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ᵘⁿᵃ ˢᵉᵐᵃⁿᵃ ᵈᵉˢᵖᵘᵉ́ˢ

Narra Azula

Rondaban de las dos con treinta y seis de la mañana. Y no podía conciliar el famoso sueño.

Plantada en la ventana, me dediqué a observar la luna, teniendo una extraña sensación en el pecho que apareció tan de repente, convirtiéndose a los segundos en una punzada en la cabeza. Sostuve mi rostro con ambas manos frustrada, enojada con lo que tenía que pasar en mi primera noche lejos de casa. Y tener insomnio repentina mente solo empeoraba mi situación.

Suspire, tratando de hacerme creer que ya pasaría.

El viaje escolar se adelanto y ahora estoy en Tokyo, en una excursión escolar de tres días y cuatro noches, que al principio creía que solo seria mi club de arquería y mis profesores, pero claramente me equivoque. Todos los de mi clase vienen para ser de tribuna y porristas "para apoyarnos".

No les creo en absoluto solo esperan el momento indicado para hacerme quedar en ridículo frente a los demás, son tontos al creer que eso seria bueno para nuestro instituto.

Un par de pasos y golpes llaman mi atención, abrí la puerta de la habitación que estoy ocupando, camine por el pasillo del hotel lujoso bien iluminado. Cuando sin esperarme siento como me jalan, poniéndome un trapo en la nariz. Trato de liberarme, forcejeando y lanzando patadas hacia atrás, siento el cuerpo pesado los párpados poco a poco se cierran, tarde me doy cuenta de lo que pasa.

-Muy bien, sigue así-escuche por última vez una voz masculina desconocida.

«L A F A M I L I A Y A K O»

Cuando menos lo espero abro mis párpados, confundida del lugar donde estoy. Me miró, atada de pies y manos en una silla.

-Ya era hora que recuperes tus sentidos -me sobre salto.

Giro la cabeza, encontrándome con la figura lejana del tío Ronald, sentado en un mueble individual.

Bebiendo de una copa grande lo que parecía ser alcohol, mientras se burla de mi.

-¡Ehm!. Maldito, ¿Que pretendes hacerme estando así?.

-Que gracioso, ¿no te parece Azula? -levanta su copa. -¿Quién creía que terminaría las cosas así?.

Lo fulminó con la mirada.-¡Mmjmtmem!. Parece que te golpeaste la cabeza, maldito idiota.

-Jajajajaja. Puedo escucharte claramente lo que intentas decirme -se pone de pié.

Arrojando por algún lado la copa ahora vacía, mientras camina desafiante directo a mí.

-Sabia que eras una idiota, pero jamás creí te dejarías atrapar por un simple sirviente tan fácil -pasa sus mano por mi mejilla.

Me quejo tratando de apartarlo de mi espacio personal, y al contrario parece que lo alienta mi acción, provocando que se sentará en mi regazo.

Juga con el trapo en mi boca, para finalmente apartarlo.

-¡¿Aquél mierdas estás jugando?!¡Si es tu nuevo método de vengarte por lo de hace unas semana- !-me interrumpe.

-Nunca antes estado tan serio como ahora, querida so-bri-na -me apreta mi mejilla. -Deberás me das lástima.

-Guardate tus comentarios, maldito narcista la Abuela se enterara de lo que me estás asiendo -exijo.

-No, no lo hara -se inclinó hacia mi.-Todo lo que estoy haciendo, es por él bien de todos -asegura.

  ʸᵃᵏᵒ ˡⁱⁿᵉᵃᵍᵉ        [sєsshσmαru]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora