Nymph -George Weasley ✓

|12|

Las siguientes semanas pasaron casi instantáneamente, y fueron las mejores semanas que he pasado en Hogwarts hasta ahora. Fred y Mya han estado coqueteando durante las últimas semanas, y el gemelo pelirrojo la aseguró como su cita para el Baile de Navidad. Faltan dos días para el baile y todavía no me han pedido. No estoy preocupada, quizás Georgie tenga otros planes.

No he hablado con mi madre desde nuestra discusión, pero he tenido algunas palabras con Lupin. No odio al hombre, lo encuentro bastante inteligente e ingenioso, pero parece que no puedo reunir el valor para preguntarle cómo está mi madre.

—Toc, toc.— susurra Fred mientras mira por la puerta de mi dormitorio. Ginny y Hermione ya estaban profundamente dormidas, así que silenciosamente me levanté de mi cálida y cómoda cama y caminé por el frío suelo hacia la puerta. Fred parecía somnoliento y molesto, y a regañadientes me entregó una carta antes de regresar a su habitación y cerrar la puerta.

Abrí la carta y vi una letra familiar garabateada en el pergamino.

"Encuéntrame en el borde del bosque prohibido junto al roble de las hadas."

-G

Sonreí ante la carta antes de agarrar unos zapatos y en silencio deslizarme por la puerta.

Después de escabullirme por los pasillos vacíos, finalmente salí por las puertas y encontré el aire frío y fresco del exterior. No pude ver mucho, pero la luna iluminaba una silueta alta en la distancia con una vela en mano.

Camino, prácticamente troto en la dirección de mi amante, y cuando me acerco puedo empezar a ver los rasgos perfectos de su rostro. Deja la vela justo a tiempo para que yo brinque en sus brazos, su cuerpo me calienta por el aire frío.

George me hace girar antes de dejarme en el suelo con una manta suave debajo de mis pies. Miro hacia abajo para ver flores y todo tipo de dulces junto con una vela de canela medio quemada. Me río un poco ante el sitio y le devuelvo la sonrisa al chico alto y pelirrojo que está frente a mí.

—Estos no volverán mi cara azul, ¿verdad?— Me río, recogiendo uno de los dulces envueltos.George me mira de arriba abajo y se ríe, envolviendo sus fuertes y largos brazos alrededor de mí y colocando un beso en mi cabeza. Su abrazo es cálido y reconfortante, lo que me hizo olvidar lo fría que era la noche mientras se alejaba.

—Natalie.— comenzó, mirándome a los ojos.— Sé que ya lo estabas esperando, pero quería preguntar. ¿Irías al Baile de Navidad conmigo?

Le sonrío al chico, y tomando eso como su respuesta, se inclina y envuelve mis labios con los suyos. Paso mis manos por su espeso y suave cabello pelirrojo mientras sus manos recorren mi espalda y mi cintura. El beso fue apasionado y solo se intensificó. Rápidamente, George me levantó, sus labios no rompieron el contacto con los míos. Envolví mis piernas alrededor de su cintura mientras mis manos se movían de su cabello a sus mejillas. Se rió de esto, y pude sentir su boca sonriendo contra la mía.

Gentilmente, George me bajó una vez más y rompió el beso, pero sus ojos nunca dejaron los míos. Pasó sus manos por todo mi cuerpo, mi estómago se llenó de mariposas después de cada movimiento. El pelirrojo me agarró por la cintura y una vez más me acercó a él, ni siquiera una pizca de espacio entre nuestros cuerpos. George miró mi cuerpo de arriba abajo antes de que sus labios se encontraran con los míos una vez más para un beso final. Sin mover su rostro lejos del mío, miró hacia el estanque que eran mis ojos verdes.

—Eres perfecta.