CAPITULO 13

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Me quedé en el limbo de la somnolencia mientras Brian conducía de regreso a casa cuando se me ocurrió hacerme la dormida para ver qué hacía, así que ahora estaba luchando para no reírme en cualquier momento. Vería si era fácil engañarlo.

Cuando el auto se detuvo completamente asumí que ya habíamos llegado y me quedé quieta esperando por su acción.
—Mia despierta, ya llegamos.–su voz suave inundó mi audición. Me pico el hombro con su dedo índice intentando despertarme. Me quedé quieta.
Brian salió del auto, y por más que intente abrir mis ojos presa de la curiosidad lo evite, no esperaba que me dejara encerrada en su auto. Esperaba que no fuese tan cabrón como Roger.
Sentí que abrió la puerta de mi lado y el viento helado penetro el lugar  poniéndome los vellos de punta, me estremecí de frío, pero aún más cuando sentí que Brian estaba estirando su rostro en mi dirección y me tomo de los hombros con sus dos manos.
—Mia, despierta. –su voz adquirió un tono de diversión y río, levemente mientras me sacudía con suavidad intentando despertarme.
—Maldición. Te vas a congelar si te quedas ahí. –se quejo quedandose en silencio. Y Escuché como suspiraba.—Bueno, no me dejas otra opción, espero que tú hermana no me mate.

Sentí como se estiro y paso su brazo por debajo de mis piernas, y con la otra rodeo mi espalda, me mantuve con el cuerpo como gelatina al saber que Brian me estaba sacando del auto entre sus brazos. Contuve la necesidad de salir corriendo. Con su pierna derecha cerró la puerta del auto y entro a la casa.
—Estas liviana como una pluma.–observo mientras trataba de acomodarme en sus brazos y después movía el hombro tratando de encender el interruptor de la luz. Con cuidado cruzo la sala pegue mi cabeza hacia su hombro y lancé un largo suspiro para llevar mi mano hacia el otro lado de su cuello y enterré mi cabeza en el hueco del mismo. Sentí como se tensaba y tragaba saliva. Mientras yo disfrutaba del aroma tan exquisito que desprendía su anatomía. Entre menta y vainilla. Su calor corporal me hizo sentir agusto y Brian solo me tomo con más fuerza mientras subía las escaleras lentamente.
Entro a la habitación que me había asignado, volvió a tratar de encender la luz con su hombro, y cuando lo logro se dirigió inmediatamente a la cama  sentándome en ella deteniéndome por la espalda con su brazo y destendio las colchas con su mano que le quedaba libre. Quedé recostada del lado derecho y sentí el peso de su mirada para después sentir sus dedos en el cierre de mi vestido quedándose ahí vacilantes por unos cuantos segundos.
Lo escuché suspirar y los quito rápidamente acercándose a mi rostro y sentí hundirse el colchón a mi lado, me dió un beso en la coronilla y acaricio mi cabello lentamente y con dulzura.
—Buenas noches hermosa.
Se levantó, apagó la luz y cerró la puerta. En ese instante abrí los ojos mientras sonreía en la obscuridad.
Lancé un largo suspiro mientras sus palabras se quedaban en mi mente y abrazaba la almohada en estado de shock.
Que lindo había sonado eso.

[••🌙••]

Con una sonrisa en mi rostro abrace la almohada, abrí mis ojos y suspiré recordando las palabras de Brian. ¿Podría ser cierto que le gustaba?. Había notado que en todo el tiempo que estuvimos viendo la película no me quitaba la vista de encima. Y cuando volteaba a mirarlo  el rápidamente volvía la vista a la pantalla. Era gracioso.
Me levanté de buen humor ese día y procedí a darme una ducha caliente antes de bajar a desayunar.

