A Beautiful Lie

Capítulo 25

-¡¿Podrías repetirlo?!- Exclamó Jared con los ojos abiertos como un par de círculos perfectos.

-Londres, Liverpool, Albania, Estonia, Suecia, India, Japón y Australia- Enumeró Harry utilizando sus dedos para contar.- Sin duda alguna Australia fue mi sitio preferido, me habría encantado permanecer ahí por mucho más tiempo; pero eso conllevaba perder el semestre entero- Era evidente que el viaje que había realizado por esos lugares lo había convertido en algo diferente, en algo mejor, mucho mejor.

A simple vista se notaba como había madurado, su aura era distinta, su sonrisa lo era también. Ahora no se sentaba de una manera erguida, al contrario, mantenía una posición despreocupada, se veía relajado y algo desaliñado también. Incluso su rostro se había transformado en algo diferente, su mirada había dejado de ser hostil y discrepante, y sus ojos de un matiz azul eléctrico habían dejado de transmitir temor y furia, para ser reemplazados por la paz y la frescura, contrastando de ese modo con su piel pálida. Sus labios, extrañamente, se notaban mucho más mullidos y rojizos. Su cabello, que había dejado de caerle por la frente, relucía al son de luz que la luna, las estrellas y las luces amarillentas que colgaban del techo, emanaban.

-¿Así que regresarás a la universidad?- Hablé por primera vez en la noche desde que Harry había aparecido.- ¿Qué hay de las faltas?, ¡estuviste ausente casi dos meses enteros!- Sonrió entre dientes.

-Soy Harry Van Porsche, un multimillonario, no debo de preocuparme por nada de eso.

Me removí con incomodidad en el asiento de cuero, limitando mis movimientos por el brazo de Jared que se encontraba enredado en mi cintura. Su comentario no había logrado nada más que inquietarme y de inmediato la imagen de Edward y Larry asaltó mis pensamientos, mi nerviosismo y ansiedad aumentaron y con ello el latido furioso de mi corazón contra mis costillas. Hundí mis uñas contra la piel sensible de las palmas de mis manos y resoplé en un intento inútil de someter a la angustia que se apoderaba de mí, entonces miré a Jared y todo sentimiento de intranquilidad se disipó de mi organismo.

-Claro, nosotros somos los mortales ¿cierto?- Declaró Jared carcajeando.

-No lo negaré, el dinero te vuelve casi inmortal- Ambos rieron por el reciente comentario, yo permanecí en silencio, no me había parecido ni un poco simpático.- Si eres rico nadie se atreve a desafiarte.

Tal vez no ha madurado tanto, gruñó mi subconsciente. Sonreí disimuladamente.

-¡Genial!- exclamó Jared -Déjame decir que tu advertencia me ha sido de gran ayuda, jamás volveré a jugar videojuegos contigo, imagina por un momento que te pateo el trasero como siempre lo hago con FIFA y en un acto impulsivo llamas a uno de tus matones.- Ambos rieron -Mejor jugamos algo en lo que tú puedas ganar.

-Eres gracioso Jared, pero jamás te haría daño...eres mi mejor amigo- La última frase declarada por Harry me causó un escalofrío en la espina dorsal y por un instante estuve a punto de levantarme y dejarlos hablar con privacidad. Pero cuando los dedos de Jared se clavaron en mi cintura, decidí permanecer ahí.

-¿Mejor amigo?- La voz de mi novio sonó entrecortada y temblorosa.

-Así es- Harry me lanzó una mirada furtiva antes de acomodarse en el sillón- No te premiaré, lo que hiciste fue terrible.- Sentí como mis músculos entraban en tensión al mismo tiempo en que el brazo de Jared alrededor de mi cintura me estrujaba con más fuerza- Pero no estoy dispuesto a perderte...perderlos.- Esta vez se dirigía a los dos- ¡Por un instante los odié tanto!... Liverpool fue una pesadilla para mí, peleé en bares, bebí hasta que perdí el habla por días enteros y cometí faltas atroces. Pero ahora no tengo nada más que hacer que agradecerles- La expresión de Jared transmitía el claro escepticismo y la sorpresa, y estaba segura de que la mía era idéntica- De no haber sido por ustedes, jamás habría aprendido tanto de mis errores y lo que es mucho más importante: jamás habría conocido a Nathalie.