburrimiento.
—Lilly si solo hablaste para decirme tu amor por el mejor ahí la dejamos. –susurre.
—Es que amiga, eres la única. Enserio. ¡La única! Que no está muerta por Brian Harold May, casi toda la prepa lo ama. Inclusive las profesoras.

Eso era cierto.  La vez en que dio un recital tocando el teclado y cantando todas casi se mueren ahí mismo, desde ahí la directora es demasiado atenta con el. Algo incómodo seguramente, pero el profesor es tan amable, y caballeroso que a nadie le dice que no cuando necesitan algo. Y menos si se trata de una mujer.

—Es tan divino.
—Ay ya callate Lilly–añadi exasperada.
—Amargada–la escuché reír. —¿Y qué era lo que me ibas a decir?.
—Tengo una especie de cit tal vez el viernes.
—¿Con?.
—Un vecino de mi cuadra.
—¿A dónde van? –agrego interesada.
—eso es lo que no se–replique con confusión—.Me dijo que el viernes me hablaba para ponernos de acuerdo en el lugar y la hora esa misma tarde.
—¿De verdad?
—Si.
—Eso es muy raro, se supone que  una cita se planea con anticipación, no ese mismo día. ¡Que vecino tan raro tienes!
—No lo se, a lo mejor es de los que deciden todo a último minuto.
—Eso no es de caballeros. Todo lo que se planea al momento a veces no sale bien.

Me quedé en silencio por unos momentos.
—Lilly-balbucee. —¿Y si me deja plantada?–agregue con terror y preocupación.
—Esperemos que no y cumpla su palabra. O si no se las vera con mi puño.
Lance una sonrisa de suficiencia, que bueno era tener amigas como ella.
—Espero que todo salga bien.
—Piensa positivo y se hará magia–añadio alargando la "a"
—Eso haré, gracias Lilly.
—Por nada mantenme al tanto de tu vecino y del profe guapo.
—Claro, sin ningún problema.
—Andale pues, nos hablamos otro día. Adiós.
—Chau.
Lilly colgó el teléfono primero. Me levanté del sofá y fui a la cocina por un vaso de agua.
—Ya le comenté a Liz que sales el viernes. –replico Brian sentado en una silla con mi libreta de matemáticas, estaba revisando la tarea que me había dejado.
—Si. Gracias profe.
—Por nada.–me dedicó una sonrisa mostrando sus blancos colmillos.
—Si no es molestia, tampoco quiero que pienses que soy metiche. Pero como tu tutor, tengo que saber a dónde irás.
Me senté enfrente de el en la mesa de la cocina y cruce mis brazos, sobre la mesa.
—Aun no sabemos.
Brian frunció sus cejas observandome confundido.
—¿Cómo?–pregunto suavemente recargandose en el respaldo de la silla y cruzando sus brazos a la altura de su pecho.
—Pues que ese mismo día nos pondremos de acuerdo a dónde iremos.
La expresión de Brian era de confusión absoluta.
—¿Es enserio? –lanzo un bufido.
Asentí con la cabeza.
—¿Es malo?
Su mirada se clavo suavemente en mi y apretó sus labios pensativo.
—Eso es de muy mala educación. Si se supone que te invito a salir debería ya de saber a dónde te llevará. –rasco su frente con su dedo índice abriendo un poco sus labios. —Solo espero que sea un chico de palabra. O si no se las vera conmigo.–agrego severamente.
—Gracias Brian. A veces siento que eres otro hermano a parte de Roger.
Observe como su nuez de Adán subió y bajo lentamente, su rostro reflejo incomodidad y su semblante se entristeció un poco.
—Gracias Mía.
Le sonreí efusivamente.
Lo que no sabía es que quería ver su reacción nada más. Y al parecer era extraño. Observe como sus ojos brillaron intensamente al mirar hacia la pared. Suspiró cansado.
—Ire a dormir un rato. –anuncio mientras se levantaba de la mesa.
Me quedé observando como se retiraba del lugar.
¿Acaso era mi imaginación o le causaba algún efecto negativo el que dijera que parecía mi hermano, parecía desilucionado. Sentí un poco de pena por el. Pero como iba a sentir otra cosa por Brian, era prohibido. Yo no podía corresponderle, ni aunque en un universo paralelo me comenzará a gustar. Era imposible.








𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐃𝐎//𝐁𝐑𝐈𝐀𝐍 𝐌𝐀𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora