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—¿Te vas? ¿Por qué no pueden terminar el año conmigo?— Comencé a hacer pucheros cuando Fred y George explicaron su plan maestro.

Había pasado un mes desde que George profesó una vez más su amor por mí, y desde entonces hemos vuelto a ser inseparables.

—Sí, lamentablemente. Tenemos la tienda de bromas preparada y no podemos seguir adelante.— Fred frunció el ceño.

Las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, pero lo entendí. Además, ¿quién era yo para decirles que no se vayan? Ese era el trabajo del director general Umbitch.

—Lo entiendo.— Asentí con la cabeza mientras trataba de contener las lágrimas.

George me trajo para un abrazo aplastante antes de mirar a Fred, quien simplemente negó con la cabeza y miró sus zapatos.

—Solo, no me olvides por favor.— Fruncí el ceño mientras trataba de limpiar cualquier rastro de lágrimas en mi rostro de porcelana.

Los chicos simplemente se rieron antes de negar con la cabeza.

—Nunca.— dijeron al unísono.

Me excusé para ir al baño, en un intento por calmarme. Las lágrimas rogaban por caer, pero no podía soportar hacerlo frente a los chicos pelirrojos. Nunca me dejarían olvidarlo.

(Punto de vista de George)

Natalie se fue para ir al baño, pero aún podía ver el dolor en sus cautivadores ojos esmeralda.

Me volví hacia mi hermano gemelo antes de fruncir el ceño y rascarme la cabeza, obviamente sumido en mis pensamientos.

—No puedo.— Negué con la cabeza, dejando a Fred con los ojos muy abiertos.

—¿Qué quieres decir con que no puedes? Hemos estado planeando esto durante meses.— Fred cuestionó.

—No, quiero decir que no puedo dejarla. No otra vez.— Respondí rápidamente mientras inclinaba mi cabeza hacia la pared detrás de mí.

Fred lo siguió rápidamente e hizo lo mismo antes de cambiar su mirada hacia mí.

—¿De verdad la amas?— mi contraparte idéntica cuestionó, lo que a su vez me hizo burlarme.

—Más que nada.— Respondí asintiendo con la cabeza.

Fred miró a lo lejos y se frotó el cuello antes de volverse hacia mí, sonriendo.

—Primero que nada, es de mala educación.— se rió levemente.— Segundo, pídele que venga. Si realmente la amas, déjala venir.

Mis ojos se iluminaron cuando escuché la proposición de mi hermano, una amplia sonrisa plasmada en su rostro. Le di un fuerte abrazo, haciéndolo gemir.

—Ve a buscar a tu chica, Georgie.— Fred se rió entre dientes mientras jadeaba por aire.

Nymph -George Weasley ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora