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Lo notaste cuándo comenzó a tomar tus muslos en plena sala del cine, eso te llevaba a una sola idea. Pero no estabas dispuesta a darle con el gusto.
Cruzó una de sus manos alrededor de tu cintura y la apreto, haciéndote saltar tu lugar.
—Bebé—susurró en tu oído. Lo silenciaste rápidamente. Él bufo estirando sus piernas incómodo.
La película termino y sin mencionar nada, volvieron a casa. Estabas segura de que Mark tenía otras intenciones, aún cuándo hablaban animadamente en el camino a casa, sus ojos se volaban a tu escote.
—¿Vamos a la cama?—preguntó abrazandote por la espalda, haciéndote sentir tu bulto en sus pantalones.
—Dejame terminar con esto—le respondiste ignorandolo.
La humedad de la lengua de Mark comenzó a pasearse por tu cuello, mientras sus manos amasaban ligeramente tu trasero.
—¿Que pasa contigo?—te atreviste a preguntar divertida. —¿Me extrañaste, verdad?
No pudo responder, Mark solo pensaba en una cosa. Te diste vuelta, quedando frente a él, sus ojos te llamaban con tanta necesidad.
—Responde—ordenaste. Mark asintió.
—Te extrañe bebe, mucho, y te necesito, por favor—susurró acercando su rostro al tuyo. No se aguanto y estampo sus labios contra los tuyos, tomandote por las caderas y subiéndote a la encimera de la cocina.
No paso mucho antes de que Mark estuviera dentro de ti, llenandolos a ambos de placer y amor. Muchos dias habían pasado de la última vez que habian estado juntos y Mark realmente necesitaba sentirte luego de tanto tiempo.
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