Capitulo 4.

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La dirección no se encontraba tan aislada, sin embargo la zona parecía salida de una revista de decoración, la avenida estaba llena de enormes mansiones de todo tipo de estilos: modernos, medievales, barrocos. Estaba ansiosa por conocer la mansión a la que íbamos a asistir.
De pronto el coche paró frente a un portón enorme y un señor vestido de negro le pidió una identificación a mi amiga, una vez que la entrego la puerta se abrió y el coche entro lentamente. Los tres nos quedamos boquiabiertos cuando presenciamos lo que estaba frente a nosotros, se trataba de una magnánima y lujosa mansión, poseía dos albercas, fuentes, jardines enormes, e incluso había algo así como establos en el que supuse que habían caballos.
Era similar a la vivienda de "Gatsby", simplemente indescriptible.
Julieta aparco y bajamos del automóvil, a lo lejos se podía escuchar la canción de "Midnight City" interpretada por M83, la puerta estaba abierta y al momento en el que entramos los tres quedamos paralizados, la casa parecía ser un castillo del renacimiento, llena de muebles finos, tapetes de seda, cuadros, todo era lujoso y en cierto modo hasta excesivo. Trate de contar a los meseros que pasaban en todas direcciones y al menos había 28, una barra se extendía por el borde de la pared y detrás de esta había aproximadamente 24 bartenders, bailarinas exóticas colgaban del techo, globos dorados, música en vivo, mesas redondas y altas; cada una con botellas de las más finas, copas y shishas.

-Por dios, ¡esto es una locura! ¿Quién será ese famoso Harry? Ahora si quiero conocerlo- dijo Julieta con una mirada coqueta.
-Yo también quiero conocerlo- dijo Alex
-Sabía que la universidad era cara, pero nunca imaginé que alguien tan rico asistiera.- declare boquiabierta.
-Vaya que es rico- añadió July.
-Bueno, no sé ustedes pero yo vengo a cazar,- declaró Alex sonriente.- Saben a lo que me refiero- nos guiño un ojo.
-No a quedarme parado como un rechazado.- añadió.
Julieta y yo charlamos un buen rato a pesar de que era sumamente difícil conversar, ya que todo era una locura: demasiado ruido, por un lado las zorras besándose con cualquier chico, típicos idiotas contando a ver quién aguanta tomar más alcohol, otros bailando como drogados, gente vomitando, fumadores de marihuana y sisha, etc.
Nunca en la vida había visto una fiesta de esta categoría, me sentía como en una película, habían demasiada personas y lo único que mis ojos querían eran encontrármelo, sólo a él.
Interrumpiéndome de mis pensamientos, Julieta comenzó a gritar.
-Bueno... voy por algo al bar, ¿quieres algo?- Dudé un poco pero finalmente acepté.
-Sólo una cuba.- dije
-Ay santurrona, yo voy a traer todos los shots que pueda, hoy vamos a tomar- dijo con tanta emoción que no pude negarme.
Pasaron los minutos y Julieta no regresaba , ahora sí me estaba sintiendo como una rechazada solitaria; en ocasiones llegaban chicos demasiado ebrios, preguntándome si quería pasar a algún lugar más "cómodo", claramente sabía que no se referían a un sillón acolchonado o a tomar una siesta, así que yo solo negaba con la cabeza o los ignoraba.
Cansada de estar sentada como una inadaptada social, me levanté, tomé mi bolso y subí al segundo piso, repentinamente mis ojos se encontraron con un hermoso balcón y cuando estaba a punto de entrar, alguien choco contra mí derramando algo de su bebida transparente en el vestido de July.
-Perdón, perdón, mi mente estaba lejos de aquí... déjame ayudarte- dijo el joven muy apenado.
Negué con la cabeza y lo analicé con la mirada. Era algo bajo, de cabello rubio sucio, pálido, ojos de un color azul eléctrico, labios rojizos, cara afilada y unas leves ojeras moradas bajo sus ojos. Vestía una camisa blanca, saco azul marino y pantalones negros.
-No te preocupes- le dije abochornada.
Él levantó su mirada y sus ojos se agrandaron, me repaso de arriba a bajo y con una sonrisa me dijo:
-¿Qué te parece la fiesta?-
Sonreí.
-No me quejo.- Me encogí de hombros.
-¿No te parece algo excéntrica?- me pregunto.
-Me parece que todo esto es una exageración -suspiré- demasiados lujos para solo una noche, apuesto a que el riquillo que vive aquí es un millonario mimado, arrogante y hasta algo egoísta.- me encogí de hombros.-quiere vigorizar su ego.- Finalicé.
En ese instante soltó una risa duradera y yo me limité a fruncir el ceño.
-¿Eso crees? Buen juicio para alguien al que todavía no conoces, interesante.- dijo, mirándome muy fijamente.
-¿Lo conoces?- pregunte.
-Sí... de hecho está parado enfrente de ti, el riquillo arrogante y egoísta soy yo- dijo con una sonrisa burlona.
Me quede sin aliento, probablemente era la vergüenza más grande que había vivido, eso pasaba por no poder cerrar la boca. Sentí como mis mejillas de calentaban y aposté a que estaban teñidas de rojo.
-Es digno presentarme, Harry Wolfgang Porsche Jr.- dijo.
-Prime Henderson.- decidí retomar el tema -Lo siento- dije avergonzada- Me hubieras dicho algo... realmente, perdóname, ahora que te veo no pareces todo lo que dije hace un par de segundos.
-No te preocupes, en cierta manera tienes razón, debería de hacer algunos ajustes para la próxima- dijo todavía con una sonrisa.- Quizá necesitaré tu ayuda.
No paraba de mirarme con esos profundos ojos azules, y a pesar de no ser muy guapo, algo en él era intrigante.
-¿Que te hace pensar que te ayudaría? - Bromeé.
-Digamos que es lo mínimo que merezco después de tu prejuicio.- me dijo burlón.
Ambos reímos.
- Al menos de que quieras pagarme de otro modo- dijo cerrando los ojos con algo de seducción.
-¿Qué sugieres?- respondí.
Su sonrisa maliciosa me estremeció.
-Una cita.- respondió rápidamente.
Reí levemente.
-No aceptaré un no por respuesta.- Me dijo, mirándome con una enorme sonrisa.
Permanecí en silencio un par de segundos.
-Es una posibilidad.- Me encogí de hombros.
Me giré hacia mis lados con la esperanza de encontrar a alguno de mis amigos, pero no había nadie a mi alrededor más que un joven millonario y prácticamente desconocido para mí.
-¿Buscas a alguien?- replico
-Sí. Mis amigos, desaparecieron dejándome sola.- respondí
Frunció el ceño.
-Estoy aquí, no estás sola.- replicó, esbozando de nuevo una sonrisa.
-Muy cierto.- Lo señale con mi dedo índice.- Y tú ¿no deberías de estar rodeado de tus amigos? Sigues siendo el anfitrión.-
-Sólo tengo un par de verdaderos amigos y uno no vive en la ciudad.- Suspiró.
-Un amigo fuera de la ciudad- Mascullé- No me imagino mi vida sin July.
-¿July?- Enarcó una ceja.
-Mi mejor amiga.- Sonreí.
-En realidad no es tan malo, al principio fue demasiado dolor, pero al final te acostumbras.-
Entreabrí los labios para hablar pero una voz masculina nos interrumpió.
-Harry, te hemos estado buscando.
Mi respiración se entrecortó de inmediato, era él. Se veía más hermoso que nada, llevaba unos pantalones negros, camisa azul y un suéter grisáceo que se ajustaba a sus bíceps. Su cabello negro se veía más brillante de lo normal y despeinado, le daba un toque rebelde. Sus labios estaban rojizos y húmedos, parecía que acababa de beber una copa de vino, o muy probablemente y para empeorar mi noche: había besado a alguien.
-Lo siento, estaba conociendo a esta chica, su nombre es Prime.- respondió Harry
Sus ojos resplandecientes a la luz de la luna se dirigieron a mí, yo me encontré temblando de nervios ante su insondable mirada, sin embargo la aparto de inmediato.
-Hola.- Su forma de hablar era seca y hasta arrogante.
Ouch.
-Espera- Enuncio.
Alcé la vista con incredulidad.
- Nos conocemos, tú eres Jenny, tomamos la clase de informática juntos.-
Oh por dios, eso dolió aún más, no fue capaz de reconocerme ni de acordarse del nombre que Harry acababa de mencionar hace tres segundos.
-Esa no soy yo.- Negué con la cabeza y sentí la mirada dubitativa de Harry sobre mí.
-Asistimos a la clase de Anatomía juntos y también a la de Desarrollo del humano en la sociedad, de hecho quería felicitarte por los argumentos de la otra vez, eres muy bueno defendiendo tu postura.- dije algo esperanzada.
Después de decirlo sentí como el ambiente se tornaba más que incómodo, mis mejillas estaba encendidas, Harry rascaba su nuca con irritación y él me miraba como si yo fuera alguna clase de enfermedad sin cura, seguramente preguntándose por qué demonios sabía todo sobre su persona.
-¡Solterona!- el grito de Julieta me hizo suspirar de alivio.
Se acercó pavoneando sus caderas y miró a los dos chicos.
La conocía tan bien que sabía que los estaba calificando, se detuvo un momento en mi chico, bueno no era mío pero ella sabía que me gustaba, y después agitó su cabello.
-¡Hola!- Sonrió exageradamente.
-Hola, soy Jared- dijo él muy seductor.
Mi mandíbula hubiera caído al suelo en ese preciso momento de no ser porque estaba pegada al resto de mi cara.
Julieta sólo había requerido de un simple meneo de caderas y un par de sonrisas para conocer su nombre, mientras yo me torturaba interiormente porque ni siquiera sabía que compartíamos clases.
En cierta manera ya me lo esperaba, siempre robaba todo lo que yo deseaba.
Las miradas intensas continuaron entre ellos mientras yo y Harry tratábamos de sonreír ante su escena sin parecer tan estúpidos; después de unos segundos Jared la tomó del brazo.
-¿Me acompañas por algo de beber? - La miró de arriba a abajo con una sonrisa torcida.
-Siempre y cuando me invites por algo también- dijo ella sin siquiera voltearme a ver, él serpenteó uno de sus brazos por su cintura y se alejaron de ahí.
Esta vez Julieta había cruzado una línea muy gruesa, no estaba dispuesta a aguantarlo ni un segundo más, así que me gire sobre mis talones para abandonar la fiesta.
Fue entonces cuando Harry tomo mi brazo, y me contempló aún con esa mirada impenetrable.
-La cita sigue en pie, te llamare.- me dijo
-No te he dado mi número.- Sonreí falsamente.
-No es necesario, lo conseguiré-
Me guiñó un ojo y se dirigió a las escaleras.
Sinceramente la idea no me enloquecía y ni siquiera podía la, ya que a medida que trataba de considerarlo ,la escena entre Jared y Julieta se reproducía en mi cabeza una y otra vez.
Cinco minutos pasaron y finalmente decidí que iba a abandonar la mansión, busqué entre los contactos de mi celular y le envíe un mensaje de texto a mi madre.
*Ya puedes venir*
La respuesta fue demasiado rápida.
*Llego en cinco minutos*
Suspire y baje los escalones, estaba a punto de salir cuando escuche unos pasos apresurados detrás de mí, disminuí mi velocidad con una estúpida sonrisa en mis labios y él se paró frente a mí.
-Perry, verdad?- No podía creerlo, no se acordaba de mi nombre por segunda vez.
-No, me llamo Prime- dije molesta.
-Como sea, necesito que me pases el teléfono de tu amiga, está muy guapa y me gustaría invitarla a salir.- Barrió las palabras y me percaté de que estaba borracho.
Tarde en contestar, el seguía mirándome expectante y finalmente tome aire.
-No lo repetiré así que toma nota.- Declaré de manera agresiva, pero él no lo notó.

Caminé sintiéndome desecha, ¿cómo en mi estúpida cabeza había existido la pequeña esperanza de hablar con él? de gustarle...realmente era una tontería pero era aún más tonto haber creído que Julieta se podría resistir a él.
Seguí andando y un par de idiotas se golpearon entre ellos al verme pasar mientras gritaban eufóricamente: Pelirroja.
Rodé los ojos con pesadez y me senté en espera de mi madre, cuando repentinamente sentí como una mezcla de alcohol, cigarrillos y muy probablemente marihuana caía sobre el vestido rosado.
Fruncí los labios con molestia mientras veía como el responsable corría en círculos y repetía que este era el mejor día de su vida o una tontería similar, no había mucho que hacer así que decidí que me preocuparía por eso más tarde.
El coche de mi madre aparcó frente a la fuente central y me dirigí hasta allá con cuidado, los tacones ya se habían tornado molestos. Al subir me lanzó una mirada minuciosa y arrugó la nariz.
-Hueles a alcohol- dijo, sin siquiera saludarme.
Deje mis ojos en blanco.
- Supongo que tomaste demasiado Prime, déjame oler tu aliento.- acercándose a mi rostro.
Abrí mi boca con exageración y ella olfateó.
- Supongo que tomaste mentas pero te falló la ropa, mírate estas empapada.- dijo eufórica
-No es así madre, sólo que un idiota me arrojó una extraña bebida sobre el vestido.
-Oh por Dios, la juventud se ha vuelto un pecado.- aclaró con trsiteza.
Negué con la cabeza mientras hablaba de lo muy "saludable" que había sido su generación, los padres de verdad piensan que les creemos pero después de ver Vaselina y otras películas todos sabemos que a los jóvenes les interesan las mismas cosas: cigarros, alcohol, diversión, sexo, etc.
El camino fue un 50% de habladurías de lo decepcionada que estaba ante la juventud y el otro 50% de lo muy bonita que era la mansión de Harry, decidí omitir el hecho de que teníamos una cita o chillaría de emoción.
Lo primero que hice al llegar a mi casa fue retirarme los zapatos altos, me desprendí del vestido ex rosado y me coloque mi pijama.
Reproduje la escena entre Jared y Julieta en mi cabeza, sentí las ganas de hablarle a mi "amiga" para decirle todo lo que sentía, pero seguramente seguía en la mansión y muy contenta con Jared.
Suspiré mientras deshacía mi cama, me desplomé sobre el colchón. Al menos algo bueno había conseguido esa noche, Harry, él parecía ser un chico sumamente respetuoso y planeaba darle una oportunidad.
Entrecerré los ojos, Jared apareció en mi mente de nuevo antes de terminar dormida.

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