Quince

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Capitulo quince

Catástrofe

Varick me mira confundido al momento de dejarme en el aeropuerto.

- Aún no entiendo el motivo de irte.

- Aires nuevos, estaré en contacto contigo para saber de mis padres. - le entrego una tarjeta con mi número y él la toma desconfiado. - Cuídalos mucho, de lo contrario no quieres ver lo que sucederá.

Me dedica una sonrisa forzada, por supuesto que no tiene ni idea de lo que puedo llegar a ser capaz cuando de mis padres respecta, mejor que viva en la ignorancia.

- Lo haré, cuídate mucho.

Asiento sin ganas de seguir con esta conversación por lo que solamente me dedico a bajar del auto, el que nos acostemos no quiere decir que me guste. Me atrae, si, pero no más que eso. También baja del auto para ayudarme con la maleta a lo cual gruño, puedo ser capaz de hacer eso por mi cuenta.

- Nos vemos. - intento irme pero la presión que ejerce en mi brazo me lo impide, me volteo frustrada.

- ¿A dónde irás?

- No es de tu incumbencia. - me suelto de su agarre y logro entrar al edificio.

Mis actitudes son para que él comprenda el punto, no somos nada y no tiene derecho a saber sobre mi. Nadie sabe a dónde iré y es preferible que se quede de esa manera cuando estoy en la boca del lobo, no solamente yo, mi familia también.

(...)

Tal cual le dije a Varick, los aires nuevos que me rodean me hacen sonreír, la calidez de los mismos al rozar mi rostro me llena de tranquilidad.

Amo Latinoamérica pero sobre todo amo el país en el que me encuentro, mientras me paseo por el aeropuerto de Ezeiza no paro de pensar en la hermosa gastronomía que me va a ofrecer Argentina en cuanto ponga un pie en algún restaurante.

Cuando el taxi me lleva hacia mi hotel me permito observar por la ventana todo mi exterior, la calma que me da este lugar es lo contrario a lo que hay en mi interior. Voy a comenzar a arreglar mis mierdas con los Carrasco y, al momento de hacerlo, voy a celebrar feliz escupiendo sobre sus tumbas.

Porque Beatrice Rossi no es pacifista, no voy a tomar el té con quiénes me amenazan para calmar las aguas, yo voy a asesinarlos para que mi paz se encuentre intacta.

(...)

La portátil no se separa de mi regazo, con sobre cargo de páginas abiertas, estoy en el balcón del apartamento que alquile, tiene una vista preciosa de Buenos Aires en estos momentos en el que el sol comienza a esconderse. El culo ya casi no lo siento del tiempo que he estado sentada buscando información.

Frunzo el ceño ante lo que encuentro de Carrasco, la mueca de asco es algo inevitable de hacer, sabía que estaba metido en mierdas pero nunca creí que en tantas. Es cuestión de un tiempo para que vuelva a casa con mis padres, a quienes deje preocupados al marcharme.

(...)

En el bajo mundo se pueden encontrar diversas cosas pero principalmente los elementos que predominan son; el dinero, el poder y la droga. Sin está última no se tiene lo primero y sin ello no se tiene lo segundo.

Sin embargo existen hombres que no saben manejar ninguna de las tres cosas y actúan inconscientemente, yendo a la boca del lobo sin preguntarse siquiera por las consecuencias. Elegí Argentina no solo por su hermosa gastronomía y bellas vistas, la elegí porque en este país hay muchos negocios de los Carrasco. A diferencia de los que ellos van a creer yo no me estoy metiendo en la boca del lobo.

Infame ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora