XXXI

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London, England.

2014.

Julie

Acabé de ducharme cuando llamaron a la puerta de la habitación.

— ¿Quién sera? — pensé.

Que yo sepa no estaba tan solicitada, las chicas estaban haciendo unos recados y yo había aprovechado este tiempo para adelantar trabajos de la universidad y darme una buena ducha que relajara todo mi cuerpo del estrés de estas últimas semanas antes de ir a la universidad a ver mi nota en el examen de latín.

Abrí la puerta y detrás de ella me encontré a la mata de pelo rizada mejor conocida como Harry.

¿Y este qué quería? Qué raro.

Pues tocar un poco los huevos, Julie. Qué va a querer sino.

— Buenas, buenas. ¿Te pillo en mal momento? — preguntó pasando hacia la habitación.

Madre mía qué confianzas.

— Pues hombre tú verás. — dije señalando la toalla de baño que enrollaba mi cuerpo.

— Tranquila, no es algo que no haya visto antes. — guiñó el ojo.

— Como si fuera verdad. —reí y cerré la puerta.

Me había quedado parada mientras tanto. No preguntéis por qué.

— Tengo que vestirme.

— ¿Y?

— ¿Cómo que y? Que te vayas.

— ¡Si acabo de llegar! — levantó los brazos indignado.

— Es que no quiero que veas lo que escondo detrás de esta toalla.

— Madre mía, ¿no te has depilado? Pero qué guarra eres. — sonrió tapándose los ojos.

Qué imbécil es, dios.

— No es eso imbécil. Como comprenderás no me voy a quitar la toalla delante tuya.

— No sería mala idea. — sonrió pícaro.

— Ni en tus sueños más obscenos Styles. — dije dejándole solo en la habitación y encerrándome en el baño.

— ¡Oye a ver qué haces, eh! Dedillera...

— ¡Te he oído!

Reí mientras abroché el sujetador.

Me puse una camiseta de manga corta y encima una sudadera rosa en la que ponía el nombre de la universidad, unas mayas negras debajo y me recogí el pelo en un pequeño moño desaliñado.

Lista.

No era el tipo de chicas que se arreglaban y se pintaban como si fueran a ejercer la prostitución solamente porque tuviera en la habitación a un chico irremediablemente guapo.

Yo era como era, y a quién no le gustase, adiós muy buenas. Desde luego que no me comería la cabeza por una tontería de tal calibre.

— Qué poco has tardado. Veo que eres de orgasmo rápido. — sonrió estirando su cuerpo en la cama.

— Eres imbécil. — dije dándole un codazo.

— Eso ya lo has dicho.

Y sonrió de nuevo.

Joder, qué hoyuelos. Y qué sonrisa.

Si yo fuera Allison me habría enrollado más de una vez con este hombre.

Screwed up mess | One Direction Fan Fiction |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora