Instituto Titán [EreMika]

Lazos

Había sido una noche complicada para el castaño, no había podido conciliar el sueño en ningún momento.

¿Cómo le explicaría a los demás su decisión?
¿Cómo lo tomarían ellos?
¿Se revelarían o lo apoyarían?
¿Serían capaces de hacer una locura o lo dejarían pasar?
Las preguntas no dejaban de rondar su mente .

Eran más de las 9 a.m. y Mikasa aún no despertaba, había decidido dejarla en cama hasta que ella misma se levantara. Terminó de cortar la fruta vertiendola en los pequeños platos, no solía comer pues a diferencia de los humanos no le era necesario ingerir alimentos sin embargo tendía a aparentar alimentarse con sus compañeros de instituto y ahora replicaba ésta conducta con Mikasa.

Bebió un poco del amargo café frunciendo el ceño por el sabor y por la presencia angelical que detectó. Con sigilo salió de la cabaña en busca del intruso, la vista podía jugarle una mala pasada debido a la densa niebla producto de la torrencial lluvia de la noche anterior pero el aura de aquel intruso la podría detectar perfectamente. Extendió sus alas listo para pelear en caso de ser necesario, nadie conocía esa cabaña a excepción de Armin y en definitiva el aura intrusa no era la de él.

Fue derribado velozmente empapandose de fango. Una fuerte risa llegó sus oídos, tenía que ser una broma de mal gusto.
Se levantó rápidamente restregando sus manos en su rostro.

-¡Zeke!- gritó furioso

En respuesta un par de pequeñas piedras impactaron contra su cuerpo.

-¡Sorpresa!-

El rubio lucía demasiado animado mientras que el castaño sólo pensaba en golpearlo fuertemente.

-No me mires así hermano, vengo en son de paz - levantó ambas manos y escondió su par alado

-¿A qué vienes?-

-Bueno, llevabas varios días desaparecido y casualmente Mikasa no se encontraba en el instituto a altas horas de la madrugada-

El ojiverde posó su mirada en él

-¿Y tu cómo sabes de su ausencia a esas horas?-

-Bueno...- acomodo sus gafas- Sabes que soy muy curioso-

-Zeke...-

-Okey, la he vigilado un par de noches -

Eren lo miró confundido

-No pienses que soy un maldito acosador ni nada por el estilo-

-Entonces explicate simio-

Rió al escuchar su viejo apodo

-Extrañaba que mi hermanito me dijera así- acarició la cabellera alborotada del castaño

- Tengo más de quince siglos, no soy tu hermanito -

-Bueno para mi siempre lo serás-

Eren le golpeó el brazo cariñosamente, ambos tenían una extraña forma de mostrar su afecto .

- La vigilaba porque me temo que ha encontrado el libro de los caídos-

-Lo sé, Jean me lo dijo-

-Ohh, al menos estás al tanto - sacó un par de fotos de su gabardina - Pero me temo que alguien más la acecha-

Eren tomó las fotos y comenzó a revisarlas una por una, eran encapuchados ocultos en los bosques cercanos a la habitación de Mikasa.

- ¿Quién crees que sea?-

-Supongo que algunos ángeles menores, no sé que planean-

- Ellos no pueden hacer nada ...- rompió las imágenes tirando los pequeños pedazos el césped -Yo era el único que podía modificar la situación-