Al aproximarme a la cocina escuché una maldición por parte del hombre.
Abrí mis ojos asombrada. Brian maldiciendo eso sí que era nuevo.
—Hola. Buenos dias-anuncie entrando a la cocina.
El hombre se encontraba en el fregadero con el rostro molesto mientras sacaba de entre el agua y el jabón restos de un plato hecho añicos.
Al observar su rostro cambio a una alegre expresión. Pude jurar notar un brillo en sus ojos. ¿O acaso yo estaba volviéndome loca? .
-Buenos días Mía
-Buenos días Profe May
Se separó del lavavajillas y vi que tenía un delantal floreado.
-Hice waffles para desayunar.-replico mientras se dirigía a la barra de la cocina y comenzaba a servir jugo de naranja en dos vasos. ¿Quieres chocolate y fruta encima?.
-si por favor-agregue mientras me acomodaba en la silla.
Brian May era muy, muy atento. Ahora entendía porque Liz le lloro durante casi medio año, hasta que Roger llegó a su vida. Roger era su media naranja, y Brian se había convertido en su mejor amigo.
A veces las pequeñas acciones de los hombres son las que te traen babeando, lo había observado con papá y mamá. Papá siempre consentía mucho a mamá, independientemente si llegaba cansando o no del trabajo, siempre aprovechaba para demostrarle cuanto la quería. Si mamá estaba enojada el hacia que su mal humor desapareciera. ¿Cómo? No lo sabía. Pero al otro día amanecía contenta, después de haberme gritado a mi o a Liz y Roger cuando venían a visitarnos.
Mi hermana había ya conseguido al hombre de sus sueños, y yo esperaba encontrar al mío pronto.
Suspiré fuertemente, sonriendo como boba. Que lindo sería el primer amor.
-Oh hola. -agregue riéndome mientras observaba como Brian me miraba extrañado con algo de comida en la boca.
Procedí a devorar mi waffle en silencio. Y cuando terminamos de desayunar lave los platos.
Luego salimos al jardín a tomar mis clases.
Mientras Brian explicaba algo de teoría yo ponía atencion y anotaba notas en un cuaderno, sin embargo mis ojos se iban directamente a sus delgados labios perdiendo el hilo del tema.
Cuando volvía a la realidad su mirada Hazel conectaba con la mía, sonreía un poco y continuaba con la explicación. Acabe sin entender nada y con un fuerte dolor de cabeza.
Rasque mi frente mientras entrábamos a la casa. Nos sentamos a ver la televisión un rato en lo que llegaba la comida china que Brian había ordenado.
Estaba tirada en el suelo mientras tenía un libro de astronomía prestado por Brian y de vez en cuando volteaba hasta el sofá a lanzarle una mirada curiosa. El estaba con la expresión más aburrida del mundo pero al mismo tiempo dirigía su vista a la televisión, sonreí y el timbre sonó.
Me levanté de prisa.
-Yo abro-anuncie corriendo por el pasillo.
Brian salto de su lugar corriendo hacia la cocina, supongo que para buscar el dinero para pagarle al repartidor.
Abrí la puerta con una sonrisa amable, un chico rubio de ojos verdes me dedico una ancha sonrisa, me puse roja de los nervios.
-Buenas noches preciosa. Aquí está su pedido. -anuncio demasiado amable.
Sonreí y tome la bolsa entre mis manos.
-en un segundo vienen con el cambio.
-¿vives aquí?.-pregunto el rubio con interés.
-Si.
Escuche como Brian se acercaba con pasos rápidos.
Observe como el rubio me miraba de pies a cabeza como inspeccionandome. Me sentí algo incómoda.
-Buenas noches.-replico Brian mientras recargaba su antebrazo en el marco de la puerta, su anatomía estaba a centímetros de mi cuerpo y su voz sonaba molesta.
El chico se asustó.
-Si buenas noches, aquí está su ticket. Brian lo tomo y saco el efectivo para pagar.
Le cerró la puerta al chico en las narices y se dirigió a la sala en donde se sentó.
-Eso fue muy grosero de tu parte.-replique mientras entraba a la sala con la bolsa de comida.
-¿Tú crees?-replico sarcástico
Me lo quedé mirando con el ceño fruncido.
-¿Y ahora yo que hice?-exclame.
-Mia te estaba coqueteando.
Rode los ojos al cielo.
-Ay por favor Brian. Estás delirando.
El rizado abrió la boca y alzó los brazos bajandolos.
-Solo estaba siendo amable.
Brian May se rió.
-Mia, soy hombre, y se prefectamente como se comportan los de mi especie.
-¿Y como según tu?- anuncie mientras ponía mis manos a los lados de mi cintura.
-Escuche todo, su tono de voz, su lenguaje. Si no llego te saca el número de teléfono antes que nada.
-¿Y tiene algo de malo?-pregunte.
El hombre se quedó en silencio.
-N-no-tartamudeo.
Me reí.
-¿Estás celoso?-pregunte señalándolo con el dedo.
-¡Por supuesto que no!-se levantó del sofá llevándose una mano a su cabello.
-Entonces ¿Porque te molesta tanto eso?.
-Roger me dijo que nadie ,nadie, absolutamente nadie se te podía acercar o me corta los testículos.-explico rápidamente.
Rode los ojos al cielo.
Que excusa más tonta se había inventado.
-esta bien. -agregue dejando el tema por la paz.

Pobre e inocente Brian Harold May. Estaba celoso de eso no había duda alguna.
Pero tenía que hablar con Roger para sacarle algo de información. 
Y tenía que ser lo más pronto posible.








𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐃𝐎//𝐁𝐑𝐈𝐀𝐍 𝐌𝐀𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora