Tres

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Capitulo tres

Libertad

Canturreo una canción de circo en tanto arrastro el hacha por la propiedad, el olor a sangre impregna el lugar.
Las ratas chillan cerca y yo no dejo de buscar a mi próxima víctima, quien se esconde detrás de un escritorio, creyendo que no puedo verlo.

— Veo, veo… Algo color negro… ¿Qué será?
Sus sollozos son melodías para mis oídos, melodías dulces que amare convertirlas en gritos.

Tomo la mano enfundada en un guante negro y la arrastró hacia mi, levanto el hacha y la dejo caer en su muñeca, cortando aquella mano que no dejaba de temblar.

Su grito no se hace esperar mientras mi risa lo acompaña, la sangre salpicó un poco mi rostro.

Me subo sobre su regazo mientras no deja de llorar.

— A ver, Lorenzo Brambilla ¿No es así? Soy Beatrice, la hija de la pareja que usted intenta joder.

Sujeto su rostro acercándolo al mío, las lágrimas no dejan de salir.

— Eres una perra.

— Está perra te dejo manco, ahora vas a olvidar que viste estos hermosos ojos y mañana mismo llamaras para retirar la denuncia, con la única mano que te queda.

— ¿Si no quiero qué?

Uf este es difícil, me muevo un poco sobre él y noto como su miembro comienza a cobrar vida debajo de mi.

— Uf al parecer estás desesperado ¿No es así? Como para calentarte con quién te acaba de arrancar la mano. — sigo moviendo mis caderas mirándolo con un gesto que lo calienta más. — Si no haces lo que te pido, mañana mismo te buscaré, donde sea que estés, y le mandaré a tu mujer el resto de tu cuerpo en pedacitos, tendrás una muerte tan dolorosa que te arrepentirás de haber negado mi petición.

Me levanto dejándolo ahí tirado, le tiró su teléfono celular en la cara.

> Espero que aprecies tu vida y que hagas de cuenta que este encuentro nunca sucedió.

Me voy de aquel espantoso lugar en el que él hacía sus negocios sucios, con más ansias de ver su cabeza rodar que otra cosa.

(…)

— ¡Han liberado a tu padre! – mamá cuelga el teléfono, no sin antes agradecerle un millón de veces a la otra persona.

— ¿Qué sucedió que cambiaron de opinión? – me hago la desentendida.

— No lo sé pero ese hombre quito la denuncia. – se acerca a abrazarme y llora de felicidad sobre mi hombro.

Lorenzo Brambilla lo único que quería era el terreno donde está la tienda de mis padres, para ponerse una empresa, el terreno que tienen es bastante grande y muchas personas le han pedido a papá que se los venda, siempre se ha negado.

Para mis padres esa tienda es una hija más, se han desvivido por ella, y que este hijo de puta haya sido capaz de meter falsas causas contra mi padre me dio ganas de asesinarlo tan cruelmente que hasta muerto sufra.
Cómo puede ser que las personas sean tan mierdas de pensar con el bolsillo y no con el corazón, es algo que dicen mis padres, no yo, sería hipócrita que lo diga.

En la tarde Varick nos acompaña a buscar a mi papá a la comisaría, este último sale completamente feliz, no le importa haber pasado dos noches en aquel asqueroso lugar, no está enfadado por las falsas causas, él solo está feliz de estar fuera.

La bondad no cabe entera en el cuerpo de mis padres, se abrazan y les juro que veo brillo saliendo de ellos, nunca conocí a personas con tanto amor.

Y es irónico que de ese amor haya salido yo, siendo tan sádica y asesina.

— Un amor como el de ellos ninguno ¿No?

Medio miro a Varick y asiento.

— Es amor puro.

— Ojalá algún día tenga algo igual.

Casi quiero reírme en su cara por ser tan iluso.

— Algún día encontrarás a tu alma gemela. – le sonrió falsamente, pero al parecer no lo nota acercándose a mis padres.

Nunca me he enamorado y dudo hacerlo algún día, el único amor puro y verdadero que conozco es el de mis padres, conocí a otras parejas que decían amarse y es pura mierda. Si te aman ¿Por qué te hacen llorar? ¿Por qué te rompen el corazón?
O mejor aún, si tanto te aman ¿Por qué te agreden física y sexualmente? Justificándolo con un “lo siento mi amor, lo hago por qué te amo”

A cuántas mierdas conocí así, dañaban tanto psicológica y físicamente a sus parejas que creo que estaban más jodidos que yo, nunca vi tanta hipocresía en ellos.
Y que feliz fui al hacerles lo mismo, aún escucho sus gritos de dolor, inevitablemente sonrío ante el recuerdo y me acerco a mis padres.

— ¿Esa carita de felicidad es porque al fin puedes estar con papi, Bea?

Me río, si supieran…

— ¡Por supuesto! Te extrañe esos dos días.

Lo abrazo y él también, se acerca a mi oído y me susurra.

— Sé que tuviste que ver, pero gracias, por no matar al hombre.

Me alejo viéndolo sorprendida y él solo me guiña un ojo.

Intento pensar si en algún momento olvide alguna cámara y me grabaron, porque si es así estaba jodida, había acabado con más de diez hombre anoche, el único que quedó vivo fue ese hijo de puta.

Podría visitarlo esta noche y terminar el trabajo…

— ¡Será noche de películas para celebrar!

Bien, lo dejaré para mañana.

(…)

Las risas de mis padres inunda la sala mientras una película de comedia romántica se reproduce en la pantalla. Ambos mencionan varias veces que es su película favorita, ya me siento asqueada de tanto romanticismo por lo que, disculpándome, digo que voy al baño.

Realmente salgo al jardín de la casa, es pequeño y la luz de la noche ilumina un poco el lugar, observó encantada lo grande que se encuentra la luna, desde pequeña la única cosa que adoraba era sentarme aquí y ver la luna o las estrellas.

Lloraba cuando estaba nublado y no podía verlas, entonces papá me construyó una especie de cielo estrellado en mi habitación, me gustaría saber si aún sigue ahí.

— Hace un poco de frío. – Varick pone una frazada de polar sobre mis hombros y se sienta a mi lado.

No digo nada y continuo mirando, metida en mis pensamientos.

(...)

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