Descubriendo a Lester

52 11 0
                                    

Al entrar en el reino, Patrick hizo una mueca de desprecio y le dio una calada profunda a su cigarro para bajar el estrés. Lester miraba a su alrededor incrédulo, era mucho mas hermoso que el valle de las flores y aún mas grande, pero totalmente diferente. Todo estaba cubierto de nieve; las personas vestían ropas elegantes y cada prenda estaba adornada con perlas; las casas igual, grandes y blancas como las de Bemidji con detalles en plata y todas idénticas. Era como estar en una versión mejorada de su hogar.

-¿Éste es el reino?- preguntó Lester asombrado.

-Lo es. Haremos una parada rápida antes de seguir, el castillo está al otro lado del pueblo

-¿Y a dónde vamos?

-Por ropa

Patrick, aún de la mano con Lester, caminó hasta una casa con las cortinas cerradas y entró sin más. El rubio se alteró y miró hacia los lados.

-No puedes entrar así en un lugar que no es tu casa

-Lo es temporalmente

-¿Cómo?

-Mientras ibas en tu pequeña búsqueda con los sicarios, los de la funeraria y yo vinimos a rentar un cuarto debido a un accidente con la casita del conejo

Dieron unos pasos en el interior antes de ser recibidos por un hombre muy familiar; era de edad avanzada con cabello gris, llevaba un antiguo traje de tres piezas y fumaba una pipa de la que salían burbujas.

-Ah, bienvenidos. Creí que no volverías por aquí muchacho- dijo el hombre palmeando el brazo de Patrick. -Pero, ¿dónde están tus otros amigos?

-Solo seremos él y yo por hoy- respondió el castaño.

Lester no dejaba de ver al hombre, hasta que lo descubrió, la coleta baja que tenía lo había desconcertado, pero era el dueño de la cafetería en su ciudad.

-¿Lou?

El hombre lo miró con una sonrisa y sopló en su pipa soltando más burbujas.

-Tiempo sin verte... ¿Quién dices que eres?

-Lester, Lester Ny-

-¡Pero claro! ¿Cómo no me di cuenta? Eres Lester, aunque.. te ves algo diferente

-Es porque no es el verdadero Lester- dijo Patrick.

-Ah, ahora lo entiendo. Aún no te descubres, muchacho

-¿Descubrir?- era la primera vez que Lester escuchaba ese termino de alguien hablando sobre su identidad. -¿Entonces no estamos buscando a otro Lester?

-¿Otro Lester? Pero si con uno ya es suficiente. Lo que buscas es tu verdadero yo, no a otro tú

Eso lo confundió todavía más. Él ya sabía quién era, o al menos conocía su nombre, así como conoce sus propios defectos, sus comidas favoritas y toda su personalidad en general. ¿Qué debía descubrir entonces? ¿Algo referente a su pasado? ¿De su descendencia acaso? Nunca creyó tener una crisis existencial, pero en ese momento Lester dejó de conocerse y no supo la vida de quien estaba llevando. ¿Quién era Lester? ¿De dónde viene y a dónde va? Ciertamente no era un pobre hombre de Minnesota que estuvo atascado en el mismo pueblo nevado toda su vida.

-Iremos al cuarto por algo de ropa- dijo Patrick.

-Por favor, disfruten La Posada del Dodo- dijo el hombre y se retiró hacia lo que parecía la sala de estar.

Patrick guío a Lester escaleras arriba y entraron en uno de los cuartos a la izquierda. Lester quedó atónito al ver lo idéntico que era a su habitación real, pero sin el empapelado floral ni los carteles motivadores. El castaño abrió el closet y le pasó una camisa limpia junto a un chaleco de lana anaranjado con estampado de rombos y un nuevo par de botas, Lester se vistió de inmediato, gustoso de cubrir su cuerpo otra vez. Sentir la tela contra su cuerpo le recordó lo real que era todo eso, lo real que se volvió todo después de su quiebre mental en el círculo de señales, lo fácil que aceptó quedarse en ese mundo luego de aquel beso.

-Eso no era un calmante..- murmuró para sí.

-¿Cómo dices?

Volteó a ver a Patrick consternado.

-La píldora, no era un calmante

-¿Ahora de que hablas?

-La magia del lago si funcionó, me hizo darme cuenta de la realidad, de lo extraño que es este mundo para siquiera ser real. Y luego tú me hiciste tragar esa cosa

-Estas delirando, tu cerebro ha de seguir congelado

-Y ahora.. Ahora estamos aquí como si fuera lo mas normal del mundo, como si los cigarros de humo púrpura y las criaturas extrañas del bosque fueran cosa de todos los días

-Vaya que te gusta pensar las cosas demasiado

-¡¿Quién en el mundo real come barniz y no muere de intoxicación?!

-No puedes juzgar la dieta de otros

-¡Las personas no duermen en ataúdes! ¡No hay funerarias en medio del bosque! ¡No existen los lagos mágicos!

-Acabas de decir que sus aguas te ayudaron a ver con claridad

-Pero.. Es que no es posible...

Patrick se acercó a Lester lo tomó de los hombros y lo llevó hasta la cama para sentarlo.

-Mirame a los ojos

Lester alzó la vista y solo pudo enfocarse en el curioso parche del castaño.

Patrick suspiró y alzó las manos.

-Si que eres problemático

Desató el parche y lo removió lentamente, Lester contuvo un grito al ver un ojo totalmente negro. Patrick se sentó a su lado, tomó su manos y lo vio al rostro.

-Sé como te sientes, estás asustado, confundido e incluso te desconoces a ti mismo

-¿Lo sabes?

-Pasé por lo mismo la primera vez que llegué aquí

-Espera, ¿no eres de este lugar? ¿Significa que estás atrapado?

-No, yo elegí quedarme

-¿Y qué... le pasó a tu ojo?

-Un precio a pagar por mi estancia en el reino

-¿La Reina te hizo eso? ¡¿Y tú quieres que vaya a verla?!

-Ella es la única que puede ayudarte a descubrir quien eres

-Pero no entiendo, si odias este lugar, ¿por qué te quedas?

-A diferencia de ti, no tengo deseos de volver a mi hogar

-Pero tú odias a la Reina y vives fuera del reino, es claro que no quieres estar aquí

-...Tal vez hablar conmigo no sea la mejor opción. Bajemos a comer algo y seguiremos hacia el castillo

Patrick se levantó de la cama y abandonó el cuarto. Lester vio el parche en el suelo, pensar en ese ojo le dio escalofríos. Lo guardó en su bolsillo y salió del cuarto.

Lester en el país de los Problemas (Lestrick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora