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Narra Brisa

Lo había dicho.
Uno de los nudos de la garganta que tenía se había desenredado. Uno, entre tantos.
Sentía que me había sacado un peso de encima, como si hace siglos hubiese intentado hablar este tema con alguien.

Angie no decía nada, tenía los ojos llorosos y me miraba fijamente con una angustia inmensa.

Me abrazó, y sentí como por un milisegundo todos mis problemas se fueron. Pude sentirme viva hoy después de tanto tiempo, y eso realmente no tiene precio.
—Nunca te voy a abandonar. –Dijo Angie casi susurrando.

Siento que vos sos la cura de mi enfermedad, Angie.

—Angie –hablé, minutos después, con el mismo tono y apartándome del abrazo.
—¿Qué pasa?
—Creo que ya.. tengo que volver.
—¿A tu casa? ¿Con ese degenerado?
—No hay otra.
—¿Me prometés que te vas a cuidar?
—Te lo prometo.
Ella suavemente plantó un beso en la comisura de mis labios y se levantó.

—¿Querés que te acompañe?
—No. –contesté inmediatamente. –Prefiero que no.
—Okey..Cuidate.
—Vos también, te quiero.
—Io di più. –respondió con una leve sonrisa la cual devolví.
Me dirigí hacia la puerta de su casa y salí.
Dí un suspiro y empecé a caminar hacia la mía.

No quería ver lo que me esperaba
Al que me esperaba.

Narra Angie
Lunes, 4 de enero 16:57
—Y bueno, pasó eso. –finalizó Luli mientras le daba un sorbo a su café.
Yo, sinceramente, no la estaba escuchando. No sé nada de Brisa desde que se fue a su casa. Aunque Tini ya me haya dicho que estaba bien, yo estoy muy preocupada, y tengo miedo.

—¿Angie? ¿Me estás escuchando?
—Eh, sisi, qué?
—Vos sos boluda? Te estoy contando de mis problemas con Marti y vos estás totalmente en otro mundo!
—Sí, tenés razón, perdón
—¿Qué es por Bri? ¿Te peleaste?
—No, no es eso. Seguime contando de Mar.
—Dale, ahora decime vos qué te pasa.
—Es que no te lo puedo decir, Lu.
—Pero boluda, nos conocemos desde que tenemos memoria, cómo no me vas a poder contar?
Estaba por abrir la boca cuando empezó a sonar mi teléfono.
Al ver quién era, lo agarré inmediatamente y le hice seña a Luli que esperara.
Me alejé un poco y atendí.

—¿Brisa? ¿Dónde estás? ¿Cómo estás? ¿Estás bien?
—Em, estoy en mi casa, y estoy..Bien.
—¿Segura?
Suspiró.
—¿Te hizo algo? Decime porque lo mato.
—No. Porfa, no.. ¿Dónde estás vos?
—En una cafetería, con Luli. –dije sin importancia y volví a preguntar. –¿Te hizo algo?
—No tuvo tiempo. –habló. —Este lugar es nuevo para él y su mamá, estos días se la pasaron conociéndolo.
—Está bien, entonces me quedo tranquila de que estás bien, ¿No?
—Sí, Angie. No te preocupes.
—Bueno, te corto. Te quiero.
—Iu di più.

Narra Brisa

Cuando Angie cortó me senté delicadamente en mi cama.
Había cosas que ella no sabía, y no sabía si contarselas o no. No quiero preocuparla más de lo que ya está.

—Bri –dijo Federico, mi primo, entrando a la habitación
—Salí de acá, por..favor.
—Jajaj, eso no me decías cuando eras chiquita. –se acercó. –¿Te acordás?
Mis nervios recorrían todo mi cuerpo y mi temor aumentaba cada vez más.
—Te pueden ver. –dije tartamudeando.
—No. –afirmó. —Mi mamá se fue a recorrer Rosario con tus papás y tu hermana salió con sus amigos. Estamos solos, princesa.
—Salí Federico.
—¿Qué me vas a hacer? ¿Me vas a pegar?
—P-por favor.
—No me vas a decir que no me extrañaste.
—Para nada. Andate.
—¿Qué?
—Que te vayas.
—A mí no me decís que hacer, Brisa. ¿Ahora sos rebelde, eh? –apretó mi mano con fuerza.
—Me estás lastimando.
—Seguís siendo la misma nena inocente que no se podía defender sola. –dijo y plantó un beso en mis labios. –Como extrañaba esto.
—Por favor Fede, salí.
—Jajaj, Fede. Así me decías cuando tenías doce.

Derrepente, se escuchó el sonido de las llaves que provenía del living. Le agradecí a Dios.
O más bien a Tini.

—Llegué Briiii! –gritó cerrando la puerta.
—Qué bien! Cómo te fue? –hablé apartando a Federico.
Él hizo cara de fastidio.
—Esto no termina Bri, ni empezó..Hoy a las 18:30 venís al parque conmigo. –susurró Federico y se levantó.

Narra Angie (again ahr)
19:35
Salí un rato de mi casa para tomar aire y para relajarme un poco. Mi plan era ir al parque que quedaba cerca de mi casa y sentarme en el banco, y si venden algo comer.
Pero mi plan se esfumó al ver a Brisa en un banco con un tipo mayor.
Inmediatamente pensé lo peor.

¿Hola? –les dije acercándome
—¿Vos quién sos, piba? –respondió el pibe.
—Sí, vos quién sos? –Bri le siguió la corriente.
El chico se acercó al oído de Brisa y le susurró algo que no pude escuchar. Ella asintió con una sonrisa y el chico se fue.

—¿Angie qué hacés acá? –preguntó apenas él se alejó.
—¿Quién era ese pibe?
—¿No es obvio?
—¿Él es tu primo?
—Sí, Angie.. Ahora andate.
—¿Te hizo algo?
—No. Andate, no quiero que te vea.
—Decime porque voy y l-
—Angie, no le hagas nada. –ordenó con la mirada más seria. –me sé cuidar sola.
—Pero..
—Pero nada. Porfa..
—Cualquier cosa me decís?
—Sí, Angie. Andá, dale, que ya viene.
—Está bien. Cuidate ahora más que nunca.
—Sí, vos también.

Me alejé de donde estaban y pude ver como el pibe la agarraba de la cintura y la besaba. También pude ver como Brisa lo sufría.
Pero voy a intentar hacer algo. Esto no puede quedar así..

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Re dramático esto boludo, fua la re vivo JAJA perdón a

Como decirte que te quiero || BrangieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora