Sangre

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|UN AÑO ATRAS...|

El líquido escarlata no tardo mucho en ser liberado directamente del cráneo del joven pecoso sometido bajo los crueles e iracundos puños de Reiner, quien lo castigaba sin piedad alguna. Los gritos eufóricos ante el espectáculo retumbaban con mayor intensidad a cada golpe proporcionado.

— Marco — susurró aturdida en medio de la multitud gozante. Sus rodillas amenazaban en ceder con cada brutal golpe sobre el cuerpo inerte del joven. —No...—

Una cosa era descubrir la traición de dos de sus amigos más cercanos y otra muy diferente era presenciar el cruel asesinato de uno de sus compañeros de instituto, el mejor amigo de Jean... todo en una misma noche. No se percató de su lagrimear hasta que había dado la vuelta para internarse en el bosque para salir del sitio lo más rápido posible, debía informar a Eren sobre la traición por parte de Reiner y sus seguidores. No pudo evitar jadear de dolor escuchando el crujir de los huesos a la distancia.

—¿Llevas prisa?— preguntó una voz a sus espaldas.

Con el mayor de los esfuerzos bloqueo el nudo en su garganta y apartó las lágrimas de su rostro con el puño de su suéter.

— Deseo descansar por hoy, Bertolth — respondió sin atreverse a girar para encararlo

— ¿Es solo cansancio o necesitas comunicarle a Jaeger y al imbécil de Arleth nuestros planes?— espetó sin tacto alguno

Annie palideció mirándolo por el rabillo de sus ojos. No había manera de que descubrieran sus planes, se había encargado de perfeccionar y pulir su cuartada para entrar a la hermandad.

Sabía que algo no iba bien con la desaparición del libro y las repentinas actitudes serenas de Reiner respecto a las decisiones de Eren, por eso decidió alejarse de él y retomar la cercana amistad de décadas con Reiner y Bertolt, sacrificando sus propios sentimientos hacia un rubio en particular para cubrir su cuartada.

— No sé de qué hablas...— respondió apretando los puños contra sus muslos

El azabache soltó una ligera risa encarándola finalmente.

— Nos conocemos desde hace años, linda —

—No me llames de esa manera— irrumpió molesta

— Braun no confiaba en ti... — bajo con lentitud la capa de la rubia — Me mando a vigilarte, sé todo lo que hiciste para entrar y lo que planeas hacer con la información que hoy hemos compartido— tomó uno de los mechones de su cabello— Lo he sabido desde el principio—

Annie tragó en seco sin dejar de mirarlo de forma mortal

— De haber sido así, ya estaría muerta —

— Por supuesto que lo estarías, pero he sellado mi boca por tu bienestar— acercó su rostro al de ella — Siempre serás mi prioridad—

La saliva de la rubia se estampó contra su rostro con desdén.

— Me importa una mierda tus escusas— se liberó de su agarre — No intentes justificar estás atrocidades con sentimentalismo barato —

Conteniendo su rabia, Bertolth limpió su rostro.

— Será mejor que regreses. Olvidaré que esto paso y todo seguirá exactamente igual—
Un golpe en la mandíbula le hizo callar.

— ¡Vete al infierno!— gritó la rubia corriendo hacía el bosque. Tenía una misión que cumplir a cualquier costo.

Un par de millas fueron suficientes para que el azabache la derrumbara por la espalda impidiendo su avanzar.

—¡No hagas esto Annie!— reclamó Bertolt sometiéndola bajo su agarre— ¡Olvídate de tu amiga mortal!¡ Es un pequeño precio por nuestra libertad!—

Instituto Titán [EreMika]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora