11

394 42 0
                                    

Narrador Omnisciente

Si te dan dos opciones: seguir escondido para no alterar el curso de la historia, o; intervenir para escribir otra. ¿Cual elegirías?.

—Ey, Chihiro —llama al muchacho que seguía viendo la escena entre InuYasha y Aome.

Absorto ante la presencia de Azula, giro encontrando la escondida.

—Azula —susurro sorprendido, se paro de la yerba sigilosamente hasta salir de la vista de los demás.

—Idiota, no te dije que tengas cuidado—me regaño.

No quería hacerse presente delante de InuYasha.

—Lo siento, no sabia que Aome volvería hoy —se disculpo. —Oye, tardaste demasiado tiempo en venir. Pensé que ya te habrías escapado de ellos —susurro lo último.

—Solo fueron dos días no es para tanto. Además las cosas se complicaron —Azula comenzó a caminar de vuelta a la cabaña de Chihiro, al parecer el muchacho no se a dado cuenta de la presencia de Bishamon.

—¿Dos días?, de que hablas fueron casi dos sema- —trato de explicarle, aunque Azula lo interrumpió.

—Ahí no.

El muchacho paro de caminar al ver la expresión de Azula, seguido de un extraño y a la vez, conocido lloriqueo.

—Vamos Bishamon, calma no llores. ¿Tienes hambre?... No ya te di de comer antes —reflexiono.

Chihuro se acerco lo suficiente para ver lo que Azula movía tanto en sus brazo.

—¿Qué haces con un bebé?. No me digas que es tuyo —bromeo subiendo sus cejas con picardía.

La chicha me dio un leve golpe en la nuca.

—No digas idioteces. Después te cuento los detalles, ahora ayudarme con él, no lo soportó —se lo entrego al muchacho.

—Bueno, vamos a mi cabaña. Veremos qué hacer ahí —propuso, acomodando bien al infante en su regazo.

Ambos caminaron a la par, tratando de parar el incesante lloriqueo del pequeñin que comenzaba a llamar la atención de los aldeanos.

—Cayalo Chihiro, la gente nos esta viendo —trato de ocultarse bajo las mangas de su vestimenta.

—No puedo hacer eso, acaso no te das cuenta que es un bebé. Tenemos que tratarlo con delicadeza —le sonrió, tratando de calmarlo colocarlo derecho en su pecho.

Eso pareció apaciguar un poco al cachorro.

—Parece que funcionó.

—Si, pues entra rápido. Antes que vuelva a llorar —pido su acompañante.

El muchacho entró a la cabaña, menos mal que su madre aun no regresaba, puso al bebé con cuidado en una cama improvisada que hizo rápidamente.

—Encontré el problema —dijo este llamando la atención de la híbrida, que se acercaba a ver lo que sea que sea el problema de Bishamon.

Arrepintiéndose al instante cuando el olor llego a sus fosas nasales.

—Que horrible olor, cambia lo ahora mismo... Toma mira. Ahs. si ahí algo que te sirva —le extendió una manta llena de cosas, sin decir nada más salio de la cabaña.

—Mira la nada más, huyendo por el olor a excremento —se burló, poniéndole caras al pequeño que lo hizo calmarse todo el tiempo que se dedicó a cambiarlo.

¿En que me estoy metiendo?. Aaaah., como te odio Katowice ahora tengo que cuidar de dos niños se decía a si misma fuera de la cabaña, esperando que Chihiro terminara de cambiar el pañal a Bishamon.

  ʸᵃᵏᵒ ˡⁱⁿᵉᵃᵍᵉ        [sєsshσmαru]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora