𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐃𝐎//𝐁𝐑𝐈𝐀𝐍 𝐌𝐀𝐘

CAPITULO 5

Contemplaba el canal de la BBC donde estaban sintonizando una serie, mientras sostenía una rebanada de pizza de Pepperoni con las dos manos.
–Con las ganas que comes ya hasta se me antojo–replico el profesor May quien se encontraba en el sofá individual.

Regresé a mirarlo con una sonrisa apenada.
–¿No quiere un poco?–pregunte.
–Soy vegetariano.–replico amablemente.

Abrí los ojos un tanto sorprendida.
–Ah. Ya.
–Y eso concuerda, su cabello parece un brócoli gigante, eres un brócoli con patas Brian. –agrego Roger desde el sofá de tres plazas.

Escupí el pedazo de pizza de la boca y aterrizó en la alfombra que limpie con una servilleta mientras comenzaba a reír escandalosamente.
–Que chistoso eres Roger–replico el entre dientes.
–El chiste no era para ti, era para pollito.
El rostro del profe May se giró en mi dirección.
–¿Porque te dicen pollito?
Por inercia rodé los ojos al cielo.
–Una broma familiar privada.
Él sonrio mostrando sus colmillos.
–¿Ah sí?–pregunto con un atisbo de curiosidad en su tono de voz.
"Vaya es tan chismoso"–pense.
–Si.–replique regresando la vista al televisor dando por finalizada la conversación.

El día lunes en la hora del recreo quedé de verme con Lily en la cafetería, camine con la bandeja hacia la mesa donde se encontraban algunas de nuestras compañeras de clase.
Seguramente nos pondríamos al día con los chismes de la escuela. Por eso me gustaban los lunes.

Tome asiento junto a Karen y Giselle las cerebrito de la clase. Y por ende las alumnas favoritas de casi todos los profesores.

La conversación dio inicio sobre uno de los temas más escuchados en la escuela, el jueves habían encontrado a unos chicos de tercero  teniendo relaciones en el baño de las mujeres, dos de primero se habían agarrado a golpes en la salida del viernes.
–Y lo mejor es este. –replico Dina mientras observaba a todos lados procurando atraer la atención de todas.
–Alguien está tomando clases con el profesor May fuera del instituto.
Todo el mundo se quedó en silencio. Y concentre mi mirada en la pelinegra.
–Seguramente es en casa de ella. –Agregue mientras tomaba un sorbo de mi refresco de lata, note que mi pulso comenzaba a temblar.
–No. Es en casa del profesor Brian.

Ella era la única que se atrevía a decirle Brian.
Se escuchó un jadeo de asombro de parte de todas las chicas.
–¡Que suertuda!–replico Emily riendo y haciendo una cara depravada.
Hice una mueca de extrañeza.
–¿A qué te refieres con suertuda? –pregunte restándole importancia.
–Pues es muy obvio–replico ella rodando los ojos– Se me hace que la chica es su novia.
Trague saliva.
–Creo que se te fueron las cabras al monte vesubio –replique riendo.
Ella me observó con fastidio.
–Sabes que está prohibido ir a tomar clases extra con cualquier profesor fuera del instituto. Obviamente ella y el tienen una relación. A escondidas. –replico sonriendo.
–Se me hace muy fantasioso eso.
Todas me observaron como si estuviera loca.
–¡yo no sé cómo  a ti no te puede gustar el profe Brian! ¡A mi me mira y siento que ya se me mojan los calzones!

Si algunas eran demasiado directas.

Hice una mueca de incomodidad y me quedé en silencio.
–Creo que ella es la única que podría estar a solas con él y no le daría un ataque puro al corazón.–replico Lily sonriendo.
–¿Se acuerdan cuando le descubrió el papel? ¡Yo casi me muero! ¡Se ve sexy enojado y serio!. –Karen comenzó a abanicarse con la mano.
–Hazlo enojar de nuevo Mia–agrego Giselle dándome un codazo.
–¡Que verguenza ya no me lo recuerdes!–replique cubriéndome el rostro con las manos.
–¿No sentiste nada cuando te miro?–pregunto Emily mordiéndose el labio inferior.
Me encogí de hombros restándole importancia.
Todas se quedaron observándome con extrañeza.
–No. Definitivamente tu estás mal de la cabeza.–resoplo Karen. 
–Soy inmune al profesor Brian Harold May. –agregue con victoria y alzando el puño.
Silvia sacudió la cabeza.
–¿Y si la chica y el hacen otras cosas?–replico haciendo énfasis en la última palabra.
Trague saliva ruidosamente.
–Pues si son novios obviamente si lo hacen. ¿Se imaginan?, con lo bien dotado que está. –replico Karen con una sonrisa malévola.

"¿Como carajo esas se fijan en eso?"
–Seguro te rompe.–agrego Lily–Yo si me dejaba, espero que ella lo este disfrutando.

Se me revolvió el estómago,
Sonó la chicharra y nos fuimos a clase.

–¿Enserio no puedo creer que piensen esas puercadas de mi?–replique con indignación camino a casa.

Lily río a mi lado con diversión.
– Déjanos fantasear, a parte nadie ha estado tan cerca del profe May como tu. Considerate privilegiada–se quedó en silencio.–¿Y que tal van?.
–El sábado fui con Roger y compro pizza. Me obligó a pedirle disculpas por lo del maldito papel.
–¿De rodillas?–replico riendo.
–No. Normal.
Ella soltó la carcajada.
–Ah. ¿Y después?
–Estudiamos, y ya eso fue todo. Me regresé a casa con Rog. Ah y me llamo nena.–replique arrugando la nariz.
–¡¿Que?!–replico ella deteniéndose bruscamente en medio de la acera.
–Me dijo nena. –replique fastidiada mientras subía las escaleras del porche y sacaba las llaves de mi casa para abrir la puerta.
–Es que eres muy inocente. Rodé los ojos al cielo y abrí la puerta.
–Lo bueno de todo es que yo no sueño todas las noches con Brian May. –replique en voz alta pasando por la sala. –Oye hay que ver una película.
–Pero la tarea del profe May.
Me quedé en silencio.
–¡Ahí vas de nuevo! –suspire fastidiada.
–No se porque te pones tan intensa, nadie sabe que el te da clases privadas.
–Me molesta que piensen cosas que no son.
–Sabes como es la gente. A parte a ti no te gusta, malo si estuvieras babeando como nosotras ahí si preocúpate. –replico quedándose en silencio.
–Y una mierda con el profesor del diablo, maldigo el día en que llegó a esta escuela.Lo odio. –masculle en voz baja y observé a Lily apretando los labios intentando no reír.
–Hola–la voz de Roger se escuchó detrás mío.
–¡Rubia mal teñida!–replique alegremente mientras me daba la vuelta, y mi sonrisa se desvaneció al observar junto a él al profesor May con los brazos cruzados y las cejas levantadas.
Abrace a Roger olvidando lo que acababa de decir. Rece a todos los dioses porque no hubiera escuchado.
Miré a Lily quién nos observaba roja como tomate.
Liz me dedico una sonrisa irritada.
–Que lindas palabras para referirte a mi mejor amigo pollito–replico con sarcasmo.
Me solté a reír nerviosamente.
–No te hagas tonta. ¡Lo escuchamos TODO!

Y quise instantáneamente que la tierra me tragara.