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Narra Brisa

Ahí estaba yo, en la casa de Angie, sin nada de ganas de volver a la mía.
Yo juraba que esa herida que ayer reapareció en mi vida con una sonrisa ya estaba cerrada.
Pero no, con un tan solo golpecito ya se volvió a abrir.
Mi mente da vueltas y vueltas pensando precisamente en eso, y no lo puedo sacar de mi cabeza.
Quisiera poder hablarlo con alguien, quisiera poder decirle a Angie que no tiene nada que ver con ella.
Quisiera.
Pero no todo lo que uno quiere se puede.

—Bri..–habló Angie. —Yo no quiero ser pesada ni presionarte, quiero ayudarte, pero si no me decís que te pasa..
—Lo único que te pido es que me perdones. Te prometo que te lo voy a contar, en cuanto pueda. –dije—¿Puedo quedarme a dormir acá?
—¿Ahora?
—Sí..Quiero descansar mi mente.
—Está bien, andá a mi cama si querés.
—Gracias.
Me levanté y me dirigí hacia su cuarto.
Delicadamente me acosté en su cama y suspiré. Tenía ganas de llorar pero sabía que Angie vendría en cualquier momento.
Y así fue.
—Descansa, Bri. –dijo depositándome un beso en mi mejilla.
—Gracias. –respondí con una apenas sonrisa.
Angie se dirigió hacia la puerta pero se detuvo ahí.
—¿Querés que me quede con vos? –habló dándose vuelta.
Asentí con la cabeza y le hice un lado en la cama.
Su cama era grande, entrábamos las dos.

2 de enero, sáb. 9:18 A.M
Me levanté con la luz del sol y caí en que estaba en el cuarto de angie.
Angie estaba al lado mío con el celular en su pecho y durmiendo con una carita de bebé.
Recordé mi clase de italiano, era hoy, a las 9:30. Agarré el celular de Angie para ver la hora, y eran y 18. No tenía mucho tiempo.
Me levanté despacio, bajé de la cama y me encaminé a la cocina donde me encontré a la hermana de Angie.

—Lu. –hablé. —Buenos días.
—Briii, buenos días, ¿Cómo estás?
—Bien..Me tengo que ir, por mi clase de italiano. Cuando Angie se despierte, avisale, sí?
—Ah, okey. Le aviso, suerte con tu clase.
—Muchas gracias.


Narra Angie
Me desperté gracias a mi hermana.
—Angieeeee! –gritó. —Levantate, ya son las 10 de la mañana.
—Ufff. –dije frotandome los ojos. —¿Y bri?
—Brisa ya se fue a su clase de italiano.
—¿Por qué no me despertó?
—¿Qué sé yo, angie?
—Ufa. Ahora me levanto.

Tomé mi celular y me encontré con un mensaje de Bri;
“Hola, te escribo porque capaz Lu se olvida de decirte, me fuí a mi clase de italiano, si? Cuidate.”
Sonreí y le respondí;
Jajaj. Sí, me aviso. Me acabo de levantar”
Envié y dejé el celular en la mesita de luz.

10:30 A.M
Estaba tranquila viendo la tele, cuando tocan el timbre.
Me confundí porque no esperaba a nadie. Brisa se había ido a su clase de italiano, pero supongo que ahora tiene que volver a su casa. Lu fue con unas amigas al parque y papá y mamá fueron a un cumpleaños de una prima a la que tanto Luli como yo nos negamos a ir.

Me levanté del sillón y miré através de la puerta quién era.
Era Brisa.

Hice mi cara de confundida y la dejé pasar.
—¿Bri? –pregunté. —¿No ibas a ir a tu casa?
—Hola, no? Buenos días.
—Sí, hola..
—No, no iba a volver a casa.
—¿Por qué?
—Euu, ¿No me vas a preguntar como me fue?
—Eh, sisi, ¿Cómo te fue?
—Bien. La maestra se re sorprendió.
—¿Y por qué no querés volver a tu casa?
—Ufa, como estás con ese temita.
Se sentó en la alfombra y no me respondió.
—Bri, no vas a estar todo el día acá. Desde ayer que no ves a tus papás.
—No quiero volver a casa Angie.
—¿Pasó algo con tus papás? ¿Se pelearon?
—No.
—¿Entonces?
—Es..Medio complicado.
—Tengo todo el día.
—No tengo ganas de arruinarte el día.
—Dale, contame.
No obtuve respuesta de Bri. No quería incomodarla, obviamente, pero necesitaba saber lo que le pasaba.
—Confia en mí.
Brisa miraba hacia todos lados y sus ojos se empezaron a cristalizar.
—Confío en vos. Pero es algo que nadie sabe y..–habló con la voz ya quebrada. —No quiero que mis problemas sean también los tuyos.
—Por favor Bri, quiero ayudarte.
Suspiró. —Está bien..¿Puedo confiar en vos?
—Sí.
—Bueno..–empezó jugando con sus dedos. —Esto es de hace bastante, cuando tenía doce años. Mi mamá tenía una hermana, mi tía, que vivía en México. Ella no venía casi nunca, y recien la conocí a esa edad. Resulta que, ella también tenía un hijo, mi primo. Una pesadilla. Él, en ese momento, tenía dieciocho años. Era muy lindo, y a mí me llamó la atención. Pero era mi primo, y era mucho mayor que yo. Cuando el estaba cerca de mí, yo me ponía nerviosa, y a él le gustaba eso. Recuerdo una vez, me encaró y me besó. Jugabamos a eso, era besos a escondidas, como un "amor" prohibido. Yo le seguía el juego porque me sentía especial, me sentía en una novela, como si fuera una película romántica. Hasta que un día me hizo algo que nunca voy a olvidar. Él se aprovechaba de mí, de lo inocente que era, y.. se aprovechó demasiado. Creo que ya entendés a que me refiero. –asentí. —Desde ahí empecé a desconfiar de él, y ya no le seguí el juego. Ya no era divertido, era un infierno. Me amenazaba si decía algo, yo lo sufría demasiado. Por suerte para mí, unos días después de cumplir quince años, mi tía decidió volver a México. Estuvo tres años haciéndome eso, tres años infernales. Al paso del tiempo intenté olvidarme de eso, y ahora, que tengo 18 años, pensé que ya lo había superado. Pero el jueves, cuando me llamaron, era mi mamá, a avisarme que mi primo y su mamá habían vuelto acá desde hace mucho tiempo. Mi mamá quiere mucho a su sobrino, mi papá también y a mi hermana le da igual.. –suspiró.

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Ayer Luli subió un vídeo donde decía que odiaba sus vídeos y no se sentía satisfecha, me llegó al corazón, pobrecita que lloró y todo, pero me siento identificada xd
Quería decir eso, baiii

Como decirte que te quiero || BrangieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora