Caes hacia arriba, subes hacia abajo

66 17 0
                                    

El hombre tenía en su mano un brownie de chocolate igual al que encontró Lester, con la única diferencia de que éste tenia escrito con glaseado encima la indicación de Cómeme.

-¿Cómo sé que no tiene algo dentro?- preguntó desconfiado.

-Debes probarlo para saber

-¿Hay algún otro modo?

-Si, aunque Lester nunca elegiría ese. De echo, nadie en su sano juicio la haría, ¿pero quién aquí lo está?

El hombre se puso el sombrero y extendió la mano hacia un lado enseñando una pequeña y delicada mesa que antes no estaba allí. Sobre ella había una cajita de cristal larga que brillaba por el sol y no dejaba ver su contenido, a su lado había un pequeño frasco oscuro con sello en lugar de tapa. Lester se acercó a la mesa y con suavidad abrió la caja, miró con horror la jeringa que descansaba dentro, con una aguja tan larga y fina como un cabello.

-¿Qué..Qué es esto?

-El otro modo de hallar lo que buscas

-No..No voy a meterme nada

-Tu perdida

El hombre soltó humo con un soplido y extendió el brownie hacia Lester enseñándole su única alternativa. El rubio dejó la caja en la mesa y dudó al tomar el dulce, pero no lo comió

-¿Qué pasa si no hago nada de lo que dices?

-Estarás por tu cuenta sin salida fácil

-Bien,- Lester dejó el brownie en la mesa y cruzó los brazos, -elijo esa opción

-Como quieras

-Pero tú me vendrás conmigo

-¿Por qué debería?

-No se donde estoy, no conozco Francia. Serás mi guía

-¿Qué gano con eso?

-Pues.. ¿qué quieres?

El hombre pareció pensarlo, agarró con dos dedos el ala de su sombrero y sonrió

-Me darás lo que quiero cuando lo tengas

-De acuerdo, ¿tenemos un trato?

-No

-¿Por qué?

-Porque no prometo no abandonarte si veo que no tienes posibilidad alguna

-Bien, como sea, pero por ahora vienes conmigo. ¿Por dónde vamos?

-Preguntale al cartero

El hombre volteó y miró a lo lejos, Gus estaba dejando un paquete en la entrada de la pintoresca casa tras ellos que Lester había ignorado por completo. Dejó el correo y se alejó corriendo con mas paquetes pequeños en las manos.

-¡Gus! ¡Espera!

Lester corrió hacia la casa para alcanzarlo, pero al llegar al pie de la entrada lo perdió de vista. El hombre del parche caminó tras él, subió la escalinata hasta la puerta principal y tomó la caja

-Ah, por fin- Lester volteó al oirlo y fue hacia él, lo vio con una botella y dos vasos, -¿Whiskey?

El hombre sirvió la bebida y le ofreció un vaso al rubio, Lester lo olió y bebió todo de un trago. Arrugó la cara por el fuerte sabor y le arrebató la botella al hombre

-¿Qué clase de whiskey es éste?

El envase tenía una inscripción en la etiqueta, una sola palabra que lo hizo arrepentirse de haber bebido. Bébeme. Miró al hombre esperando que le dijera algo, su mano soltó la botella y agarró su cabeza para detener el fuerte mareo que le provocó la bebida, su rostro se puso rojo y perdió toda coordinación. Cubrió su boca y entró corriendo a la casa, el hombre le dio una calada a su cigarro y se alejó de la entrada

-Yo no iría adentro si fuera tú

Lester sintió dolor en todo el cuerpo, sus ojos se dieron vuelta y sus oídos se taparon. Un ataque de hipo fue el último síntoma, con cada hipído creyó que el techo se acercaba más y más, las paredes se achicaban y sus ropas se ajustaban; pero la realidad era que su cuerpo crecía sin parar.
Sus pies rompieron las ventanas sumando mas cicatrices a ellos, sus puños derribaron las paredes de ladrillo viejo y su cabeza atravesó el techo. Toda la casa se derrumbó bajo su cuerpo mientras él seguía creciendo con cada hipo. Cuando finalmente creyó que todo acabó, recuperó la conciencia y abrió los ojos; se encontró sentado sobre escombros y decoraciones rotas, al costado pudo ver al hombre del parche de pie junto a la piscina fumando como si nada.

-¡¿Cómo se ve desde arriba?!

-¿Qué me pasó?

-¡Creciste! ¡Pero no tu ropa!

Lester se miró y su rostro dejó de estar rojo por el alcohol a enrojecer de vergüenza. Tomó una cortina de debajo de unos cristales y se la puso encima de su entrepierna, luego intentó ponerse de pie pero había demasiadas cosas debajo suyo y no podía moverse sin clavarse piedras, astillas o cristales.

-Quiero mi tamaño de vuelta

-¡¿Entonces aceptas mis métodos?!

-Si si

El hombre tomó la jeringa de la mesa, la llenó con la sustancia del frasco y se acercó al muslo izquierdo de Lester

-¡Espera! Creí que me darías el brownie

-Ahora mismo no tienes muchas opciones

Alzó la aguja y la clavó con fuerza en la pierna del rubio, inmediatamente Lester se encogió de forma cómica y acabó perdido en los escombros. El hombre caminó por encima del desastre hasta la pesada cortina roja que se movía como fantasma sobre lo que antes era la sala de estar, la quitó violentamente para liberar a Lester y sonrió divertido

-Bienvenido a Liliput de nuevo

Lo ayudó a levantarse y lo llevó lejos de los escombros arrastrando la cortina con ellos. Lester se cubrió con la gran tela creando una especie de túnica y se la sujetó con su cinturón, la única prenda que milagrosamente no se había destrozado. El hombre entonces se acercó a él y puso una mano en su rostro, el rubor aumentó en las mejillas de rubio.

-¿Qué?

-Tienes sangre

Lester se llevó los dedos a la nariz que era donde sentía un poco de dolor y sintió el corte que tenía en el puente. El hombre sacó un pañuelo del bolsillo de pecho en su camisa y se lo dio para que quitara el exceso de sangre, el corte ya curaría solo. Hecho eso y arreglado el problema de altura, comenzaron a caminar fuera de los alrededores de la casa para buscar quien sabe qué, porque ni ellos sabían que debían buscar o a dónde tenían que ir.

Lester en el país de los Problemas (Lestrick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora