CAPITULO 6

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–¿Y bien?–Liz me observó con los ojos entrecerrados mientras ponía las manos en la cintura.

Me deshice del abrazo con Roger de mala gana, mientras escuchaba como reía por lo bajo.

–Perdon de nuevo profesor May.–replique mientras le dirigía una mirada con arrepentimiento fingido.

El solo alzó las cejas incrédulo.

–No entiendo porque me odias tanto, solo quiero ayudarte. –replico suavemente.

Trague saliva incomoda por el tono de su voz y me quedé en silencio.

–Por su culpa mis padres me castigaron–replique con reproche.

El profesor May me observó en silencio.

–¡Porque vas super mal en la materia de Brian!–agrego Liz molesta.

–¡No lo justifiques!–replique bruscamente mientras le lanzaba una mirada envenenada.

–¡No lo estoy justificando!. Es la verdad y no quieres aceptarla.

–¿Y que quieres que haga Lizbeth? ¡No voy a sacar un diez en matemáticas solo por gusto de alguien!. ¡No soy buena en eso y no me interesan!.–Bufe con enojo.

Liz observó a Brian con una mueca.

–Mia, si tú calificación no mejora este próximo parcial, te juro que haré que Brian te explote los sesos.–agrego amenazante.

Rodé los ojos al cielo. Genial ahora me amenazaba con el profesor del demonio.

–No irás a Estados Unidos en vacaciones, te quedarás en casa de Brian a estudiar. Y sabes que papá estará de acuerdo.

Escuche un jadeo de sorpresa por parte de Lily.

–Ve como me importa. –agregue mientras subía las escaleras y me escondía en mi habitación. Estaba indignada.

Me escondi debajo de la cama, hasta darme cuenta que había olvidado a Lily en el piso de abajo, seguramente Roger la había ido a dejar a su casa.

No podía creer que Liz había dicho eso, papá nunca lo permitiría, ni mi madre tampoco.  Y claramente yo no podía sacar buena calificación, esa materia era mi maldición. Cinco segundos pasaban al escuchar de números y yo podía quedarme ya dormida en la banca, al hacer operaciones y un montón de fórmulas y procedimientos mi mente se quedaba bloqueada y eso nadie lo comprendía.

Podía escuchar al profesor May hablar y hablar, y me llenaba de ansiedad verlo escribiendo números, ecuaciones, describiendo paso por paso los procedimientos y yo comenzaba a hiperventilar de los nervios mientras trataba de ponerle atención, o tomaba anotaciones en la libreta pero ni eso me ayudaba.

¿Como es que el le podía entender a todo?.

Suspiré cansada. No podía aprobar, Liz no sería tan bruja para mandarme a casa de el. Mis padres no lo aprobarían, la mandarían al carajo.

Solo eso me beneficiaba.

Londres 30 de julio de 1975.

–Nunca creí que ustedes me hicieran esto.–replique molesta mientras bajaba del auto.

Mi padre me observó molestó. No me dio una bofetada porque Brian salió a su encuentro.

Saludo a mis padres con cortesía y luego me dirigió una mirada breve, observando todo mi equipaje.

Ni siquiera me saludo. ¡Que arrogante!. Ni le iba a responder, no estaba de humor para aguantar sus sermones.

Mientras el palo de algodón de azúcar se despedía de mis padres, le entregaban las llaves de mi casa por si alguna emergencia se presentaba y ellos me dedicaban una severa mirada y me despedían entre besos y abrazos que respondí fríamente, me quedé mirando como subían al auto y se iban de ahí.

𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐃𝐎//𝐁𝐑𝐈𝐀𝐍 𝐌𝐀𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora