Números y Cocina

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-Y el grupo se agranda- dijo Mr. Numbers mirando al equipo.

Mr. Wrench estaba de pie junto a él, los de la funeraria estaban a la izquierda de Lester y Patrick, y a la derecha de éstos estaban los silenciosos hermanos Kitchen. Wes golpeó el brazo de su amigo y le exigió en señas bruscas saber porque debían llevar a los gemelos, Grady le respondió que era necesario para llevar a cabo el plan, Wes preguntó porque se molestaban en ayudar al rubio, Grady miró a Lester y le dijo a su compañero que se lo tomara con calma, todo tenía un motivo. Después de aclarar el plan una vez mas, regresaron al salón del trono y, viendo que todo seguía tranquilo, dieron pie a la misión.

-¿Cómo empezamos?- preguntó Lester.

Mr. Numbers lo posó frente a él y lo empujó lejos de la columna, todos los presentes en el salón voltearon a verlo y el rubio quedó paralizado.

-Lester, ahí estas. ¿Dónde te metiste? Tuve que cancelar el juego- dijo La Reina caprichosa.

-Uh..- vio a su hermano mirarlo desde un lado del trono y tuvo una rápida idea, -Chazz me dejó en el calabozo y me perdí en mi camino de regreso

-¿Qué? Eso no es cierto- exclamó el caballero.

-¡Silencio! Lester, si eso es una excusa te costará muy caro. Nadie me deja plantada en un juego de bolos

-Es verdad, su alteza

-Entonces estás dispensado. Chazz, has que los guardias limpien la pista de juego y mantengan las bolas en refrigerio

-Si, mi reina

Chazz le dio una mirada de odio a Lester y dejó el salón del trono por un costado, por suerte el contrario a donde el grupo se ocultaba. El Lobo le sonrió a Lester desde la plataforma del trono y le hizo una seña para que se acercara, el rubio fue junto a la reina y se sentó a su lado con incomodidad. Desde allí podía ver al grupo tras la enorme columna oculta en el rincón; Patrick le devolvía la mirada con preocupación mientras que los locos lo alentaban con pulgares arriba, Mr. Numbers le hacía señas difíciles de comprender, Mr. Wrench parecía vigilar sus movimientos y los gemelos revisaban la escena descifrando todos los puntos débiles.

-Lester- llamó La Reina.

-¿Si, Pearl?

-¿Cómo piensas que yo puedo ayudarte con lo que quieres?

-La verdad es que no lo sé. Fui dicho que debía buscarte, pero no se que se supone que te pida

-Bueno, yo puedo darte todo lo que quieras, a diferencia de ti. Así que dime, ¿qué es lo que quieres?

-Ir a casa

-Pero Lester- El Lobo se inclinó juntó a él y lo tomó del hombro, -ya estás en casa. Una versión mucho mejor de echo, pero podría ser tu vida

-¿A que te refieres? Creí que tú me ayudarías, eso es lo que dijiste en el bosque

-Y lo hago. Lo que quieres es tu vida de vuelta y yo te la estoy ofreciendo en bandeja de plata

El agarre se hizo mas fuerte y Lester soltó un quejido al sentir un dolor agudo en el hombro, las garras del Lobo se estaban clavando en su piel.

-Mira, tienes a tu esposa, una casa, un pueblo nevado a tu alrededor y puedes conseguir un trabajo si eso quieres, o relajarte. Es la misma vida pero con todo lo que siempre has querido; tu hermano sirviendo para ti, dinero a montones, ropa de clase y tranquilidad. Dime que no quieres nada de esto

-Bueno..se oye bien

-Y se vive aún mejor. Solo tienes que aceptar y todo será tuyo. Tendrás dinero, amor y respeto

-¿Amor?

Lester miró a la mujer a su lado, ignoraba la conversación prestando mas atención a sus collares perlados y regocijandose con su fortuna. Ella jamás lo quiso, no realmente, nisiquiera cuando eran novios en la secundaria. Tampoco era la mejor esposa, no lo alentaba, no lo ayudaba y durante los últimos años tampoco lo soportaba. Ella era la superficial, pero Lester veía que además dejó de ser hermosa hace varios años atrás. Pearl no lo amaba ni un poco, y Lester no la amaba a ella.

-Una palabra, Lester. Si o no

Miró disimuladamente hacia la columna, los sicarios lo veían expectantes, el plan debía seguir a como dé lugar. El único que no lo amenazaba con la mirada era Patrick, quien estaba apoyado en la columna mirando al suelo, consciente de lo que sucedía y de lo que Lester debía hacer, pero reacio a observar. El rubio tragó saliva, miró al Lobo y se lamió los labios.

-Si quiero

Patrick chasqueó la lengua, El Lobo sonrió complacido y miró hacia la columna como si pudiera ver a los demás. La Reina dio una palmada y apretó la mano de Lester en la suya.

-Ahora que tendré un rey, seré aun mas respetada en el reino- dijo Pearl. -Haré un banquete para que todos vean que puedo conseguir un hombre si lo quiero. Oh, y Lester

-¿Si?

-No me avergüences

La Reina se puso de pie y dejó el salón del trono, Lester fue escoltado por los guardias para seguirla, y con ellos fue el consejero real. Una vez el poder estuvo fuera de escena, el grupo de rebeldes salió de su escondite y, como se esperaba, fueron interceptados por los guardias restantes, así que se dio un enfrentamiento con armas nada agradable para conseguir la libertad, pero como no es un libro de ciencia-ficción nos saltaremos los detalles. Patrick fue el único que quedó fuera de la pelea, vigilando el regreso de los reales y la aparición repentina de algún soldado entrometido.

Pasando a Lester, él estaba en la tarea mas aburrida que jamás esperó tener que realizar en ese lugar, ver a Pearl escoger ropa. La Reina tenía sobre su inmensa cama cientos de hermosos e innecesariamente adornados vestidos, tantos que escoger uno era peor que intentar elegir solamente entre dos que combinaran con el único par de tacones que tenía para salir, algo que estuvo haciendo los últimos 20 años de su vida. Mientras Pearl hablaba y soltaba quejas sin parar, él recordó el naipe que tenía en el saco, lo tomó y le dio una gran mordida. Con suerte eso lo ayudaría a pasar esa tediosa situación mas rápido, pero le daría un gran dolor de cabeza.

Lester en el país de los Problemas (Lestrick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora