28

94 5 0
                                    


Narrador Omnisciente

Que tus sentimientos y pensamientos negativos, jamás te hagan elegir el sendero equivocado.

Un mes después

Entre la penumbra de su abismal destino, todo su cuerpo le recordaba cuál sería su final.

El poder que había desarrollado con la ayuda de Azula, desapareció agrandes gramos al pasar los días. Y todo, por haber contenido al pequeño híbrido en unas cuantas ocasión en las cuales perdía su propio control.

No todos los híbridos serían iguales, ejemplo claro fue Bishimon. Y para ponerle la cereza al pastel, las cosas empeoraron cuando finalmente mató a su madre.

No estaba seguro de si mismo, ¿Que era realmente?. ¿Humano?, ¿Demonio?, o tal vez, un híbrido raro.

-Solo soy Chihiro Ino -se decía constante.

Hasta el mismo tenía miedo de saberlo, no, mejor dicho. Anhelaba con todas sus fuerzas nunca, jamás, descubrirlo.

-Ah! -pego un grito cogiéndose el pecho.

No importa cuánto trate de negar su naturaleza, aquello que sigue dormido dentro de su ser, poco a poco estaba consumiendo su cuerpo humano.

-No...no tengo otra opción -y finalmente cedió. -Debo verla -cerro los párpados agotado.

Y no le importaba las interminables ganas de dormir, las pocas ocasiones de sueños fueron reducidos a casi cinco horas cada semana.

Y lo único que le quedaba para pasar esas horas, entrenar y meditar. Sin contar las ocupaciones que ayudaba a la gente reuniendo a su vez información de Azula o InuYasha, obteniendo solo del último.

-Que es ese olor tan desagradable -en su camino se presentó un campo agrícola con mala pinta. -Es este lugar.

Parecía que los dueños habían abandonado su propia tierra. Aquello no estaba lejos de ser verdad.

-Ahg, no puedo ignorarlo -suspirando para si mismo, clavo la alabarda que tenía en la espalda sobre la tierra seguido que se sentó cruzando sus piernas, junto ambas manos y cerro sus párpados.

Comenzó a murmurar algunas palabras para que segundos después, una luz en cegadora iluminará toda la tierra infértil.

-Hacer esto me traerá problemas -pensó abriendo los ojos.

Unas enormes sanguijuelas estaba frente. Sudo frío tomando su alabarda que anteriormente había clavado detrás de él, separó, moviendo ágilmente su arma de doble filo en el aire.

Se puso en guardia.

-Como lo sospechaba, hay muchos -se dijo antes de abalanzarse contra las enormes sanguijuelas que tampoco sé quedaron atrás.

El tiempo que pasó entrenado en su insomnio le ayudaba en ocasiones así, cortaba, esquivaba, analizaba y volvía a cortar. Incluso su agilidad estaba cerca del nivel de Azula, pero aún le faltaba un gran camino para poder pelear con demonios más poderosos.

-Ahf, eso estuvo cerca -murmuro para darle el golpe de gracia a su último contrincante. -Necesito más práctica, casi me traga -piso tierra.

Un crujido lo alertó nuevamente, apuntando con su arma hacia ese lugar.

-¿Eres un enviado de kamisama? -le pregunto una chica menor.

  ʸᵃᵏᵒ ˡⁱⁿᵉᵃᵍᵉ        [sєsshσmαru]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora