- ¡¿Qué?!
- Eso mismo.
- Para, para, paraaa, ¿Cómo sabés que ella es JD?
- Estoy segurísima, Mica.
- Pero, no, o sea... ¿Qué?
- ¿Te lo explico con manzanas?
- ¡Es que no entiendo! Todo fue tan... Repentino. La vida cambió de un día a otro, ¿Entendés?
- Ajá. Pero no pudo ponerse un nombre más evidente.
- Yo la veía buena persona, te juro.
- ¿Buena persona? ¡MICA, LE GUSTA MI NOVIA!
- Pero ella no sabía que era tu novia. Aparte vos no elegís de quién enamorarte.
- Todo el mundo sabe que Brisa es mi novia. Y con lo obsesionada que está con ella de seguro lo sabía.
- Ustedes eran mejores amigas, me cuesta pensar que ahora... No sé.
- Es cierto. Pero es la verdad. Y bueno...
- ¿Qué vas a hacer?
- No sé. - suspiré.
- ¿Tenés su contacto?
- Sí... Pero es mejor ir a hablarle a su cara, creo.
- Es verdad. ¿Y cuándo lo pensás hacer?
- Justo ahora. ¿Sabés dónde está?
- ¿Qué? No, yo... No sé, pero, no vayas. Mira si está enojada y...
- Y nada. Voy a buscarla. Debe estar en la biblioteca, como de costumbre.
Dejar a Mica con las palabras en la boca era una especialidad mía. De hecho, creo que me iba a decir algo, pero me fui lo suficientemente rápido para no escucharlo. Me tenía un tanto rara esta situación, no tenía miedo de que me 'robaran a Brisa', ni nada parecido. De hecho, si fuese otra persona quien está haciendo esto, no sé si me importaría tanto. Pero es ella, mi amiga de toda la vida... O al menos de mis primeros 12 años de vida. No lo entiendo. Sé que no tiene la culpa de enamorarse, pero podría simplemente irse y no afectar mi relación. Aún así, sigue insistiendo. Y lo que me impresiona es que venga de ella.
Y cuando estaba en la puerta de la biblioteca, pude escuchar su voz. Definitivamente estaba ahí.
La puerta estaba entreabierta. Pude verla, sentada en una silla, al parecer en una llamada telefónica.
Coloqué mi oreja en la puerta, para escuchar con quién o de qué hablaba, ya que su rostro no expresaba mucha felicidad que digamos.
“Sí... Perdón... Entendido... De nuevo, perdón... Ok... Chau.”
Cada vez entendía menos. Pero no me incumbía, así que en cuanto dejó su celular en la mesa que tenía al lado, entré.
- Angie. - dijo con un rostro sorpresivo.
- Juana. - dije imitando su rostro.
- ¿Buscabas algo? - preguntaba como si no hubiera pasado nada durante la última hora.
- ¿Se puede saber con quién hablabas y por qué parecías triste?
- Eh... No. No se puede saber, ¿Para qué viniste?
- Para hablar con vos.
Suspiró.
- Yo... No quiero.
- ¿Qué cosa no querés?
Entonces su rostro parecía entristecerse. Pero yo no entendía porqué.
- Lastimarlas. No quiero arruinar todo. Si tan sólo pudiera explicarles... Pero en serio es difícil y... - su voz se quebraba.
Nunca la había visto así. En cualquier momento iba a llorar. Y no lograba comprender la causa.
Me daba mucha pena, sea lo que sea lo "difícil" para ella.
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Como decirte que te quiero || Brangie
Roman d'amour-Mi vida es un desastre, Angie. No quiero que tu vida también lo sea, y por culpa mía. -Mi vida también puede ser un desastre pero si estás vos todo mejora. -hablé.