EL PUENTE

C I N C O

JOAQUÍN

—bien José , te dije que mañana mismo consigo los 5 mil pesos pero no te alteres—hablé al teléfono.

—tienes solo 24 horas para pagar, llevas un mes pidiéndome más sin nada a cambio, vamos que yo también tengo vida eh.

Corte la llamada y me tire a la cama, mirando en el techo esa mancha negra que no se como llego ahí.

—se parece a un puente—.susurré.

Volví a mirar y si, era igual a un puente.

Me levante de la cama y me metí a bañar con música de Arctic Monkeys , mi banda favorita, vieja pero buena.
Sali y me puse unos jeans rotos y un buzo negro Nike .

Me pasé las manos por el cabello y lo despeine, me arregle el piercing de la nariz.
Una vez listo tome mi celular y salí de mi habitación, en el living estaba mi padre, lleno de botellas de cervezas como siempre.

Intenté pasar sin hacer ruido, si se despierta de seguro vuelve a discutir conmigo.

Pasé por al lado de su billetera y había plata entonces agarre 5ml que me pertenecían a la mesada.

Los guarde y salí, iba caminando hasta que llegue al puente había alguien, era ella.

Baje mi velocidad y pude escuchar que tarareaba una canción de mi otra banda querida "One more night" de Maroon 5.

Me pareció raro, siempre pensé que escuchaba música de ahora y en español.

Tenía un libro en la mano y un cigarro en la boca, eso último era algo que teníamos en común, ya era mi 3 caja de cigarros del día.

Me acerqué sin hacer mucho ruido y agarre mi celular.

—hola, Joaquín—. Dijo ella y joder, que voz tan linda, no es chillona pero tampoco pesada, es perfecta.

Abrí los ojos ante su saludo.—hola—. dije intentando sonar frió.

—yo tampoco quería ser tu amiga igual—.dijo ella y se metió en su mundo.

Intenté recordar por qué me decía eso y luego me di cuenta, lo que le dije a su padre.

—yo tampoco—. dije, después de todo ella no era alguien que me importara perder, creo.

Ella se dio vuelta y me miro.

—no sabes de lo que te pierdes, oh,
Si sabes, de nada—. Empezó a hablar.—de seguro eres de los que creen rumores, y esas personas dan asco—. empezó a alejarse de mi, otra vez.

Me paré y sin pensarlo la seguí, agarre su brazo y la di vuelta, ella revoleo los ojos.

Cuando se dio vuelta nuestros ojos se encontraron, se sentían en casa, y pude sentir sus mejillas súper rojas, aparte de tener los ojos llorosos.

—¿que te pasó?—. Dije viendo que ella sostenía las lagrimas.

—nada que te importe ahora—dijo y seco sus lágrimas, volvió a mirarme y sentí un choque eléctrico cuando mi mano tocó su brazo.

—podes contarme—. Susurré.

—no me escucharas, al final nadie lo hace—.

—no tenes que guardártelo, puedes ser dura para los demás pero yo se que no estás bien—. Me acerqué otra vez.

—simplemente estoy cansada—. Me miro a los ojos y sonreí de costado.

Por impulso pasé mi mano por su cintura y la arrecoste a mi, no hizo esfuerzo en sacar mi abrazo, incluso se apoyó mas a mi anatomía.

—creo que necesitaba esto, pero ni una palabra a nadie—. Susurró en mi oído.

¿acabo del escuchar a la persona más fría pedirme consuelo? no quiero mentir, ella me parecía tan pequeña en este momento, no me importa su reputación, no ahora cuando me pidió que me quede y no podía desaprovechar este momento, yo también necesitaba estar con alguien en paz.

Volvimos al puente y ahí ella se sentó y empezó a llorar, no tenía ni idea de que hacer en estos casos entonces la abracé, mis brazos rodearon su tórax y ella apoyó su cabeza en mi hombro, que sensación rara me sentía ¿a salvo? ¿completo? no se como describirlo pero me sentí jodidamente bien y eso estaba mal.

Sun

El me abrazó y fue ahí que mis problemas disminuyeron mágicamente, necesitaba este abrazo, odio los abrazos pero este es distinto, me dio protección y me sentí cómoda y ¿feliz?

No quería salir de los brazos del pelinegro nunca más.

Nos encontrábamos ahí los dos en silencio, pero este no era incomodo, al contrario era un silencio de mil palabras, en el que habla el corazón y no la boca.

Sentía su pulso y este iba muy rápido al igual que el mío.....

Pasó un rato y me separé de él.

—gracias—.le dije mirándole a los ojos y ahí fue de nuevo ese pinchazo que muchos llaman ¿felicidad?

—que conste que nunca digo gracias—. Agregue.

—a vos, Sol—.escucharlo decir mi nombre me erizaba la piel, porque su forma de llamarme no era exagerada, tampoco inglesa, él me llama por mi nombre en español, como
Me gustó siempre pero nadie me escuchaba quererlo así.

Entonces en la separación pude ver bien al chico que tenía al lado.

Es alto, como 1,80 tiene el pelo tan negro que brilla, unos ojos también negros con una profundidad enorme, su nariz es recta igual que la mía, en cambio la suya es más finita, su mandíbula está bien marcada acompañada de una boca con dientes blancos, muy blancos, era raro ya que fumaba demasiado, por lo que se él es un adicto, tiene unas ojeras como si no durmiera nunca, sus brazos son bastante largos y venosos, pero no exagerado, en sus manos tiene finos y largos dedos con anillos gruesos, su cuerpo está tapado por unos jeans y una sudadera bastante grande, negra y de mi marca favorita, Nike.

Lo miraba como escaneándolo y se dio cuenta entonces me hizo cara de pocos amigos.

Me reí de costado y me paré.

—gracias por esto, Joaco—.me despedí y esta vez el no me siguió.

Llegué a mi casa y mis padres discuten como hoy a la tarde, esa fue la razón por estar mal, mamá le dejo en claro a papá que no lo quería y sólo estaba con él para que las chicas tengan buena reputación, papá estaba triste y verlo así me ponía muy mal y más luego de que mi abuelo falleció, su padre había muerto y de verdad lo extrañábamos en partes iguales.

—buenas noches pa—.dije ignorando por completo a la mujer de su lado.

—gracias amor—dijo el.

—alto papi, no me llames así odio ese sentimiento y lo sabes—.

—lo siento, Cat—. Voltée los ojos fulminándolo con la mirada. Así me llamaban él y mis primos, porque de bebé lloraba como un gato, según ellos. Todos tienen una manía por decirme nombres en inglés.

Subí a mi cama y me quede dormida así nomas.