Once

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Capitulo once

Obsesión

Mi mamá se me acerca con los ojos entrecerrados, intento ignorarla y vuelvo la atención a la pantalla de la notebook pero sigo sintiendo su mirada sobre mi.

Harta, le hablo.

— ¿Qué pasa?

— Eso debería preguntarte yo a ti ¿Qué pasó entre tu y Varick?

Frunzo los labios y levanto la vista para verla, una sonrisa pícara decora su rostro.

— ¿Qué sabes?

— Bueno anoche escuché ruidos y son los únicos en la casa a parte de tu padre y yo así que pensé... Que estaban haciendo eso.

Un rubor se apodera de sus mejillas y casi quiero reírme de lo tímida que es.

— ¿Si estábamos teniendo sexo? La respuesta es si, pero no te ilusiones porque no planeamos casarnos, tener ochenta hijos ni nada de eso.

— Creí que se gustaban. – frunce el ceño.

— No mamma, quizá si pero es atracción física, no me interesa conocerlo emocionalmente ni que él lo haga.

Asiente lentamente y comienza a caminar en dirección a la cocina.

(…)

— Por favor…

Suspiro y me acuclillo frente a él, comienza a ahogarse con su propia sangre y a toser.

— ¿Por favor qué pequeño Robert? Te vengo investigando de cerca, se todo lo que le haces a tu pequeña hijastra de cinco años… ¿Cuántas veces ella te pidió por favor y vos no paraste? – le susurro a centímetros de su rostro pero me alejo rápido antes de que me manche con su sangre.

— No… yo no…

— No intentes negarlo porque lo sé, tengo evidencia y si hay algo que no tolero es que se metan con pequeños que no tienen idea, que les quiten la inocencia. Porque Robert yo seré una hija de puta y me iré al infierno, pero todos los violadores como tú se merecen arder en él.

Me levanto y comienzo a pasar el dedo por el cuchillo con el que lo había cortado, observó su cuerpo, su miembro se encuentra triturado y tiene cortes en el abdomen, pero nada tan profundo como el de la garganta.

Cuento mentalmente los minutos que le quedan antes de que muera.

— Perdón… - su voz en medio de jadeos y tos me hace volver a verle el rostro, sus ojos están llenos de lágrimas.

— ¿Y este es el momento en el que pides perdón? ¿A exactamente cinco minutos de irte al infierno? Tuviste tiempo de parar la primera vez que pensaste morbosamente sobre tu hijastra sin embargo no lo hiciste y lo llevaste demasiado lejos. Créeme que no hay perdón para ti, ni en esta vida ni en otra Robert.

Comienzan a caer lágrimas al costado de su rostro y me quedo a su lado, viendo la vida partir de él, morir ahogado en su propia sangre, suplicando hasta en su último suspiro. Es mi parte favorita de esta obsesión.

Miro el reloj y llamo para que limpien el lugar y tiren el cuerpo en un lugar donde su mujer lo vea, antes de que se lo lleven observó la palabra que escribí en su abdomen con el cuchillo.

Violador.

Su cuerpo va a ser una advertencia, porque la próxima será esa hija de puta.

Hace dos semanas recibí una llamada anónima, no sé cómo consiguieron mi número pero lo hicieron, me pidieron un favor
Era la voz de un adolescente y lo que me dijo fue breve sin embargo me conmovió y como llevaba rato sin ninguna diversión dije ¿Por qué no? Cuando investigué supe que era verdad y que la madre sabía todo y lo cubría. Instantáneamente sentí asco hacia esas personas.

Infame ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora