C U A T R O

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Sun

Volvi de clases, hoy vería a Lauren y eso me ponía de un poquito buen humor, ella me conoce desde que era una pequeña alegre y ahora que cambie por completo me sigue conociendo igual que antes, creo.

Estaba tirada en el sofá mirando "Dinastía" está buena la serie, hasta que escuché el timbre y supe que seria Lauren.

Salte del sofá y vi a la pelinegra con una sonrisa de oreja a oreja, su sonrisa era bastante bonita, ella saltó a mis brazos y me contagió la sonrisa.

Nos separamos y ella me miro.

—tengo que contarte algo—. Le dije insinuando que le contaría que hablé con tormenta, que mi abuela había enfermado, que me sentía mal ,pero ella habló primero.

—Sun traje a Adam—. Dijo y mi cara cambio completamente ¿que? trajo a su novio a mi casa cuando yo la necesitaba.

—lo veo—. Puse los ojos en blanco y ahora mi tono de voz sonaba neutro al igual que mis expresiones.

Pasaron a mi casa y nos sentamos en el sofa, tenia a mi maldita mejor amiga al lado pero la sentía tan lejos, así como enero a diciembre.

La miraba de reojo y veía que estaba abrazada de Adam.

Después de unas horas al fin se paran del sofá, no quiero sonar egoísta pero ya quería estar sola para ir al puente.

Se dirigen a la puerta y los acompañé a la reja, cuando se fueron miré al puente y no había nadie, hoy iría.

El sol seguía afuera y decidí ir al almacén a comprar algo de picotear.

Salí de mi casa y estaba caminando cuando alguien me llamo.

—Sun— dijo una voz.

me giré y venía tormenta caminando rápido hacia mi.

—si—le conteste, no saque mi vista del piso y le di una seña de que hable.

—¿como sabes mi- —iba a hablar pero él habló primero sacando algo de su bolsillo trasero.

—lo dejaste en el puente—. Entonces recordé que él tenía mi encendedor, lo sacó y me lo dio.—gracias—. Me sonrió.

—de nada—. Le dije y agarre el encendedor junto con el cigarro.

—no saludas a nadie, hay mucha gente saludándote por ahí—. El chico habló.

—na, nunca saludó a nadie, ni miro para el costado, solo importo yo cuando camino y claramente no caerme—. Alce una ceja.
El río y paro en frente de mi.

—¿no te vas a ir?— Dijo el mirandome.

—¿debería?—. le pregunte dando la primera calada de aire. El hizo lo mismo.

—no, pero no sería raro si alguien te ve con un drogadicto que su futuro sería quedarse muerto tirado en la esquina?— Dijo él y yo me acerqué mas.

—tranquilo, no me importan las etiquetas sociales—. Le dije y mi mano pasó por su brazo, donde sentí un choque en el corazón que me hizo ir para atrás.—además, puedo tener amigos, nadie es dueño de mi vida—.

Me quede parada junto a él hasta que él empezó a caminar y yo hice lo mismo.

— entonces ¿sabes mi nombre?—. Le dije para romper el hielo.

—Obvio, Sun, sos de la familia más envidiada del barrio y el país —.

Mientras caminábamos por las hojas doradas del otoño, me paré en seco, puse mi mano en mi cabello y hablé

—no tienen nada que envidiar— entrecerré los ojos.

—pues yo si envidio que tu padre sea un jugador de futbol—. Dijo él y me miró, entonces fue ahí donde vi sus ojos negros en frente a los míos, eran tan negros que no se podía diferenciar la pupila del iris, él estaba tan cerca y pude ver a través de su mirada, entendí que estaba cansado.

Nuestro contacto visual fue algo increíble, me hizo chispas al corazón, ¿que? Él estaba mirándome y yo me acercaba cada vez más, al final me separé y decidí raspar mi garganta. De todas formas no me quería abrir, No estaba interesada en una relación, son una mierda y luego se termina muriendo el amor, así como pasó con Jason, al que perdone y se que merece una segunda oportunidad. Si, Jason.

Tormenta

Entonces ahí la vi, iba caminando con algo en la mano, si un cigarrillo de menta, no estoy seguro pero creo que ella hace eso por desahogo y no por ser adicta, o eso espero, ojalá y ella si esté bien, no como yo.

Empezamos a caminar, después de una charla rara ella se dio vuelta para que nuestros ojos se encuentren, sus ojos miel se veían como fuego por el sol del otoño, tenían un brillo algo resaltante y sentí como si podía ver a través de su mirada.

Nuestro contacto visual duró unos segundos pero no entendí por qué me parecio eterno, estábamos los dos en la calle, mucha gente nos veía pero a ella no le importaba, no era como sus hermanas, estoy seguro que si ellas aparecen acá la insultarían por estar conmigo.

Seguimos caminando juntos de regreso a la casa, cuando estábamos a unos centímetros un auto tocó su bocina y nos dimos vuelta.

Del auto bajo el, Martin Wilson, el futbolista más solidario y mejor en los partidos. El venía con la camiseta del equipo, los shorts y unos lentes junto a su maletín, enseguida pude ver como ella metió el paquete de cigarrillos en su bolsillo y tiro el que tenía en su boca, se metió un chicle de menta y corrió hasta su padre.

Ahi me quede parado, mirando esa imagen de padre e hija que sabía que nunca me pasaría, la chica se veía algo ¿feliz? estoy seguro que ella nunca se veía feliz, tanto como ahora.

—hola, Joaquín—. La voz del hombre me saco de mis pensamientos.

—oh, así que joaquín—. dijo la rubia al lado del hombre y este se rio.

—hola, señor—. Salude .

—Martín, veo que estaban caminando juntos, al fin tenes un amigo, Sol.

Ella no es mi amiga, más bien, ni siquiera se por que hablo con ella, es una chica con historial de egoísta, egocéntrica, manipuladora y sobre todo, rompe cada corazón.

—no es mi amiga—. Susurré con algo de ganas de no haberlo dicho.

La chica volvió a mirarme y me miro también seria.
—no, papi. Se me cayó el.... Celular y el me lo alcanzo—. Mintió.

Alejarme.... Será la que tengo que hacer.

EL PUENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora