¡Que le rompan la cabeza!

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El par caminó por el largo pasillo del salón del trono hasta llegar frente a dicho asiento y se vieron obligados a arrodillarse frente a la monarca del reino. Lester, sin embargo, no podía bajar la cabeza por el asombro. En medio del gran salón blanco, en un trono de plata y cuero blanco, estaba sentada La Reina de Perlas con una mirada de horror y disgusto.

-¿Pearl?- soltó el rubio.

-Lester-, la reina se puso de pie golpeando el suelo con sus tacones, -¿qué haces aquí?

-¿Tú eres la reina?

-Obviamente lo soy

-Te ves...bien

La reina, contrario a lo esperado, era regordeta, con el cabello crespo y demasiado maquillaje. Su vestido blanco caía agraciado sobre el suelo en una capa ligera, pero la gran cantidad de accesorios cubrían su elegancia. Pesados collares de perlas colgaban de su cuello, decenas de brazaletes tintineaban en sus muñecas, grandes aretes de plata tironeaban sus orejas y en su cabeza había una enorme corona con zafiros incrustados. Lester podía ver claramente su avaricia reflejada en el vestuario, con todo lo que le gustaría tener y que él jamás podría darle.

-Mejor de lo que jamas me he visto, diría. Pero aún no respondes mi pregunta

-Yo, uh..-

Su oración fue interrumpida al ver a alguien apoyado contra el trono, el hombre a rayas del bosque. La reina miró al hombre y luego a Lester con extrañeza.

-¿Tienes algo con mi consejero?

-No, no. Vine buscando una audiencia con su Majestad, con la esperanza de que me ayude a regresar a mi hogar

-¿Tu hogar?

-En el mundo real

-El mundo "real", claro. ¿Y por qué piensas que yo puedo ayudarte con eso?

-Mi compañero aquí me ha dicho que verte podría ser de ayuda

-¿Quién es él?

Patrick apretó los dientes, formó una sonrisa y elevó la cabeza.

-Saludos, mi reina

-¡Tú! No tienes permitido el paso por aquí. ¿Dónde está el Caballero Gris?

-Tuvimos unos inconvenientes con el caballero, está fuera de servicio temporalmente

-¡Guardias!

Varios soldados salieron de la nada y rodearon al par, ambos se pusieron de pie y juntaron espaldas.

-¡Espera! Pearl, ¿qué está sucediendo?- preguntó Lester.

La reina bajó los dos escalones que separaban el trono del suelo y apartó a unos soldados para acercarse a ellos.

-Nunca creí que serías tan iluso como para involucrarte con alguien como él

-¿Qué fue lo que hizo?

-¿Estás de su lado y nisiquiera sabes quién es? Sigues siendo tan ingenuo como siempre- El Lobo Sonriente apareció a su lado y le susurró al oído.

Lester bajó la cabeza apenado, miró a Patrick y luego a la reina. Pearl alzó una ceja, suspiró y extendió una palma hacia Patrick.

-Tu amigo tiene prohibida la entrada al reino y también al castillo. Fue expulsado por robar un orbe mágico

-Muy bien, creo que ya escuchamos suficientes cuentos de hadas por hoy- dijo Patrick con rudeza.

-¿Un orbe mágico?- cuestionó Lester.

-Forjado por Fargo, la misteriosa criatura del bosque

-La que protege el Lago Congelado

-Correcto. Pero su magia no es tan simple como las aguas curativas. Debes pagarle al orbe por su poder

-¿En serio nos contarás un cuento? Creo que ya podemos ir a la cama sin una historia, estamos grandecitos- siguió Patrick.

-¿No disfrutas de una buena historia?- dijo el Lobo divertido.

Lester echó una mirada rápida a Patrick y volvió a ver a la reina.

-¿Qué clase de precio?- preguntó casi desesperado.

Pearl no estaba segura de querer seguir hablando, el torpe hombrecito le provocaba lástima, pero el Lobo apareció junto a ella y habló a su oído.

-Dile, te lo está suplicando como un cachorro a un bocado

-Debe ser algo del mismo valor que lo que quieras hacer con el, en este caso...- dijo la reina.

-Ya es suficiente- insistió Patrick.

Pearl lo miró con una sonrisa altanera y fingió pena ante Lester.

-Un ojo, tal vez

-¡Silencio! ¡Cállate!

Los guardias sujetaron las manos de Patrick tras su espalda para inmovilizarlo, Pearl comenzó a caminar rodeando al par.

-Este hombre no solo fue expulsado por robar el orbe, sino que fue exiliado por el mal uso de su poder. Desterrado al otro mundo, o como lo llamas, el mundo "real"- declaró la reina.

-Pero..- Lester giró a ver al castaño, -dijiste que tú elegiste quedarte

-Esa fue mi elección, por eso escapé de los guardias. ¿Podemos ir al punto de nuestra visita?

-Patrick-, el Lobo se acercó al rostro del castaño con una sonrisa, -¿no crees que Lester merece saber la verdad?

-No te metas

-¿Por qué no le dices lo que hiciste? ¿O el por qué debe ver a la reina? O que está aquí por tu culpa

-¿Qué?- Lester escuchó eso claramente. -¿De que está hablando? ¿Qué quiso decir con eso?

-Nada. Solo balbucea tonterías

-Tonterías, dices- La Reina se acercó a Patrick con el ceño fruncido, -pero están en esta situación por culpa tuya

-Patrick, ¿a qué se refieren? ¿Qué es lo que hiciste?- Lester poco a poco perdía la esperanza y su voz comenzaba a quebrarse.

-Lester, yo no quise..-

-¡Oh! ¿Vas a decirle? Permíteme entonces

El Lobo Sonriente tomó a Lester y lo posó frente a Patrick para que se vean cara a cara, el castaño no podía articular palabra, no quería ver la reacción del rubio. El Lobo chasqueó la lengua y tomó a Lester de las mejillas para verlo.

-Como él no lo quiere decir, yo lo haré

-¡No!

-Él fue quien te trajo a este mundo. Utilizó el orbe para hacerlo y a cambio perdió su ojo derecho

Patrick respiraba pesadamente, la expresión de sorpresa en el rostro de Lester cambió lentamente a uno de furia y luego le dio la peor mirada que pudo recibir, una de dolor. El castaño bajó la cabeza rendido y se dejó llevar por los guardias bajo las órdenes de la reina, el Lobo lo despidió con una sonrisa a la vez que pasaba un brazo por los hombros de Lester. El rubio no pudo devolverle la mirada, solo veía al suelo triste y dolido.

Lester en el país de los Problemas (Lestrick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora