Empieza por el comienzo y después te callas

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-¿Mr. Numbers?- y no estaba ni hablaba solo, -¿Mr. Wrench?

-¡Lester!

Ambos hombres se pusieron de pie y se acercaron a la reja para asomarse a la luz.

-¿Cómo llegaron aquí?

-Problemas en el trabajo. ¿Qué haces tú aquí?

-Estoy con la reina

-Así que finalmente llegaste a ella. ¿Y bien? ¿Tienes lo que buscas?

-Aún no sé como salir de aquí

Los sicarios intercambiaron miradas, Mr. Numbers le habló a su compañero en señas y vieron a Lester.

-¿Pero tienes lo que buscas?

-¿Cómo?

-Al verdadero Lester. ¿Lo encontraste?

-Sé que no es otro yo, sino algo de mí que debo descubrir, pero no sé que puede ser

-Entonces no descubriste nada- El pelirrojo golpeó el hombro de su compañero y le hizo señas, el de barba miró atentamente a Lester y sonrió. -O no todo lo que debías

-¿Y ahora que se supone que significa eso?

-No importa. ¿Qué haces aquí abajo?

-Busco a Patrick para salvarlo de La Reina, usa las cabezas de los prisioneros como bolas de boliche

-Así que eso es lo que le pasó a Vargas

-¿Saben dónde está?

-Debería estar por el fondo si es un nuevo prisionero, los ponen en lo oscuro para asustarlos

-¿Ustedes... cuántas veces estuvieron aquí?

-Ya perdimos la cuenta. Oye, si nos dejas salir te ayudaremos a buscarlo

-Ustedes me abandonaron en el lago

-No te abandonamos. Escapamos de la criatura para despistarla pero nos atrapó la guardia real antes de poder volver por ti

-¿Cómo puedo creerles?

-Un sordomudo no mentiría

Lester miró al intimidante pelirrojo, parecía ser de trabajo serio. Soltó un suspiro y les dio el manojo de llaves a través de los barrotes.

-Iré por Patrick, alcancenme cuando salgan

-¿Pero cual es la llave? ¡Lester!

El rubio siguió caminando por la cueva sin mucha prisa para no apagar el fuego de la antorcha. Evitó todo contacto visual con los prisioneros hasta llegar a la parte mas oscura, el sistema realmente funcionaba, era aterrador estar allí. Caminó con cuidado para no alertar a los prisioneros y se acercó a las celdas una por una, no fue hasta que divisó un humo morado que aceleró el paso y lo siguió hasta reconocer la delgada figura del castaño apoyado en la pared de una celda.

-Patrick, gracias a Dios por tu cigarro

El castaño alzó la vista sin ánimos y abrió grande los ojos cuando vio al rubio. Se acercó a la reja y se aferró a los barrotes.

-¿Qué haces aquí?

-Vengo a liberarte

Patrick miró de arriba a abajo al rubio y alzó una ceja.

-¿Con qué?

-Los sicarios estarán aquí pronto con las llaves, si es que logran salir de su celda

-¿Le confiaste las llaves de la prisión a unos asesinos?

Lester en el país de los Problemas (Lestrick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora